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Tópicos (México)

versión impresa ISSN 0188-6649

Tópicos (México)  no.65 México ene./abr. 2023  Epub 09-Jun-2023

https://doi.org/10.21555/top.v650.2564 

Reseñas críticas

Eraña, Á. (2022). De un mundo que hila personas (o de la inexistencia de la paradoja individuo/sociedad). UNAM-UAM. 175 pp.

Erika Torres1 

1Universidad Nacional Autónoma de México. erika.torresto@gmail.com

Eraña, Á. 2022. De un mundo que hila personas (o de la inexistencia de la paradoja individuo/sociedad). UNAM-UAM, 175p.


El libro De un mundo que hila personas (o de la inexistencia de la paradoja individuo/sociedad), de Ángeles Eraña, es varios libros en uno. Es un libro de filosofía y de política cargado de historia de México, de feminismo y de literatura. Se trata de un libro filosófico en la medida en que toca un problema de larga data en epistemología clásica y recientemente en epistemología y ontología sociales. En epistemología clásica, se considera que el sujeto de conocimiento es el individuo en sus relaciones más inmediatas con su entorno; poca o ninguna atención se les presta a las relaciones que ese individuo tiene con otros individuos dentro de un grupo social para la formación de conocimiento (Descartes, 1977). Esta tendencia claramente individualista es cuestionada por la epistemología social (Gilbert, 1987 y 1989; Goldman, 1999). La epistemología social se cuestiona cuál es la influencia que tienen las relaciones intersubjetivas entre individuos de una comunidad en la formación de conocimiento. Se pregunta si las relaciones con el entorno, que justifican creencias, son tan inmediatas como defiende el individualismo o más bien están mediadas por otros individuos, un contexto y unas condiciones materiales específicas que se comparten con otros individuos. La ontología social se pregunta qué es una sociedad y cómo está conformada, si se puede considerar a un grupo social como una entidad por sí misma o solamente como el agregado de los individuos que lo conforman. Si este fuera el caso, si se tratara de un mero agregado de individuos, ¿cuál sería el criterio de agrupación que da como resultado una sociedad? (Bickhard, 2004). En la misma dirección de la epistemología y ontología sociales, Eraña se pregunta qué es una sociedad, qué la compone. En caso de que sean individuos o, mejor, personas, se pregunta qué es una persona, quiénes somos, qué o quiénes nos dan la identidad que pregonamos y qué importancia tienen las otras personas que también habitan nuestro mundo para nuestra identidad y la conformación de la sociedad.

El libro de Eraña también es un manifiesto político. Denuncia las relaciones de explotación y sumisión de unos por otros dentro de un sistema social dado. Uno de los aspectos más llamativos del libro es cómo se hace una lectura de la sociedad actual y de las relaciones entre sus miembros a partir de una lectura filosófica de esta cuestión, pero también desde un punto de vista social y político. La autora señala que ciertos presupuestos teóricos filosóficos tienen implicaciones negativas en nuestra vida práctica, en el mundo que construimos, en las relaciones que tejemos con otras personas, en las dimensiones que les damos a nuestras vidas y el lugar que le damos a otras personas en ellas. La autora ofrece un diagnóstico -parcial- de cómo el individualismo teórico alimenta el modelo socioeconómico capitalista y viceversa. El individualismo teórico aunado al capitalismo voraz da lugar a unas relaciones con otras personas donde unas someten y otras son sometidas, donde unas mandan y otras son mandadas, donde unas están arriba y otras están abajo. En otras palabras, señala que el individualismo teórico contribuye y agudiza el binarismo que es acentuado en las relaciones con otras personas dentro del sistema capitalista; juntos, el individualismo y el capitalismo, propician relaciones intrincadas, desiguales y de explotación.

Así, tenemos entre manos un libro que se hace una pregunta filosófica: la pregunta por la relación entre el individuo, la identidad y la sociedad, sobre una base concreta y política de unas condiciones materiales reales que constituyen el mundo en que vivimos actualmente. Se lee que no tiene sentido hacerse la pregunta por la relación individuo-identidad-sociedad y menos intentar responderla desde la pura abstracción, desde el sujeto S que está en un contexto C, sino de cara a las personas que vivimos en un mundo capitalista que moldea nuestras historias de vida, nuestra forma de ver y conocer el mundo, nuestras relaciones con otras personas; según la autora estas relaciones en conjunto forman nuestra identidad.

Eraña defiende varias tesis en su libro, distribuidas en cada capítulo. Sin embargo, la tesis central es que la paradoja individuo/sociedad es falsa; se sostiene solo si se aceptan sus orígenes en el individualismo y el comunitarismo clásico, porque allí se concibe la dualidad individuo/sociedad como un antagonismo. De esta tesis se desprende otra, que, a mi modo de ver, es más interesante, a saber, que hay otra manera de concebir este par aparentemente antagónico: sí como una dualidad, pero complementaria; no existe individuo sin sociedad y no existe sociedad sin individuo. De acuerdo con esto, no hay una prioridad explicativa de uno sobre otro, como una suerte de sumisión de un término sobre otro, sino que son un par que conjuntamente construyen nuestra sociedad y nuestra identidad como personas en ella.

Con respecto a la identidad, la autora defiende otra tesis que llamó mi atención positivamente: nuestra identidad depende del mundo que habitamos y habitamos el mundo con otras personas. Por esta razón, si nuestra identidad depende del mundo que habitamos con otras personas y queremos una identidad distinta -de la de los opresores y oprimidos-, debemos cambiar el mundo que habitamos. Una manera de hacerlo es reescribiendo y rehaciendo nuestras relaciones con otras personas, pero para ello necesitamos reconocer a la otra persona como parte de nuestro mundo y de nuestra identidad. La autora señala que el estado actual de nuestro mundo nos muestra que el binarismo antagónico no nos conduce por un buen camino hacia un mundo mejor. Así, la comprensión del dualismo individuo/sociedad como complementario, tal y como lo propone Eraña, parece una alternativa digna de consideración.

El libro está dividido en seis capítulos. A mi modo de ver, estos seis capítulos conforman dos grandes partes. La primera parte está conformada por los capítulos 1, 2 y 3, que en conjunto forman lo que llamaré la parte actual. Los capítulos 4, 5 y 6 forman lo que llamaré la parte del porvenir.

Los capítulos 1, 2 y 3 comprenden una arqueología de la paradoja individuo/sociedad. Esta arqueología parte de una base teórica sobre el principio de identidad y el principio de no contradicción hasta desembocar en las consecuencias prácticas de dicha base teórica. El principio de identidad nos dice que cada entidad en una relación dada es idéntica a sí misma, pero distinta de lo demás. Esto tiene como consecuencia que un individuo sea idéntico a sí mismo y distinto de otros individuos, distinto del grupo social del que forma parte; este principio da lugar al binarismo yo/otro como una marca distintiva de nuestro estar en el mundo.

Por otra parte, el principio de no contradicción nos señala que dos proposiciones no pueden ser verdaderas al mismo tiempo. Así, con respecto a la pregunta central del libro sobre cuál es la naturaleza de la sociedad, el principio de no contradicción nos demanda que lo que da cuenta de dicha naturaleza sea, o bien la sumatoria de los individuos -pero individuos al fin y al cabo-, o bien la comunidad como entidad prioritaria explicativamente; pero no ambas cosas al mismo tiempo. Así, el principio de no contradicción inmediatamente pone al individuo y a la sociedad como pares antagónicos en la explicación sobre la naturaleza de la sociedad.

De acuerdo con Eraña, la paradoja individuo/sociedad solo tiene sentido si aceptamos el origen teórico de dicha paradoja. Esto es, si aceptamos el principio de identidad que excluye la posibilidad de ser otras personas y en otras personas y si aceptamos, de acuerdo con el principio de no contradicción, que individuo y sociedad son antagonistas. La parte actual nos dice dónde estamos actualmente y por qué llegamos hasta aquí.

La parte que llamo del porvenir nos invita a pensar que no todo está perdido, que es posible no solo concebir un mundo mejor, sino recorrer el camino necesario para construirlo. Lo importante del diagnóstico que nos ofrece Eraña no es únicamente detectar cuál es el mal que aqueja a nuestro mundo y de dónde proviene, sino detectarlo para forjar herramientas que permitan cambiarlo; estas herramientas y los modos de cambiar el mundo sí que necesitan un esfuerzo conjunto, pero también un esfuerzo personal. Así, en los capítulos 4, 5 y 6, tomando de la mano las reflexiones de la organización zapatista sobre nuestro mundo actual y el sistema capitalista que lo rige, la autora nos invita a pensar quiénes queremos ser. Si la identidad está dada por el mundo que habitamos, nos invita, además, a pensar qué mundo queremos vivir.

En la parte del porvenir, Eraña nos propone una ontología dual, según la cual existen los pares, tales como individuo y sociedad, que son complementarios, y no tiene sentido preguntarse cuál es primero ontológica o explicativamente, sino que ambos existen en virtud de las relaciones que se trazan entre ellos. Comprender esto y vivir en consecuencia podría, según la autora, llevarnos a construir y habitar un mundo mejor.

Ante la pregunta por la persona y la identidad de esta, la autora señala que los principios individualistas llevan a construir la identidad desde el propio individuo en virtud de salvaguardar su soberanía y autonomía. Sin embargo, señala que esta concepción de la identidad proviene del mundo que habitamos hoy, un mundo en el que se concibe la otredad como antagonista. Contrario a esto, la autora sugiere que la propia identidad depende, además, de las relaciones que nos entrelazan a otras personas. Así, lo que soy yo depende también, en parte, de cómo me ven las otras personas y viceversa. No podemos concebir nuestra identidad sin la de las otras personas y sin el tiempo específico en que transcurrimos juntas y las condiciones materiales con las que lo hacemos.

Finalmente, la parte del porvenir nos invita a abrazar “la historia del uno y los todos”, narrada por el subcomandante Marcos, donde no se presupone la dualidad como excluyente, sino como complementaria; para ser uno se necesita de todos y para ser todos se necesita de cada uno. Para transformar nuestro mundo actual en muchos mundos donde somos cada uno, pero con las demás personas, necesitamos, en principio, dos cosas. Primero, reconocer cuál es nuestro mundo actual, qué es lo que no está bien con él y por qué. Segundo, pensar qué mundo queremos y qué necesitamos para construirlo.

Ahora bien, el libro nos abre algunos interrogantes que quedan por resolver desde el punto de vista filosófico, si es que se pueden responder desde esta perspectiva. Particularmente, se trata de la concepción que tiene la autora del tiempo y de cómo este influye en nosotros como personas y como sociedad. Parece que no se trata únicamente de una temporalidad histórica que data eventos y hechos; su concepción del tiempo parece jugar un papel central en nuestra identidad: “todas somos tiempo y pertenecemos a él” (2022, p. 113). Otro de los interrogantes que abre el libro es: si nuestra identidad como personas está dada por nuestras relaciones con otros, ¿es exclusivamente en virtud de relacionarnos con otros? ¿No podríamos pensar que hay una parte de nuestra identidad que nos corresponde a cada uno de acuerdo con uno mismo? Al parecer, esta es una posibilidad que queda cerrada desde la propuesta del dualismo ontológico propuesto por la autora.

Con lo dicho, espero hacer justicia al propósito y contenido del libro de la filósofa Ángeles Eraña. Espero haber suscitado la reflexión a la que nos invita la autora de concebir una ontología dual en la que el individuo y la sociedad no existen como pares antagónicos, sino como complementarios en la construcción del mundo y de nuestra propia identidad.

Bibliografía

Bickhard, M. H. (2004). The Social Ontology of Persons. En J.I.M. Carpendale y U. Muller (eds.), Social Interaction and the Development of Knowledge. (pp. 111-132). Lawrence Erlbaum Associates Publishers. [ Links ]

Descartes, R. (1977). Meditaciones metafísicas con objeciones y respuestas. V. Peña (trad.). Alfaguara. [ Links ]

Gilbert, M. (1987). Modelling Collective Belief. Synthese, 73(1), 185-204. DOI: https://doi.org/10.1007/BF00485446. [ Links ]

______ (1989). On Social Facts. Routledge. [ Links ]

Goldman, A.I. (1999). Knowledge in a Social World. Oxford University Press. [ Links ]

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