SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.26 número51Hugo José Suárez, Ver y creer. Ensayo de sociología visual en la colonia El Ajusco índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Alteridades

versión On-line ISSN 2448-850Xversión impresa ISSN 0188-7017

Alteridades vol.26 no.51 Ciudad de México ene./jun. 2016

 

Lecturas

Mónica Lizbeth Chávez González, Identidad étnica, migración y socialización urbana. Profesionistas indígenas de la Huasteca en la capital potosina

Marina Bermúdez* 

*Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología/CIESAS, Unidad Pacífico Sur <fmbermudezur@conacyt.mx>.

Chávez González, Mónica Lizbeth. Identidad étnica, migración y socialización urbana. Profesionistas indígenas de la Huasteca en la capital potosina. Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), El Colegio de San Luis, México: 2014. 255p.


En el campo de la antropología de la educación hay inclinación por investigaciones que reconstruyan las experiencias y trayectorias de indígenas profesionalizados. En la exposición que realizan algunos trabajos es frecuente que las historias de indígenas con estudios superiores se conviertan en casos emblemáticos de éxito, reconocimiento o movilidad social. Además de sus logros en lo profesional, es común que en los testimonios, las historias de vida o los relatos autobiográficos aflore el difícil trayecto que hombres y mujeres indígenas experimentan en sus deseos de concretar aspiraciones escolares, casi siempre ligadas a anhelos familiares y personales.

Varias de las investigaciones efectuadas hasta ahora se han esforzado en dilucidar el papel de los indígenas escolarizados y su rol en cuanto actores centrales en procesos de negociación asimétrica con el Estado, lo que ha llevado a caracterizarlos como intermediarios culturales o agentes de aculturación. Con el paso del tiempo los enfoques e interpretaciones se han vuelto más complejos; parte de esta transformación se debe a la existencia de cambios significativos en las oportunidades que tienen las nuevas juventudes indígenas para estudiar carreras en diversas áreas profesionales. De igual forma, la emergencia de una conciencia étnica, que comprende la dominación y el sistema de relaciones asimétricas y jerárquicas, ha favorecido una relación menos direccional con las instancias del Estado y ha motivado el interés de numerosos intelectuales indígenas comprometidos con procesos de concientización y acción respecto a la desigualdad y el racismo que viven cotidianamente.

Identidad étnica, migración y socialización urbana. Profesionistas indígenas de la Huasteca en la capital potosina se incorpora a este debate y aporta una vasta y detallada mirada de los procesos de desplazamiento migratorio y ajuste identitario que acompañan a numerosas familias de la Huasteca potosina asentadas en la capital de San Luis Potosí y que persiguen sueños de movilidad social a través de la profesionalización.

El texto tiene varios propósitos, uno de ellos es la formulación de un análisis sociodemográfico de la región. Existe una preocupación expresa por dar cuenta de la invisibilización demográfica de la población indígena en San Luis Potosí y revelar con ello las limitaciones de las metodologías hasta ahora diseñadas para caracterizar a la población indígena en las grandes ciudades. Sus hallazgos ponen de manifiesto que en muchos de los casos las técnicas de recolección de la información refuerza discursos en donde la presencia indígena es negada e invisibilizada por las instancias de gobierno. El ocultamiento de los indígenas en las ciudades ha apoyado estrategias gubernamentales como la sectorización y segmentación de las políticas sociales, acciones de gobierno que no llegan a los indígenas que viven en las grandes urbes y que enfrentan condiciones inhumanas de marginación y pobreza.

Si bien la primera parte del libro (marco teórico y contexto sociodemográfico) es importante para exhibir la complejidad inherente a los procesos de etnicidad y migración, el objetivo central de la obra es analizar las experiencias de socialización de indígenas tenek y nahuas, explorando los variados procesos de transformación o adaptación de su identidad étnica en un entorno urbano; son seleccionados por su numerosa presencia en la localidad y por contar con los niveles más altos de escolarización.

La investigación integra una estrategia interdisciplinaria que recurre al análisis sociodemográfico de los censos nacionales, la etnografía y las narrativas biográficas en un prolongado trabajo de campo. Como parte de un cuidadoso diseño metodológico la autora se propone examinar las experiencias de socialización desde la familia y la escuela (p. 17). Los hallazgos se presentan a partir de estudios de caso que destacan la relevancia del contexto personal y familiar en la conformación identitaria y que hacen visibles las tensiones internas y las diferencias generacionales en los procesos de vida. Una riqueza etnográfica de gran trascendencia se encuentra en la sistematización de las vivencias familiares y personales de los profesionales indígenas. Los capítulos tres a seis, enfocados en las historias de vida, revelan la diversidad y la complejidad de los procesos migratorios y los trayectos escolares y profesionales de las personas que participan en el estudio.

La obra desarrolla tres ejes temáticos centrales: migración, etnicidad y profesionalización. Sobre la migración, los casos seleccionados ejemplifican una fomentada por la ausencia de lazos familiares y por el conflicto étnico que atraviesa la experiencia de vida. Los procesos de inserción a la dinámica urbana son heterogéneos, de hecho, no existe un patrón único.

Concluye que la profesionalización de estos indígenas implicó necesariamente una salida de sus lugares de origen. Sin excepción, por diferentes causas, hombres y mujeres dejaron de residir en sus comunidades desde muy temprana edad (p. 225). El arribo a la capital potosina fue, de manera señalada en la etapa de reproducción del ciclo doméstico, motivado por la búsqueda de oportunidades para profesionalizarse o trabajar. Una de las causas para permanecer en la ciudad es que los hijos tengan mejores oportunidades de estudio y trabajo y con ello mejoren su condición material y social; si bien no todos vivieron procesos de integración exitosa al medio urbano -cuando llegan a habitar en colonias marginales y sin servicios-, en ocasiones el proyecto promocional significó crear estrategias con las cuales hacer frente a la discriminación étnica en la ciudad, lo que -para algunas familias- supuso, además, negar la reproducción de marcadores étnicos, y así se generó un desplazamiento lingüístico (p. 227).

El libro reporta reflexiones fundamentales respecto al papel de la familia en la definición y permanencia de las identidades étnicas y puesta en práctica: la etnicidad. Se afirma que, en el contexto de socialización y profesionalización de los indígenas en San Luis Potosí, las relaciones de dominación donde entran en juego los prejuicios, la discriminación y el racismo, ante todo, son las que producen las clasificaciones sociales que derivan en etnicidades urbanas.

Tales relaciones se tejen en el día a día mediante la socialización que se da en la familia, la escuela, el trabajo, el grupo de amigos y el barrio (entre otros espacios) (p. 224); esta dinámica de intercambios desiguales frecuentes apoya el hecho de que tenek y nahuas asentados en la capital potosina viven su etnicidad en términos menos reivindicativos y más íntimos. La tendencia es tener una proyección étnica mediana en sus espacios de trabajo y vivir su etnicidad dentro del espacio doméstico y el contacto directo con sus lugares de origen y parientes (p. 224). Se encontró que, en la ciudad, estos profesionistas no tejen lazos sólidos con sus paisanos, no se reafirman entre sí aunque se conozcan, las experiencias familiares refuerzan o anulan marcadores étnicos.

Lo interesante de los casos seguidos es que, si bien ciertos marcadores identitarios asociados con su etnicidad parecieran diluirse o desaparecer, lo que ocurre no es precisamente un proceso de desindianización o pérdida y/o negación de la adscripción étnica, sino más bien sucede que las familias recrean comunidades afectivas que las enlazan con su mundo étnico, gracias a una fuerte identificación que descansa en las relaciones de afecto y que las lleva a un ir y venir constante, vinculándose con los parientes que aún residen en sus lugares de origen.

En esa medida, el desarraigo o la pérdida de la identidad no existe en cuanto tal, lo que se experimenta es una reinvención de los emblemas étnicos siempre filtrados por los factores de diferenciación social, como las habilidades lingüísticas, las distinciones de clase y el fenotipo. Los indígenas potosinos no son ajenos al funcionamiento de esos esquemas de dominación, han aprendido a moverse en ellos y a asumir posturas estratégicas cuando se requiere.

Respecto a la profesionalización, durante la indagación de las experiencias escolares fue posible entender cómo se interactúa cotidianamente dentro de un proyecto de ciudadanía homogeneizante. Entre ambos espacios (familia y escuela) hay una relación estrecha marcada por episodios de ruptura y encuentro. En algunos casos, la familia fomentó la escolarización haciéndose cargo de los costos, en otros la obstaculizó por ser una amenaza para la reproducción de la organización comunitaria.

La mayoría de las veces se observó que los indígenas se aferraron a la escuela sin tener mayor claridad sobre su futuro profesional, sólo actuaron impulsados por una urgente necesidad de escapar de sus circunstancias de precariedad material o de situaciones familiares poco armoniosas. Estas primeras generaciones consideraron a la escuela un mecanismo de ascenso socioeconómico, concepción que transmitieron a sus hijos como parte de un proyecto promocional generalmente familiar. En la escuela obtuvieron la ayuda de algunos profesores no indígenas y tejieron relaciones paternalistas que les permitieron dar el salto hacia la profesionalización. Permanecieron en ella porque contaron con la protección de familias mestizas en las que a veces fueron hijos adoptivos y servidores domésticos sin remuneración o trabajadores con sueldos bajos. Haber ingresado al sistema escolar significó crecer con menos socialización para el trabajo agrícola o doméstico, lo que hacía que su permanencia dentro del entorno comunitario fuera menos probable (p. 230).

Estas trayectorias de escolarización no fueron continuas, algunos entrevistados las suspendieron debido a dificultades económicas o por la fuerte presión de sus familias para que las interrumpieran, esto, principalmente, en el caso de las mujeres. La transfiguración social fue el costo que algunos indígenas pagaron para proseguir sus estudios. Quedó de manifiesto que los maestros bilingües que participaron en la investigación tuvieron cierto orgullo sobre su pertenencia étnica, no así otros profesionales, por ejemplo médicos o ingenieros, que se identifican menos como indígenas (p. 233). El texto propone la tesis de que el tipo de profesión influye en su percepción sobre la identidad. En el ámbito artístico, académico o de burocracia del indigenismo se muestran con una valoración más positiva hacia su filiación étnica. Concluye que algunos de ellos tienen conflictos laborales por su filiación étnica, aunque otros se han beneficiado de relaciones paternalistas. Fuera del ámbito de la docencia los profesionistas indígenas de la ciudad se sienten subvaluados, tienen sueldos bajos y no reciben reconocimiento por sus capacidades, ni siquiera en aquellos espacios en los que destacan por la excepcionalidad de su presencia y su etnicidad, lo que podría proyectarlos un poco más (p. 235).

El libro permite perfilar temas que resultan relevantes para los estudiosos en el terreno de la profesionalización indígena: el racismo institucional, la diferencia en las trayectorias profesionales de hombres y mujeres indígenas, los estereotipos sobre el indígena exitoso asimilado por la escolarización, así como la emergencia de diversos procesos de reafiliación y reinvención étnica en regiones y localidades donde la presencia indígena pareciera estar diluida.

En lo metodológico, la obra ofrece la posibilidad de una etnografía que recupera la complementariedad e integridad de los ámbitos de interacción de sujetos situados étnicamente (familia, escuela, comunidad de origen) y destaca dimensiones como la afectividad, la vida familiar y la construcción de vínculos étnicos extraterritoriales. El texto sitúa las problemáticas inherentes a las dinámicas de profesionalización de indígenas que habitan en zonas urbanas y que se reinventan a sí mismos y hacen frente a las muchas circunstancias adversas que los rodean.

La investigación muestra, además, que la profesionalización no termina con el racismo, la discriminación y la exclusión, y emerge cuando marcadores étnicos como el fenotipo o la lengua se hacen más evidentes. En el largo trayecto hacia la escuela muchas de las juventudes indígenas y sus familias transitan por caminos llenos de exclusión, no resulta fácil abrirse paso cuando factores de orden estructural limitan su acceso a la dinámica urbana. Los testimonios de familias nahuas y tenek recuperados en este volumen nos obligan a complejizar la comprensión y el compromiso sobre las problemáticas de los pueblos originarios, tema no menor ante la exclusión educativa que enfrenta la juventud indígena de México.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons