En los sistemas de producción de rumiantes, la base de la alimentación en el ganado es el forraje mediante el aprovechamiento de pastizales o praderas, por corte y pastoreo, ya que es un alimento relativamente de bajo costo en sistemas de producción extensivos (Cuadrado et al., 2003; Zárate et al., 2012), con los cuales, en bovinos en pastoreo, se obtienen ganancias diarias de peso entre 0.4 y 0.5 kg (Palma, 2014).
En este sentido, para incrementar la producción en los sistemas pecuarios, se han desarrollado gramíneas forrajeras con mayor potencial de materia seca y valor nutricional (Lascano, 2002); al respecto, al utilizar cultivares del género Urochloa se pueden llegar a obtener entre 0.7 (Suárez et al., 2014) y hasta 1 000 kg d-1 animal-1 (Cuadrado et al., 2003). En México, se encuentra una gran diversidad de gramíneas forrajeras mejoradas, principalmente de los géneros Urochloa, Megathyrsus, Cenchrus y Cynodon, que pueden ser utilizadas en los sistemas de producción animal (Quero et al., 2007) para solucionar la problemática observada con las especies forrajeras nativas.
En este sentido, se ha reportado que con los cultivares más recientes de Urochloa (Mulato II, Cobra, Cayman, entre otros), se pudieron obtener rendimientos de materia seca de 9 a 14 t ha-1 año-1 (Pizarro, 2013; Vendramini et al., 2014). Sin embargo, las condiciones climáticas de Tamaulipas limitan alcanzar los rendimientos antes mencionados; aun así, dichos híbridos superan hasta en 13% al pasto Buffel (Pennisetum ciliare cv H-17), 9.4 vs 10.8 t ha-1 año-1 en Güémez, Tamaulipas (Garay-Martínez et al., 2018).
Al respecto, es conveniente analizar que antes de introducir un material forrajero a cualquier sistema de producción, se debe considerar que la semilla sea certificada, para evitar la posible introducción de malezas potenciales (Pizarro, 2010). Además, se debe evaluar el comportamiento productivo y la calidad de manera controlada para determinar si es una opción para la ganadería de la región (Sosa et al., 2008). Por tal motivo, el objetivo de esta investigación fue evaluar el efecto de la edad de rebrote sobre la producción de forraje en cultivares de Urochloa (Cobra, Convert 330, Camello I y Camello II) en Güemes, Tamaulipas.
El presente estudio se realizó en condiciones de temporal y comprendió de septiembre a noviembre de 2018 en la Posta Zootécnica Ingeniero “Herminio García González” de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, ubicada en el municipio de Güemes, Tamaulipas, México. Las coordenadas geográficas son 23° 56’ 26.5” latitud norte y 99° 05’ 59.9” longitud oeste, a 193 msnm (INEGI, 2015).
El clima del lugar es de tipo BS1 (h’) hw (Vargas et al., 2007). La temperatura y precipitación media anual es de 24.1 °C y 940 mm, respectivamente. La temperatura y precipitación durante el periodo de evaluación del año 2018 se representan en la Figura 1. El suelo del sitio de evaluación es de textura arcillosa con pH de 8.3, sin problemas de salinidad (RAS= 0.19), con contenidos de materia orgánica y nitrógeno de 4.2 y 0.25%, respectivamente (Cuadro 1) (Garay-Martínez et al., 2018).
pH | Nt | MO | Cat | P | K | Fe | Zn | Arena | Limo | Arcilla | RAS | ||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
(%) | (mg kg-1) | (%) | |||||||||||
8.3 | 0.25 | 4.27 | 38.2 | 7.46 | 288.6 | 1.43 | 0.46 | 11.3 | 23.3 | 65.4 | 0.19 |
Nt= nitrógeno total; MO= materia orgánica; Cat= carbonatos totales; P= fosforo; K= potasio; Fe= fierro; Zn= zinc; RAS= relación de adsorción de sodio. *= laboratorio de Investigación y Diagnóstico Agrícola. Facultad de Ingeniería y Ciencias, Universidad Autónoma de Tamaulipas (Garay-Martínez et al., 2018).
La siembra se realizó durante 2018, con una sembradora manual para establecer tres parcelas de pasto Cobra, Convert 330, Camello I y Camello II (Urochloa hibrido). El área de las parcelas experimentales fue de 9 m2, conformada por diez surcos de los cuales, se seleccionaron cuatro surcos centrales, cada uno correspondiente a una edad de rebrote (2, 4, 6 y 8 semanas) y en ellos se delimitó 1 m lineal, que conformó la parcela útil. La distancia entre plantas y surcos fue de 10 y 30 cm, respectivamente.
Durante el establecimiento y la evaluación de los cultivares no se realizó ninguna fertilización y el control de malezas se realizó de forma manual. Previo a la evaluación, se realizó un corte de uniformidad a 15 cm de altura. Los tratamientos utilizados fueron edades de rebrote (2, 4, 6 y 8 semanas de rebrote) por cada cultivar y se distribuyeron en un diseño completamente al azar. Las variables evaluadas fueron rendimiento de materia seca de hoja (MSh, kg), tallo (MSt, kg), altura de planta (cm) y radiación interceptada (%).
Para la altura de planta, se realizaron dos lecturas para obtener el promedio de altura en cada edad de rebrote dentro de la parcela útil, con una regla graduada de madera, tomando la altura en centímetros desde la superficie del suelo, hasta el punto más homogéneo del ápice de las hojas.
Para medir la radiación interceptada por la planta se tomaron dos lecturas, una en la parte superior del dosel y otra en la parte inferior, con un medidor de radiación solar (Spectrum® Light Sensor Reader 3415FX y Quantum Light 6 Sensor Bar 3668I6). Las lecturas se realizaron en cada edad de rebrote siempre a las 12:00 h, cuando los rayos del sol estaban perpendicularmente al dosel. Posteriormente, al multiplicar el valor de la radiación obtenida en la parte inferior del dosel por cien y posteriormente, dividir el resultado entre el valor de la radiación interceptada en la parte superior, se obtuvo el porcentaje de radiación interceptada.
El forraje cosechado se pesó y tomó una submuestra de 200 g, aproximadamente, la cual, se separó en componentes morfológicos: hoja (lámina foliar + vaina) y tallo. Las submuestras se colocaron en una estufa de aire forzado a 60 °C, hasta obtener peso constante. Al concluir el periodo de secado, se registró el peso seco de cada submuestra y se estimó el rendimiento y la acumulación de materia seca por componente morfológico para cada edad de rebrote.
Los datos de las variables evaluadas se analizaron mediante el procedimiento GLM (SAS, 2003), con base en un diseño completamente al azar, análisis de regresión y correlación entre variables medidas. La comparación de medias de tratamientos se realizó mediante la prueba de Tukey, con un nivel de significancia de 5%. El rendimiento de materia seca a través del tiempo y su relación con la altura de planta y radiación interceptada en cultivar Cobra se observa en la Figura 2.
El modelo de regresión y el coeficiente de determinación fue alto con valor de R2> 0.98 y 0.92 para MS hoja y MS tallo, respectivamente. El rendimiento de los componentes morfológicos se incrementó con la edad de rebrote, hasta alcanzar el máximo rendimiento en la edad de rebrote de ocho semanas (1 700 y 500 kg ha-1 MS para hoja y tallo, respectivamente). Los rendimientos obtenidos en esta investigación difieren de los reportados por Rojas-García et al. (2018) quienes al cosechar el cultivar Cobra a intensidad de corte de 15 cm durante la octava semana de rebrote, obtuvieron rendimientos de hoja y tallo de 1 000 y 1 300 kg ha-1 MS, respectivamente.
Se puedo apreciar que la presencia de tallo se presenta a partir de la semana cuatro, mismo comportamiento fue reportado al evaluar este cultivar por Rojas-García et al. (2018). La altura de planta y radiación interceptada, se comportaron de manera similar al rendimiento, tuvieron la tendencia de incrementar, conforme avanzó la edad de rebrote, ya que se alcanzó 61 cm de altura y 88% de radiación interceptada a las ocho semanas de rebrote.
El modelo de regresión y el coeficiente de determinación fue alto con valor de R2> 0.97 y 0.89 para MS hoja y MS tallo, respectivamente. La tendencia en las variables evaluadas en el cultivar Convert 330 fue similar al del cultivar Cobra, la diferencia fue, que el rendimiento del componente hoja fue alrededor de 3 200 kg MS a las ocho semanas de rebrote. Respecto al componente tallo, fue muy similar a Cobra (alrededor de 500 kg ha-1 MS). La altura de planta incrementó conforme aumentó la edad de rebrote, hasta una altura de 69 cm en la edad de rebrote de ocho semanas.
La radiación interceptada fue superior al 95% de intercepción en la semana cuatro y ocho de rebrote, lo que indicaría que el momento óptimo de aprovechamiento podría ser a ocho semanas, debido a que existe mayor porcentaje de hoja que tallo (Figura 3).
El modelo de regresión y el coeficiente de determinación fue alto con valor de R2> 0.99 y 0.87 para MS hoja y MS tallo, respectivamente. La tendencia en las variables evaluadas en el cultivar Camello I fue similar a los cultivares anteriores; sin embargo, la diferencia fue que el rendimiento del componente hoja fue alrededor de 3 000 kg MS a las ocho semanas de rebrote y que el componente tallo alcanzó 1 000 kg ha-1 MS, superior a los cultivares Cobra y Convert 330.
La altura de planta incrementó conforme aumentó la edad de rebrote, hasta lograr una altura de 72 cm en la edad de rebrote de ocho semanas. La radiación interceptada máxima (94%) se alcanzó en la semana cuatro de rebrote, cuando la pradera tenía 44 cm de altura, lo que indicaría que, a pesar de no haber llegado al 95% (como sucedió en Convert 330) podría ser el momento óptimo de aprovechamiento (Figura 4).
El modelo de regresión y el coeficiente de determinación fue alto con valor de R2> 0.96 y 0.83 para MS hoja y MS tallo, respectivamente. La tendencia en las variables evaluadas en el cultivar Camello II fue similar a los cultivares anteriores; sin embargo, se observó una diferencia marcada en cuanto al rendimiento del componente hoja ya que fue de 4 250 kg MS a las ocho semanas de rebrote y a su vez, el componente tallo alcanzó 1 750 kg ha-1 MS, superior a los cultivares Cobra, Convert 330 y Camello I (Figura 5).
Al respecto, la hoja es el componente que más aporta al rendimiento (Cruz et al., 2011), y de mayor valor nutricional, debido a que posee mayor contenido de proteína cruda respecto al tallo y mayor digestibilidad (Garay et al., 2020; Rojas-García et al., 2018). Al respecto Pereira et al. (2012) argumentaron que realizar una fertilización con nitrógeno y fósforo inmediatamente después del corte, induce al incremento del número y expansión de hojas y contenido de proteína (Gándara et al., 2017).
La altura de planta incrementó conforme aumentó la edad de rebrote, hasta alcanzar una altura de 76 cm en la edad de rebrote de seis semanas; sin embargo, posteriormente, presentó una tendencia a disminuir. La radiación interceptada máxima (96%) se alcanzó en la semana ocho de rebrote, cuando la pradera alcanzó 71 cm de altura, lo que indicaría que, pudiese estar muy relacionado ese valor con la máxima acumulación de los componentes del rendimiento (hoja y tallo) y, por ende, podría ser el momento óptimo de aprovechamiento, lo que indicaría que este cultivar, presenta un crecimiento más lento, por consiguiente, acumula mayor cantidad de materia seca (Figura 5).
La variación en altura de planta entre los híbridos se debe al hábito de crecimiento que presentan, el cual, es modificado por las condiciones ambientales y de manejo (González et al., 2020). En este sentido, se ha reportado que el híbrido Cobra presenta hábito de crecimiento erecto (Hare et al., 2015), mientras que, en los híbridos Camello I y Camello II, se observó un crecimiento más erecto en Camello II, por lo cual, la incidencia del viento ejerció un efecto mayor sobre este cultivar provocando el acame de la planta a las ocho semanas de rebrote.
El aumento del rendimiento de materia seca total al incrementar la edad de rebrote es un comportamiento que ha sido documentado en diferentes investigaciones (Garay-Martínez et al., 2018; Rojas-García et al., 2018), como consecuencia del crecimiento activo de los pastos (Castro et al., 2013). Al evaluar los híbridos Cayman, Mulato II y Cobra, Vendramini et al. (2014) obtuvieron mayor rendimiento de materia seca al incrementar la edad de rebrote de tres a seis semanas, obteniendo los mayores rendimientos los cultivares Cayman y Mulato II.
Además, al evaluar los mismos cultivares, en diferentes condiciones climáticas e intervalos de corte de 30, 45, 60 y 90 días, Hare et al. (2013) obtuvieron incrementos en la materia seca total, al incrementar el intervalo de corte, obteniendo los mayores rendimientos a los 30 y 45 días el cultivar Mulato II, mientras que, a los 60 y 90 días fue superado por el cultivar Cobra y Cayman, respectivamente. Por otra parte, los cultivares de Urochloa generan mayores tasas de elongación de hojas (Dias-Filho y Carvalho, 2000); sin embargo, las tasas de elongación de hojas varían en función de la época del año, debido a las diferentes condiciones climáticas que se presentan, principalmente de temperatura y precipitación (Martínez et al., 2020).
En este sentido, Bernal et al. (2016) mencionaron que los híbridos Cayman y Mulato II, producen mayor cantidad de hojas, lo cual, ha sido corroborado por Garay-Martínez et al. (2018) quienes al evaluar los cultivares Cayman, Mulato II, Cobra, Insurgente y Buffel H-17, reportaron mayor acumulación de hoja en los cultivares Cayman y Mulato II a las cuatro y seis semanas de rebrote; sin embargo, al incrementar la edad a ocho semanas, la acumulación de hoja disminuyó, incrementando la acumulación de tallo y materia muerta; comportamiento similar al observado en la presente investigación.
Las diferencias en acumulación de materia seca de tallo se pueden atribuir a las variaciones entre las tasas de elongación de tallo que presentan los cultivares, las cuales, varían entre cultivares y épocas del año (Paciullo et al., 2011), así como al incremento del periodo de aprovechamiento, lo cual, induce la elongación de los tallos (Filho et al., 2020).
Conclusiones
En general, la acumulación de materia seca incrementa en función de la edad de rebrote. Durante la octava semana de rebrote se obtuvieron los mayores rendimientos y el rendimiento de hoja fue mayor respecto al de tallo, por lo cual, podría ser el momento óptimo para aprovechar el forraje de los híbridos en las condiciones climáticas que fueron evaluados.