El libro que presentan Matías Kulfas y Guido Zack, contiene temas estructurales de la economía argentina tratados de una forma empírica, rigurosa y con recomendaciones, constituyendo un texto de la mayor actualidad para un país donde la situación sanitaria, social, política y económica necesita respuestas que van más allá del corto plazo. Para ello, los autores abordan temas relevantes e incorporan un debate y un análisis riguroso de la evidencia empírica y las teorías que analizan estas cuestiones en un mundo global, bajo la estela de una de las mayores crisis financieras de la historia del capitalismo y un futuro incierto respecto al mundo post pandemia.
En el capítulo uno, los autores reconocen la restricción externa . la inadecuada estructura productiva como el punto de partida de los males que aquejan al país, cuyo nivel de bienestar disminuye año tras año, mostrando índices de pobreza, indigencia y desigualdad impensables hace 50 años. Si bien el capítulo parte de una detallada descripción de los clásicos modelos de dos brechas, lo que está en juego es confirmar o rebatir hasta qué punto las devaluaciones tienen un efecto expansivo y distributivo en la economía argentina. El mensaje de la política económica consiste en la necesidad de incrementar las elasticidades de las exportaciones a partir del fomento de una estructura productiva exportadora, orientada a productos de mayor valor añadido, complejidad y calidad.
Los capítulos dos y tres abordan los temas derivados de la escasez de divisa: la inflación en la economía en un contexto de restricción externa. El capítulo de Guido Zack, Martín Montané y Matías Kulfas analiza las causas que originan la inflación y las consecuencias sobre el crecimiento y la distribución del ingreso. El debate se centra en aquellos argumentos a favor del carácter monetario de la inflación y de los que consideran que las presiones inflacionistas provienen de una alteración de las condiciones que determinan los precios relativos. Se admite que en Argentina las causas son una combinación de ambos fenómenos y, para ello, realizan un ejercicio utilizando un modelo monetarista puro y un modelo ampliado, donde se incorporan dos variables explicativas de la inflación: el tipo de cambio y los salarios. La conclusión desde el punto de vista de la política económica, consiste en aplicar políticas gradualistas de reducción de la inflación que incluyan el componente inercial.
Emiliano Libman aborda en el capítulo tres, el tema instrumental de la inflación y se aleja de lo que se puede llamar cuestiones estructurales: da un salto en el análisis y centra la discusión sobre cuál es la política anti inflacionista más adecuada e incluye la política aplicada por el gobierno de Mauricio Macri. Además, explica de forma detallada que un programa de metas de inflación no es ajeno a la teoría económica ni a la experiencia en otros países; no obstante, hay un problema subyacente y es que este tipo de programas funciona de manera adecuada para determinados niveles de inflación.
Matías Kulfas, Ramiro Manzanal y Martín Montané abordan otra de las cuestiones claves desde el punto de vista de la estructura económica y tiene que ver con el rol de la Inversión Extranjera Directa (IED), en un contexto de un mundo globalizado. En este cuarto capítulo, admiten que el mundo ha cambiado en cuanto a la forma de producción, intercambio y búsqueda de recursos naturales escasos, por lo tanto, también aceptan que la IED debe ser analizada en un contexto distinto y organizado en cadenas globales de valor. Una parte central del mensaje es el siguiente: la IED puede ser buena para el crecimiento pero es necesario indagar qué IED es la que necesita un país, cuál es más adecuada para la estructura productiva y qué objetivos debe cumplir. Para ello proponen diseñar un esquema que tenga en cuenta que la IED debe respetar unos lineamientos sectoriales y tecnológicos, además de apoyar proyectos complementando inversiones o transfiriendo tecnologías; en definitiva, hay que olvidarse de la cantidad y centrarse en la calidad que el país necesita.
Un quinto tema presente en el libro es el de la pobreza: Federico Favata y Guido Zack intentan avanzar en los análisis de este fenómeno vinculando la relación entre crecimiento y pobreza. Respecto al efecto sobre la distribución del ingreso, el aporte del crecimiento dependía del punto de partida y si el ingreso medio de la población se encontraba más cerca o más lejos de la línea de pobreza. Los autores en este caso, al igual que en los otros capítulos, realizan un ejercicio econométrico con una doble intención: la primera es descomponer los efectos que tiene el crecimiento y la distribución sobre la pobreza (incluyendo tasa, brecha y brecha al cuadrado) y la segunda tiene que ver con el cálculo de las elasticidades respecto al ingreso (crecimiento) y al índice Gini (distribución). Los resultados ayudan a incorporar un nuevo punto de vista sobre políticas públicas de lucha contra la pobreza.
El mensaje de este texto sobre la economía de la República Argentina es bastante claro. En primer lugar, sin cambios en la estructura productiva la restricción externa sigue operando para frenar el crecimiento. Por otro lado, en cuanto a la inflación, la recomendación es gradualismoy más gradualismo para estabilizar y, adicionalmente, olvidarse de la política de metas mientras la inflación supere los dos dígitos y los precios relativos no se encuentren comparativamente alineados. Respecto a la forma de abordar la IED y la lucha contra la pobreza, parece evidente que las políticas seguidas por el gobierno de Mauricio Macri no fueron acertadas, pero tampoco lo fueron los intentos anteriores. La IED debe atraerse de forma diferente y con el único objetivo de mejorar la estructura productiva. La lucha contra la pobreza también debe repensarse, pues no solo hay que crecer, sino evitar que ese crecimiento sea en vano.