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Economía UNAM

versión impresa ISSN 1665-952X

Economía UNAM vol.1 no.3 Ciudad de México sep./dic. 2004

 

Artículos

 

La Unión Europea ampliada: ¿potencia mundial?

 

Will European Union Expanded turn into a World Power?

 

Jorge Eduardo Navarrete

 

Investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM y miembro del Comité Editorial de ECONOMÍAunam. Correo electrónico: jorgenavarrete@terra.com.mx

 

Resumen

La ampliación de la Unión Europea (UE) es un factor que determinará su evolución como centro de poder de influencia mundial en la primera mitad del siglo. La pregunta que se pretende contestar en este artículo es si esa nueva dimensión le permitirá a la Unión asumir esa función de protagonismo global. El autor señala que ello no ocurrirá por lo menos en el decenio en curso, pues la cabal incorporación de los nuevos miembros precisará de un período de transición que hará que la UE mire más a su interior que a su papel en el escenario mundial.

 

Abstract

The expansion of European Union will define its evolution as a world power center during the first half of present century. This article seeks the determine if its new dimension will allow the Union to turn into one of the world major figures. The author states that this will not happen in present decade, as the complete incorporation of new members will need a transition period during which the group of countries will have to look at the inside of the Union more than at its paper as a world leader.

 

JEL classification: F02, F13, F15, O52

 

En éste y los próximos decenios de la primera mitad del siglo surgirán y se consolidarán de manera progresiva varios centros de poder de influencia global. Se corregirá así la situación en la que sólo existe uno de ellos, surgida en el último decenio del siglo anterior y prevaleciente en el actual. La Unión Europea (UE) será uno de los centros de ese nuevo equilibrio mundial en formación.1

La ampliación de la UE entre 2004 y finales de este decenio, es uno de los factores que determinarán su evolución como centro de poder en la primera mitad del siglo. La pregunta central que se pretende responder en esta fase de la investigación es si la UE ampliada tendrá mayores o menores opciones para asumir ese rol más influyente en el mundo, si será más o menos factible que se constituya, en palabras de Alain Juppé, en "un factor de paz, de equilibrio y de armonía en la escena mundial, con vocación de actuar como protagonista en ese escenario".

La UE ampliada a partir del 1 de mayo de 2004 no sólo tiene un mayor número de miembros, más de cuatro veces el de sus fundadores, sino que está en trance de: a) incrementarlo con dos más en el horizonte de 2007 y dos o tres más hacia el final del decenio; b) establecer una institucionalidad renovada, centrada en el nuevo Tratado Constitucional -aprobado en junio de 2004 y cuyo proceso de ratificación se extenderá por dos o tres años- y en instituciones adicionales o radicalmente transformadas; c) definir un nuevo tipo de relaciones con sus nuevos vecinos en las fronteras oriental, suroriental y mediterránea; d) acordar el establecimiento de límites a lo que por decenios ha parecido un proceso abierto de ampliaciones sucesivas, y e) resolver en un horizonte cercano la cuestión de Turquía, que es a la vez el más antiguo y el más complejo de los temas pendientes del proceso histórico de ampliación. Estos otros elementos son importantes para la actuación de Europa2 en el mundo y deben considerarse al intentar responder la pregunta de su futura actuación global.

Los temas que se discuten en este texto son los siguientes:

• Cómo se caracteriza el momento de la ampliación y de la renovación institucional alrededor del 1 de mayo de 2004, cuando la UE se expandió a 25 miembros

• Qué dimensiones han agregado los diez nuevos miembros a la Europa de los 15 o, en otras palabras, qué tan diferente es la Europa de 25 (y más adelante de 27 o más) de su predecesora de 15

• Cómo va a afectar la ampliación a las relaciones económicas, comerciales y financieras de la Unión Europea

• Cómo va a afectar la ampliación a las relaciones políticas de Europa con otros actores de la vida internacional, en especial la hiperpotencia del otro lado del Atlántico

Se espera que los señalamientos preliminares relativos a estos cuatro órdenes de asuntos permitirán integrar una respuesta de conjunto a la cuestión central que plantea este texto.

 

La coyuntura de la ampliación y la renovación institucional

La fiesta para recibir en la Unión Europea a diez nuevos miembros, ocho de ellos provenientes del derrumbado "socialismo real", tuvo un sabor agridulce. Ocurrió en una coyuntura en que son más las incógnitas -políticas, económicas, sociales e internacionales- que las certidumbres sobre el futuro de la Unión. De manera similar, las acciones de renovación institucional previstas para acompañar a la ampliación -en los ámbitos de la Comisión Europea, del Parlamento Europeo y de la aprobación del Tratado Constitucional, comunmente referido como la Constitución- han enfrentado obstáculos y demoras y el desenlace de algunas de ellas es incierto al cerrarse el período de la presidencia irlandesa del Consejo de Europa al finalizar el primer semestre de 2004.

El momento de la ampliación fue elegido hace años, pero probablemente nadie imaginó que podría resultar tan poco auspicioso; que coincidiría con dificultades, desencuentros y asuntos pendientes en tantos frentes al mismo tiempo. En un breve repaso destacarían, entre otros, los siguientes factores:

• La Unión Europea, en particular los países de la zona del euro, vive un mal momento económico. De acuerdo con el más reciente informe de la OCDE3 dado a conocer a mediados de mayo, son los rezagados en la de otro modo vigorosa y firme recuperación de la economía mundial. "En gran medida -dice el informe- la recuperación está todavía dejando de lado a la Europa continental, donde la demanda interna y el gasto de las unidades familiares siguen siendo sorprendentemente débiles." La recuperación es "fuerte, amplia y sostenible": 3.4 y 3.3 por ciento son las tasas promedio de crecimiento real esperadas este año y el próximo en los países de la OCDE. Sin embargo, Europa continental, en especial la zona del euro, no participa de esa sólida recuperación. Los países del euro tendrán tasas muy inferiores: 1.6 y 2.4 por ciento, respectivamente

• De hecho, la OCDE se pregunta si esta aguda diferencia, esta "recuperación a dos velocidades", es sostenible o puede ser fuente de mayores desequilibrios comerciales y cambiarlos. "Las mayores divergencias pueden agravar los desequilibrios en cuenta corriente y las incertidumbres financieras." No se advierten en los países europeos, en particular en Alemania, Italia y Francia, elementos propios de dinamismo económico y persiste un desempleo muy elevado (más de 8% en promedio). De hecho, el modesto crecimiento que registrará la zona del euro vendrá del impulso derivado de la expansión de las otras economías industriales y no de factores endógenos

• Aunque el ambiente de las relaciones políticas intraeuropeas ha mejorado mucho respecto del prevaleciente en 2002-2003, cuando la invasión de Irak provocó la división y los enfrentamientos más marcados de toda la existencia de la Unión, esas heridas no han cicatrizado

• Al mismo tiempo surgen otros elementos de fricción. Por ejemplo, a mediados de mayo el gobierno alemán anunció que haría todo lo posible para ser electo miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Rectificó así una posición expresada en el acuerdo de coalición entre los partidos Social-Demócrata y Verde, que manifestaba preferencia por una posición de miembro permanente para la Unión Europea, opción que ahora se considera inviable4

• Se resiente igualmente el reencontrado protagonismo europeo de Alemania y Francia, que en ocasiones se expresa con muy poco tacto. No son, por cierto, los países menores los que más expresan este sentimiento, sino los intermedios, como Italia, España y Polonia, cuya distancia poblacional y económica no es tan amplia y que desearían influir de manera importante y perceptible en cuestiones que les conciernen, como miembros importantes de la Unión

• Si bien en el Consejo Europeo del 17 y 18 de junio de 2004 se consiguió la aprobación del Tratado Constitucional por los jefes de gobierno de los 25 países de la Unión, no ha quedado plenamente despejado el camino para su ratificación y entrada en vigor. El prolongado proceso de ratificación se verá demorado por la decisión de un número creciente de países de someter la ratificación a referenda nacionales. La perspectiva es inquietante sobre todo en el caso del Reino Unido, porque no está definido qué hacer si uno de los mayores países de la Unión rechaza el arreglo constitucional aceptado por los demás. Hasta ahora, no hay respuesta. 5 Por lo pronto, la Unión se amplió sin contar con la base jurídico-institucional que debía sustentar y dotar de viabilidad la ampliación misma

• Las elecciones para el Parlamento Europeo, realizadas entre el 10 y el 13 de junio, pusieron de relieve el perturbador agravamiento de dos tendencias: la euroapatía, manifestada en un índice promedio de abstención superior a 50%, y el euroescepticismo, que dio como resultado el éxito relativo de partidos menores que mantienen posiciones críticas o francamente hostiles a las perspectivas de profundización de la UE

En suma, el episodio mayor del proceso de ampliación de la Unión Europea en el presente decenio ocurrió en un momento poco propicio. Se complica así el manejo de los problemas propios de la ampliación al tener que atender de manera prioritaria las tensiones de coyuntura. Si la ampliación se entendió siempre como un reto de gran envergadura, el momento en que se produjo lo ha tornado aún más desafiante.

 

La Europa de 15 y la Europa de 25 (y de 27)

Algunos indicadores permiten responder a la cuestión de cuánto han agregado o restado a la Unión los diez nuevos estados que el 1 de mayo se sumaron a los 15 y cuánto agregarán o deducirán los dos países adicionales cuya adhesión está prevista para enero de 2007. Se presentan también datos para otros dos países: Croacia, cuyas conversaciones de acceso se iniciarán a principios de 2005, según decisión del Consejo Europeo en junio de 2004,6 y Turquía, sobre la que aún no se ha tomado decisión (véanse los cuadros 1 a 3 (2)).

• El número de países miembro es ahora dos tercios mayor que antes. Cuando se cuenten votos, por ejemplo en la Asamblea General de la ONU para decidir asuntos como la reforma del Consejo de Seguridad,7 habrá que contar 25, dos terceras partes más que 15 desde el presente año y 27, 28 o 29 hacia finales del decenio

• La extensión geográfica de la Unión es ahora 23% mayor. Cubre 3.9 millones de kilómetros cuadrados al sumarse 735 000 a los 3.2 millones preexistentes. Rebasará los 4 millones a partir de 2007, algo menos de la mitad del territorio estadounidense

• La población de la Unión Europea se ha incrementado en proporción semejante: 19%. Los europeos de la Unión son ahora casi 455 millones, 74 más que los 380 millones que antes se contaban. Otros 30 millones se sumarán en dos años más

• La población de la UE, sea de 15, 25 o 27 estados, está estancada y en un buen número de países en decrecimiento. Por tanto, es una población que envejece de manera rápida. La migración es el principal factor de dinámica demográfica8

• La proporción de los mayores de 65 años en la población total era en los 15 de 16.9%, mientras que en los diez de 13.6%. Ahora, en la Europa de 25, 15.2% de los habitantes son viejos

• La dimensión económica de la Unión, medida por el valor del PIB de sus países miembros, se expandió en mucho menor medida que el territorio o la población, apenas 4.6%. Las ampliaciones esperadas no añadirán mucho más. Los diez agregaron 368 000 millones de dólares -algo más de la mitad del PIB de México- para alcanzar un PIB total de prácticamente 9 000 miles de millones de dólares (9 billones de dólares), magnitud que representa algo menos de nueve décimas partes del PIB estadounidense

• Si el PIB se mide a paridad de poder de compra esa diferencia se estrecha y en la Europa de 25 desaparece. Para propósitos de comparación de dimensión económica, la UE ampliada y Estados Unidos son entidades de tamaño equivalente

• La perspectiva, sin embargo, es que la brecha a favor de la economía de Estados Unidos vuelva a abrirse en el resto del decenio. En efecto, de acuerdo con el informe semestral de la OCDE ya citado, en 2004 y 2005 las economías de la Europa del euro crecerán en 1.6 y 2.4 por ciento, mientras que la de Estados Unidos se expandirá a ritmos de 4.7 y 3.7 por ciento. La OCDE estima que el potencial de crecimiento del PIB de la zona del euro entre 2006 y 2009 se situará en 1.9%, mientras que la cifra equivalente para Estados Unidos es de 3.3%. De manera similar, la producción por persona ocupada en la eurozona crecerá 1.5% anual frente a 2.5% en Estados Unidos.9 La brecha de dimensión económica y productividad entre la hiperpotencia y la Europa del euro será más amplia al final del primer decenio del siglo de lo que es ahora

• Naturalmente, el producto medio por habitante se contrajo con la ampliación. Medido a tipos de cambio del mercado, el promedio de los 15 era de 25 000 dólares anuales; el de los diez, de 6 300; el PIB per cápita de los 25 es de 1 7 500 dólares, 30% menos. Las ampliación esperada en 2007 y la probable años después deprimirán aún más el producto per cápita promedio de la UE de 27, 28 o 29, si se mantienen las proporciones que ahora se observan

• Entre los 15, la diferencia máxima entre los PIB por habitante era de 3.3 a 1. Entre los 25 esa brecha se amplía a 11.3 a 1 y entre los 27 a 19.8 a 1

• Con paridades de poder de compra, esas drámaticas brechas se atenúan de manera considerable. En los nuevos miembros, la magnitud del producto medio por habitante más que duplica si se mide con paridades de poder de compra. Vista así, la caída de la cifra promedio para la UE derivada de la ampliación a 25 se reduce en casi diez puntos, a poco más de 20 por ciento. Del mismo modo, se estrechan las brechas en el PIB por habitante. Entre los 15, de 3 a 1 ; entre los 25, de 6.8 a 1, y entre los 27, de 7.9 a 1

• El comportamiento económico reciente (1998-2002) en la UE de 15 ha sido bastante dispar. Dejando fuera de la comparación a la diminuta economía de Luxemburgo, se advierte una diferencia de hasta siete puntos en las tasas de crecimiento nacionales promedio. Esta diferencia es menos significativa entre los diez. De cualquier modo, en el comportamiento económico reciente de la Europa ampliada se encuentra una notable dispersión de tasas de crecimiento

• La ampliación introduce un mucho mayor grado de dispersión en el comportamiento de los precios en los 25 y 27 miembros de la Unión Europea. Mientras que en los 15, en el período 1998-2002, la mayor diferencia entre las tasas nacionales de inflación fue de 1.3 puntos, en los diez el comportamiento fue mucho más variable, con diferencias nacionales de casi nueve puntos

• Como la tasa de desempleo es mayor en los diez (10.1%) que en los 15 (8.1 %), el nivel promedio de paro en los 25 se sitúa en una tasa media de 8.9%. El cambio no es realmente significativo: la desocupación, que era un problema central entre los 15, lo sigue siendo entre los 25

• La dispersión entre las tasas nacionales de desempleo se modificó significativamente con la ampliación: de una diferencia máxima de 7.4 puntos entre los 15, pasó a otra de 15.2 puntos entre los 25

• Los desequilibrios fiscal y de cuenta corriente presentan un panorama también más diverso en la UE ampliada. En los diez la disciplina fiscal ha sido más laxa y, en general, los déficit públicos son sustancialmente mayores en relación al PIB que entre los 15. Esta es la razón por la cual la adhesión a la unión monetaria de alguno de los diez nuevos socios es todavía una perspectiva distante. Aunque en menor medida, lo mismo ocurre con los balances de la cuenta corriente de la balanza de pagos.

• Un indicador central para determinar la orientación de las corrientes de inversión es el costo laboral por hora. Los prevalecientes entre los 15 se encuentran entre los más altos del mundo. En cambio, entre los diez nuevos miembros hay costos sensiblemente más bajos: menos de la quinta parte, en promedio

En suma, en relación a la Europa de los 15, la Unión Europea ampliada es más extensa, más poblada y, por el momento, ligeramente más joven; el tamaño de su economía es básicamente el mismo y sus habitantes son, en promedio, menos ricos y más de entre ellos están desocupados. En la UE de 25 hay, como era de esperarse, una mayor dispersión de las tasas de inflación y de los saldos en cuenta corriente y presupuestal de lo que se observa en la Europa anterior a la ampliación. La ampliación redujo de manera drástica la homogeneidad.

Es concecible que el principal desafío de la ampliación pueda plantearse en términos de conseguir que las brechas -de dimensión económica, de niveles individuales de ingreso, de tasas de inflación y desocupación, entre otras- entre los 25 (o los 27) no sean mayores de lo que son ahora entre los 15. ¿Qué tasa de crecimiento, sostenida por cuántos años, permitirá alcanzar un objetivo de esta naturaleza y dimensión? ¿Qué magnitud de recursos habrá que destinar para conseguirlo?10

No se han mencionado, pero sin duda son importantes, dimensiones de la ampliación que corresponden a otro rango de fenómenos, no todos fácilmente mensurables. Los siguientes son algunos de las más evidentes:

• Se ha complicado el mosaico lingüístico. Cada nuevo miembro trajo su propio idioma. Sin considerar lenguas regionales, en la Unión de 15 se hablaban diez idiomas; en la de 25, 20. Todos son considerados idiomas oficiales

• Ha crecido enormemente la diversidad cultural. Es este, sin duda, uno de los aspectos más positivos de la ampliación

• Es ahora más rico el cúmulo de herencias históricas que confluye en la Unión. Viendo sólo al pasado reciente, destaca el trauma de la experiencia del socialismo real que ocho de los diez traen consigo. Un antiguo ministro del Exterior de la Rumania post-Ceaucescu, Andrei Plesu, expresó así el peso de esta herencia:

Cuando en Europa Oriental decimos Europa, por lo general pensamos en algo del pasado, algo que perdimos y tenemos que volver a encontrar. Algo que aparece en una fotografía vieja y borrosa, el mundo de entreguerras, una nostalgia, una aspiración. En Occidente, Europa es un proyecto. En Oriente, es un recuerdo.

• El mapa de los conflictos o tensiones regionales, étnico-regionales y de relación con minorías, incluso minorías religiosas, se ha complicado enormemente y va a complicarse aún más. Recuérdese que ahora es parte de la Unión un país dividido: Chipre. Aunque ya lo había sido antes Alemania, seccionada por otras razones

Los anteriores indicadores e indicios ilustran algunos de los ámbitos y dimensiones en que la Unión Europea resultante del proceso de ampliación que ocurre en este decenio es diferente de la Unión de los 15. En mayor o menor medida, estas diferencias pesan a la hora de apreciar el papel que la Unión Europea jugará en el mundo en los próximos decenios.

 

Relaciones económicas, comerciales y financieras

Las cuestiones más discutidas en torno de la ampliación de la Unión Europea corresponden a la forma en que afectará a las relaciones económicas, comerciales y financieras tanto entre los 25/27 países miembro como, sobre todo, con otros países o bloques económicos.

De entrada, la ampliación tiene una significación económica limitada. Ya se ha hecho notar que la dimensión económica total de la Unión aumenta en menos de 5%. Los diez le suman a la Unión, en términos de tamaño económico, más o menos lo que añadió México al TLC entre Estados Unidos y Canadá cuando éste se transformó en el TLCAN. No mucho, realmente.

Hace cuatro años, Europa se propuso, en la cumbre de Lisboa, convertirse en 2010 en "la economía más dinámica y competitiva del mundo".11 Sin embargo, en cuatro años no se ha avanzado mucho en el sentido de los objetivos de Lisboa. Ya se ha señalado el principal elemento en que se manifiesta esta insuficiencia: la persistente brecha en el crecimiento de la productividad que acentúa la desventaja de la economía europea respecto de la estadounidense. Otra brecha es la del gasto en investigación y desarrollo, al que actualmente la Unión dedica 1.9% de su producto total, mientras que la proporción comparable en Estados Unidos es de 2.7 por ciento.

Existen, además, las limitantes que se derivan del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) para aplicar políticas anticíclicas. En el último año ha crecido el clamor por aplicarlo "con una óptica de crecimiento". Sin embargo, al incorporarse a la Unión países con déficit públicos mucho mayores que los existentes en los 15 -aun en los casos de los que exceden los límites del PEC, como Alemania y Francia- va a aumentar la presión por seguir teniendo a la disciplina fiscal como el principal pilar de la política de estabilidad.

La ampliación va a hacer aún más difícil alcanzar los objetivos de Lisboa. Ha aumentado el número de vagones del convoy, pero no el de locomotoras y éstas han permanecido funcionando a muy baja velocidad, cuando no han estado detenidas. Así, en el ámbito económico, con la ampliación de la UE se acentuará, al menos en el corto plazo, la debilidad coyuntural del crecimiento de la economía europea.

Los impulsos dinámicos que pueden esperarse de la ampliación vendrán más tarde. Algunos economistas hablan de diez años de pagar los costos de la ampliación, antes de empezar a cosechar los beneficios.

La Unión Europea es la mayor potencia comercial del mundo. Sus exportaciones de bienes y servicios triplican a las de Estados Unidos. Como mercado importador, la proporción es cercana a dos veces. También en este terreno no es mucho lo que añadirán los nuevos miembros: algo más de 5 por ciento.

Tanto los 15 como los nuevos miembros son países muy integrados a la economía mundial a través del comercio. En cuatro de los 15 las exportaciones de bienes y servicios representan más de la mitad del PIB; en otros cinco, entre un tercio y la mitad, y en los restantes seis entre un quinto y un tercio. En ninguno de los 15 la relación exportaciones/PIB es inferior a 20 puntos. Este grado de internacionalización es aún más acentuado entre los diez nuevos miembros y alto entre los candidatos.

La dinámica exportadora reciente ha sido muy variable. Entre 1999 y 2002, siete de los 27 consiguieron tasas de crecimiento medio anual de sus exportaciones de bienes y servicios de dos dígitos y otros 16 registraron tasas de entre 5 y 10 por ciento anual (véase el cuadro 4).

El comercio intra-UE es el componente principal del intercambio comercial de los países miembro. En los 15, más de la mitad de las exportaciones se destina a otros socios de la UE y en cinco de ellos esa proporción supera los dos tercios. Sin embargo, la importancia del comercio intrazonal para los 15 ha disminuido respecto a 1990, revelando que la mayor parte de las oportunidades de mercado han sido ya aprovechadas y que ahora es más rápido el aumento de las ventas a mercados extrarregionales (véase el cuadro 5).

No es factible una comparación de este tipo para los diez, pues la mitad de ellos no existían como estados independientes antes de la implosión de la URSS -para usar una sigla en riesgo de extinción por olvido-. Pero quizá los casos de Hungría y Polonia sean representativos del fenómeno de que la importancia del comercio intrazonal creció en forma considerable aun antes de la incorporación formal a la UE y es de esperarse que continúe haciéndolo.

De esta suerte, los bajos índices de concentración que muestran los países de la Unión Europea reflejan más la diversificación en la composición del comercio que la diversificación geográfica de los intercambios.

Es curioso advertir que de los 29 países que aparecen en los cuadros estadísticos que acompañan a este texto, sólo tres (Malta, Reino Unido y Suecia) encuentran su principal mercado fuera del ámbito de la Unión Europea misma. Otros tres (Bulgaria, Chipre y Lituánia) tienen como principal proveedor a un país ajeno a la UE. De hecho, el principal mercado o el mayor proveedor es, casi siempre, un país vecino, lo que no sería de esperarse en tiempos de mundialización. Adviértase también que son muy pocos los casos en que el principal proveedor aporta más de un tercio de las importaciones totales o el principal mercado absorbe más de esa misma proporción de las exportaciones (véase el cuadro 6).

Los nuevos miembros de la UE son receptores ideales de inversiones extranjeras directas (IED). Así lo subraya un reportaje europeo reciente:

En la lucha sin merced por las inversiones, en la que los actores hacen hasta lo imposible para seducir a las transnacionales, los países del Este y del Centro de Europa ofrecen condiciones ideales: salarios bajos, sólida calificación de la mano de obra, tradición industrial, altas tasas de desocupación y la firme voluntad de reformar la economía, abandonando los antiguos sistemas de protección social. Los diez nuevos países de la Unión Europea son amantes irresistibles de las inversiones extranjeras.

Hasta el momento, sin embargo, no han sido grandes receptores de IED. El acervo acumulado hasta 2002 en los diez nuevos miembros es de un orden similar al de México, representando algo menos de dos quintos del PIB total de esos países. Su captación de IED se encuentra al alza. En 2002 las nuevas inversiones se elevaron a 21 500 millones de dólares, concentradas en Chequia, Polonia, Eslováquia y Eslovenia (véase el cuadro 7).

Cabe esperar que en los próximos años estos flujos se eleven en montos importantes. Su nuevo estatus de miembros de la Unión Europea, así como los comparativamente bajos costos laborales, aumentarán su ventaja comparativa frente a destinos alternativos, en especial en los países en desarrollo de África, América Latina y Asia.

Un aspecto complementario importante es el relacionado con los flujos de recursos prespuestales orientados a disminuir las disparidades intrarregionales en Europa. Los fondos de cohesión, que entre 2004 y 2006 se estiman en 25 000 millones de euros (unos 30 000 millones de dólares), se destinarán a las regiones denominadas Objetivo 1, aquellas cuyo ingreso medio es inferior a 75% del promedio en la Europa ampliada. Se estima que los mayores desembolsos se dirigirán a Polonia (12 800 millones de euros) y Hungría (3 200 millones).

En el resto del decenio, a paso y medida que se consolida la ampliación de la UE, los nuevos socios incrementarán su participación como mercados y proveedores de los antiguos miembros de la Unión y continuarán siendo un destino preferido para las inversiones directas que se originen en éstos. Si para México la "globalización" -como dijo célebremente Jesús Silva Herzog Flores- ha sido más bien una "americanización", para los nuevos miembros de la UE, va a ser sobre todo una "europeización".

 

Relaciones políticas: la nueva UE y la seguridad global

A mediados de abril, dos semanas antes de la ampliación formal de la Unión Europea, el presidente estadounidense encabezó en Washington una ceremonia que parecía extraída de la época de la guerra fría. Se trató de la ampliación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a la que se sumaron siete países europeos (Bulgaria, Eslováquia, Eslovenia, Estonia, Letónia, Lituánia y Rumania), cinco de los cuales ingresaron ahora a la UE, mientras que los dos restantes lo harán en 2007.

¿Hacia dónde orientarán la brújula de sus relaciones políticas la mayoría de los nuevos países miembro? ¿Hacia Bruselas, el punto de gravitación europeo, o hacia Washington, el centro de gravedad de la OTAN? ¿En qué medida podrán combinar ambas orientaciones? Si Europa aspira a ser un punto de gravitación de alcance global, un factor en un nuevo equlibrio mundial ¿van a contribuir a este objetivo -que inevitablemente supone tomar distancias y, en ocasiones, plantear diferencias respecto de Estados Unidos- países como los bálticos o los de Europa Central?

Existe una enorme brecha entre las capacidades militares de Estados Unidos y de la Unión Europea. El gasto militar de la hiperpotencia excede en más de 50% al de Europa, sea que se cuente a 15 a 25 o a 27 países miembro de la Unión. El de éstos está sujeto a las severas restricciones prespuestales que impone el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, en el caso de los países de la zona del euro, y el rechazo de la opinión pública a la expansión del gasto militar en los demás. Así, el gasto militar europeo se ha mantenido en torno de algo más de 2% del PIB y de 7% de los presupuestos de egresos. Ambas proporciones son más o menos la mitad, en el caso del producto, y la tercera parte, en el del presupuesto, de las que prevalecen en Estados Unidos (véase el cuadro 8).

Empero, en los dos últimos años Europa ha emprendido un proceso orientado a establecer una identidad propia en materia de seguridad, expresada en una entidad militar europea, distinta de la OTAN y no subordinada a ella. En el Consejo Europeo de junio de 2004 se dio un paso importante en esta dirección, al convenirse el establecimiento, antes de fin de año, de una unidad de planeación militar y la integración de grupos de combate de reacción rápida. Ambos elementos han sido considerados indispensables si la UE va a dotarse de capacidad para llevar a cabo misiones militares de combate u operaciones de mantenimiento de la paz. La unidad, a establecerse en Bruselas, se sumará a las entidades de planificación militar multinacional que ya existen en Francia y el Reino Unido, las principales potencias militares de la UE, y mantendrá relaciones con las entidades afines de la OTAN. Se espera que los grupos de combate estén integrados por tropas de élite, con 1 500 efectivos por grupo, capaces de movilizarse en no más de diez días y realizar operaciones en cualquier tipo de entorno.

Como se advierte, la UE no ha hecho sino emprender un largo camino. Pero parece claro que para este tipo de proyecto no hay que contar con ninguno de los nuevos miembros de la Unión: unos porque su aporte no haría diferencia y otros porque el peso de los decenios de control soviético sigue muy presente.

 

A manera de conclusión...

...desearía señalar mi escepticismo de que la ampliación contribuya, al menos en el presente decenio, a fortalecer la capacidad de acción conjunta de la Unión Europea en la escena internacional. Como se ha dicho recientemente, Europa continuará siendo una de las potencias del mundo, pero no una potencia mundial, al menos todavía no.

La plena incorporación de los nuevos miembros -diez ahora, dos más en 2007 y otro años después, sin contar a Turquía, cuya adhesión plantea un universo propio de problemas- demandará de un período de transición en cuyo curso la Unión verá más hacia su interior que a su papel en el mundo.

 

Notas

1. Este texto es un primer producto parcial de la investigación "Alternativas a la hiperpotencia en el escenario mundial" (título provisional) que el autor realiza dentro del Programa Académico de Prospectiva: Estudio de Futuros en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM.

2. Como en casi toda la literatura, acojo el uso indistinto de los términos Unión Europea (y su acrónimo UE) y Europa, aunque no son coincidentes. Estoy conciente de que este uso indistinto encierra algo de la arrogancia, heredada de la era imperial, de los grandes países europeos. La Unión Europea, creen, es Europa; los que no están dentro o no esperan estarlo se encuentran, en realidad, fuera de Europa: en otro planeta, como Suiza, o en los márgenes de la civilización, como parte de los Balcanes o el Cáucaso.

3. Organization for Economic Cooperation and Development, OECD Economic Outlook, Paris, mayo de 2004.         [ Links ]

4. Frankfurter Allgemaine Zeitung, Francfort, 14 de mayo de 2004.         [ Links ]

5. Para prevenir esta eventualidad, los gobiernos de Alemania y Francia han propuesto que se acuerde, en un artículo transitorio del texto constitucional, que éste entrará en vigor al ser ratificado por 20 de los 25 signatarios. La propuesta no ha sido bien recibida en otros países. "Le référendum pourrait être risqué", Le Figaro, París, 19 de junio de 2004.         [ Links ]

6. "Brussels agrees entry talks with Croatia", Financial Times, Londres, 18 de junio de 2004.         [ Links ]

7. El ejemplo no es gratuito. No debe descartarse la posibilidad de que en algún momento de los próximos 18 meses se intente hacer aprobar por mayoría de dos tercios de la Asamblea General una ampliación del Consejo de Seguridad que, entre otras adiciones, convierta a Alemania en miembro permanente. La UE está sobrerrepresentada en ese órgano: ocupa dos asientos permanentes; por lo menos uno y frecuentemente dos de los no permanentes que corresponden al grupo de "Europa Occidental y otros estados" y, en virtud de la ampliación, el asiento no permanente del grupo "Europa Oriental" corresponderá a países que se sumaron a la Unión: cuatro o cinco de un total de 15. Añadir un tercer puesto permanente para Europa acentuaría las disparidades en la integración del órgano encargado del mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.

8. "Los hechos hablan de manera inequívoca: no sólo países aislados, sino toda Europa, experimentan una drástica reducción de la tasa de nacimientos. Si esta tendencia continúa, la población europea descenderá en más de 15% de aquí al año 2050 y en 100 años habrá quedado reducida a la mitad. De todos los países europeos, Albania es el único que presenta una tasa de natalidad que reproduce a nivel constante el número de habitantes. Europa envejece y lo hace de manera drástica [...] no se percibe en absoluto cuál será el punto culminante de la conmoción política que le aguarda al continente, o sea, el tener que admitir que la única solución que queda es la inmigración. Ciertamente, Europa dispone de una reserva de trabajadores jóvenes que aspiran a un mejor nivel de vida porque está rodeada de países con una tasa de natalidad de más del doble de la media europea. El problema es que casi todos esos países son musulmanes. Y no sólo eso: justo en las lindes de la UE, más exactamente entre la UE e Irak, existe un país que aspira con motivos muy fundados a convertirse en miembro de la UE: Turquía". Ulrich Beck, "¿Por qué Europa es necesaria?", El País, Madrid, 22 de junio de 2004.         [ Links ]

9. El Presidente del Banco Central Europeo (BCE) acaba de referirse a esta situación en una entrevista divulgada en la prensa europea: "¿Cuánto pesan las desventajas estructurales sobre el crecimiento: uno por ciento al año? La estimación numérica es muy difícil [...] Con todas las reservas, cuando observamos la diferencia de tasas de crecimiento entre Estados Unidos y la zona del euro de 1 996 a 2003, encontramos una brecha del orden de 0.7 puntos porcentuales en la tasa anual del producto por habitante. La diferencia en la tasa de crecimiento anual de la productividad del trabajo es de 0.9 puntos. Esta disparidad parece ser la causa principal de la brecha de crecimiento". Jean-Claude Trichet, "Etat-Unis-UE: l'écart de croissance est lié á la productivité", Le Monde, Paris, 19 de junio de 2004.         [ Links ]

10. El mejor ejemplo del costo que supone igualar niveles de ingreso y bienestar se encuentra en el esfuerzo de Alemania para cerrar el abismo entre la antigua Alemania Oriental y la República Federal. En los 15 años desde la caída del muro, las inversiones, ayudas y transferencias al Este han sumado 1.5 billones de dólares. Esta suma es más de 15% del PIB de la Unión Europea y el doble del total de asistencia oficial al desarrollo transferida al conjunto del Tercer Mundo en esos tres lustros ¿Cuánto va a costar rescatar a ocho Alemanias orientales?

11. Por el tenor de la declaración, algunos recordamos la célebre baladronada de Jruschov, frente al entonces vicepresidente Nixon, en una feria comercial estadounidense en Moscú en los años sesenta del siglo pasado, afirmando que en 20 años la URSS superaría y enterraría a la economía de Estados Unidos.

 

Información sobre el autor

Jorge Eduardo Navarrete. Licenciado en Economía por la Escuela Nacional de Economía de la UNAM e investigador en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias Humanidades, UNAM. Impartió cátedra en las escuelas Nacional de Economía y Nacional de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Conferencista invitado en el Oxford Energy Seminar y en el Center for Development Studies de la Universidad de Sussex y consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Autor de La deuda externa de América Latina (FCE, 1986), México: la política económica del nuevo gobierno (Bancomext, 1971), y con Gerardo Bueno y Miguel S. Wionczek, La transferencia internacional de tecnología: el caso de México (FCE, 1969). Ha publicado en Comercio Exterior, Nexos, Proceso, Revista de la CEPAL y el Journal of Common Market Studies. Fue miembro de la Comisión del Sur, presidida por Julius K. Nyverere, y coautor de su Informe publicado en 1991. Embajador Eminente del Servicio Exterior Mexicano y titular de las embajadas en Venezuela, Austria, Yugoslavia, Reino Unido, China, Chile, Brasil y Alemania. Fue Representante Permanente ante las Naciones Unidas (Nueva York), la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial y la Agencia Internacional de Energía Atómica. Ha sido subsecretario de Asuntos Económicos en la Secretarla de Relaciones Exteriores y de Política y Desarrollo en la Secretarla de Energía, así como jefe de los departamentos de Publicaciones y de Estudios y Difusión de Bancomext y editor de la revista Comercio Exterior. Forma parte del Comité Editorial de ECONOMÍAunam.

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