Introducción
Los esteros, lagunas litorales, marismas y barreras arenosas constituyen algunos de los rasgos fisiográficos característicos de la llanura costera del estado de Sinaloa, México (Galavíz Solís, 2003). Sus atributos ecológicos e hidrodinámicos les permiten sostener una alta diversidad de flora y fauna, y también los hace importantes prestadores de servicios ambientales y ecosistemas de interés para el desarrollo económico regional (Sicairos-Avitia et al., 2003; SEMARNAT, 2016).
La vegetación que se desarrolla en este tipo de ecosistemas recibe fuerte influencia de las condiciones marinas, lo que determina en gran medida su composición y estructura; no obstante, se puede generalizar que la cobertura vegetal en las costas de Sinaloa se encuentra conformada por selvas secas (sensuCeballos et al., 2010), vegetación acuática y subacuática, entre la que destaca el manglar, y vegetación halófila propia de suelos salinos (Rubio Rocha y Beltrán Magallanes, 2003). A nivel de especies, Lott y Atkinson (2010) mencionan que en la costa del Pacífico es común encontrar selvas secas con dominancia de Piranhea mexicana (Standl.) Radcl.-Sm., Cordia elaeagnoides DC. o algunas especies de Bursera Jacq. ex L. y Lonchocarpus Kunth. Flores Verdugo et al. (2003) señalan que en Sinaloa, al igual que en todo México, solamente se encuentran cuatro especies de mangle de las más de 50 conocidas en el mundo, siendo Laguncularia racemosa (L.) C.F. Gaertn. la que prefiere ambientes estuarinos con poca influencia de mareas.
En la ciudad de Mazatlán, perteneciente al municipio del mismo nombre, gran parte de los humedales costeros y marismas han sido transformados por el sector público y privado, producto de la expansión urbana, turística, comercial, portuaria y pesquera; situación que inició con la construcción de la zona hotelera alejada del centro de la ciudad en la década de 1950-1960 (Guido Sánchez, 1998; Padilla y De Sicilia, 2020). Con ello, la vegetación nativa fue eliminada y los cuerpos de agua rellenados o desecados; únicamente subsisten evidencias fotográficas y anecdóticas, que son insuficientes para conocer a detalle la biodiversidad que albergaba esa zona. A la fecha, los estudios que incluyen aspectos florísticos de Mazatlán son escasos (Shreve, 1937; Flores Islas, 1999; Cifuentes Lemus y Gaxiola López, 2003; van der Heiden et al., 2019; Márquez Salazar et al., 2021; Peraza Durán, 2021) o se enfocan en las islas ubicadas frente a la ciudad (Flores Campaña et al., 1996; Vega Aviña et al., 2001; Plascencia-González et al., 2018; Díaz et al., 2022). Esos estudios mencionan la presencia de selvas secas, manglares y otras comunidades vegetales muy particulares, como pastizales naturales y matorrales xerófilos; y las familias Cactaceae (Sánchez Soto, 2012; Félix Cruz, 2019; Díaz et al., 2022) y Bromeliaceae (López Román, 2019) son de los pocos taxones estudiados.
A pesar de la intensa transformación y cambio de uso de suelo en Mazatlán, el Estero del Yugo y su microcuenca, ubicada en el noroeste de la ciudad, presentan uno de los últimos fragmentos de vegetación nativa costera en estado de conservación que aún existe dentro de la zona urbana. El estero y su microcuenca podrían revelar la composición y estructura que no se logró documentar apropiadamente en décadas pasadas para el resto de la ciudad antes de la urbanización.
Actualmente el Estero del Yugo se ha convertido en un elemento clave del paisaje, ya que es la transición entre la zona turística-habitacional y el Sitio Ramsar 1349 (Ramsar, 2006; CONANP, 2021). Posee un valor estético relevante y se ha constituido como un espacio abierto al público, desde la década de 1990, para realizar diversas actividades de conservación e investigación, educación ambiental, recreación y senderismo (CIAD, 1998; Guido Sánchez, 1998; van der Heiden et al., 1998; Murúa, 2013). Desafortunadamente, está seriamente amenazado por el desarrollo inmobiliario descomunal y los consecuentes impactos ecológicos que ello acarrea.
Dada la importancia socio-ecológica local que tiene el Estero del Yugo, se realizó el presente estudio. Sus objetivos consistieron en analizar y documentar, por primera vez, el conocimiento florístico que en el herbario HCIAD del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A.C. (CIAD) se ha generado en un período de 25 años en esta microcuenca; describir las comunidades vegetales existentes y presentar un inventario florístico, con la finalidad de contribuir a futuros programas de conservación y manejo del área de estudio.
Materiales y Métodos
Área de estudio
La microcuenca Estero del Yugo se ubica en la región hidrológica No. 11, Cuenca Río Presidio-San Pedro, Subcuenca Mazatlán (IMPLAN, 2011). Se localiza en la zona urbana conocida como Cerritos, al noroeste de la ciudad de Mazatlán, Sinaloa, México, entre las coordenadas extremas 23°18'45.35"N-106°28'35.96"O al norte y 23°17'23.41"N-106°28'37.62"O al sur (Fig. 1). Según nuestros datos, tiene una extensión territorial de 358.09 ha y abarca un gradiente altitudinal de 0 a 102 m s.n.m.
Casi la mitad del territorio de esta microcuenca (155 ha) pertenece al polígono del Sitio Ramsar 1349 (Ramsar, 2006; CONANP, 2021), que a su vez forma un corredor biológico hacia el norte, con el Área de Protección de Flora y Fauna Meseta de Cacaxtla (CONANP, 2022) (Fig. 1). Dicha porción de la microcuenca ha tenido diferentes designaciones municipales tales como “Zona de Valor Ambiental” (IMPLAN, 2013) y “Prohibido el Desarrollo Urbano” (30 ha) (IMPLAN, 2017); además, desde 1997 la Zona Federal Marítimo Terrestre (9.37 ha), que rodea los cuerpos lagunares del Estero del Yugo, es administrada por el CIAD (SEMARNAP, 1997).
La microcuenca Estero del Yugo, de acuerdo con lo observado para este estudio, posee unos 3 km de línea de costa que incluye amplias playas de arena, dunas incipientes, acantilados costeros y pozas rocosas intermareales (Fig. 2). El Estero del Yugo abarca casi 11 ha, está conformado por dos cuerpos lagunares, norte y sur, divididos a su vez por un bordo de tierra artificial construido en la década de 1970 (CIAD, 1997; van der Heiden et al., 1998) y un canal con su barrera arenosa que abre de manera intermitente a lo largo del año y desemboca en el Océano Pacífico, por lo que tiene poca influencia de las mareas. La red hidrológica está conformada por el arroyo El Yugo, el arroyo CIAD y 15 escorrentías superficiales de agua que se forman durante la temporada de lluvias (González, 2016; Peraza Durán, 2021).
En cuanto al uso de suelo de la microcuenca, 53.56% cuenta con cobertura vegetal, 43.43% es zona urbana y 3.01% corresponde a cuerpos lagunares. El clima en el área de estudio es semiárido, muy cálido con lluvias en verano (BS1h’w) y registra una precipitación media anual de 904.80 mm (García, 2004). La temporada de lluvias abarca de junio a octubre, con escasas precipitaciones en invierno (García-Páez y Cruz-Medina, 2009).
Trabajo de campo y gabinete
Se analizó la información generada en el herbario HCIAD (acrónimo según registro SEMARNAT DF-CC-280-14), con sede en la Unidad Mazatlán del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A.C. Los datos son producto de las recolectas de ejemplares botánicos realizadas durante numerosos recorridos no sistemáticos en 1996, 1997, 2004-2008, 2011-2014 y 2019-2022, por los principales senderos, parches de vegetación y camellones de vías públicas, exceptuando jardines privados, de la microcuenca Estero del Yugo (HCIAD, 2022a; b).
Los ejemplares fueron recolectados preferentemente con estructuras reproductivas y se fotografiaron in situ con cámaras digitales Olympus S7010 (Olympus Imaging Corp., Tokio, Japón) y SONY DSC-HX400V (SONY Corp., Tokio, Japón), cuando fue posible. Además, se georreferenciaron utilizando GPS eTrex10 (Garmin International, Inc., Kansas, EUA) o Google Earth Pro v. 7.3.6.9285 (Google Earth Pro, 2022). Los ejemplares recolectados se herborizaron de acuerdo con Lot y Chiang (1986) y Arnelas Seco et al. (2012), y se depositaron en la colección del herbario HCIAD.
La identificación taxonómica de especímenes se realizó con la ayuda de especialistas de los siguientes herbarios de México: CIIDIR (Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional-Unidad Durango, Instituto Politécnico Nacional), IBUG (Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara), IEB (Centro Regional del Bajío, Instituto de Ecología, A.C.), MEXU (Instituto de Biología, Universidad Nacional Autónoma de México), UAS (Facultad de Agronomía, Universidad Autónoma de Sinaloa) y USON (Departamento de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, Universidad de Sonora). Del extranjero, se contó con ayuda de los especialistas de ARIZ (College of Agriculture and Life Sciences, University of Arizona), CAS (Department of Botany, California Academy of Sciences), EIU (Department of Biological Sciences, Eastern Illinois University), KEW (Royal Botanic Gardens), LEA (Department of Biological Sciences, University of Lethbridge), LSU (Department of Biological Sciences, Louisiana State University), NMC (College of Agricultural, Consumer, and Environmental Sciences, New Mexico State University), PTBP (National Tropical Botanic Garden), TEX (Plant Resources Center, University of Texas) y US (Department of Botany, Smithsonian Institution) (acrónimos según Thiers, 2022) (Apéndice). También se utilizaron las descripciones de las obras de Bravo-Hollis y Sánchez-Mejorada (1978), Johnson (1992), Gibbs y Semir (2002), Pennington y Sarukhán (2005) y Gagnon et al. (2016); y se consultaron ejemplares de herbario en las plataformas SEINet Portal Network (2022), Portal de Datos Abiertos UNAM (DGRU-UNAM, 2023) y Red de Herbarios del Noroeste de México (RHNM, 2023).
Adicionalmente, se buscaron en la base de datos del herbario HCIAD los registros obtenidos de plantas observadas en campo (in situ) (CONABIO, 2017), los cuales tienen su referente geográfico y fotográfico, pero no cuentan con material botánico recolectado. De tal manera que el presente estudio comprende tanto el análisis de ejemplares curatoriales (nombrados aquí registros recolectados), como las observaciones hechas en campo (denominados registros observados), por año.
El listado florístico de la microcuenca Estero del Yugo se ordenó de acuerdo con la clasificación de APG IV (2016). Los nombres científicos y autorías se estandarizaron y actualizaron con base en Dávila et al. (2018)), Sánchez-Ken (2019)) Alvarado Cárdenas et al. (2021), Redonda-Martínez (2022), International Plant Names Index (IPNI, 2022), Tropicos (2022), Plants of the World Online (POWO, 2022) y The World Flora Online (WFO, 2022). La forma de vida se estableció considerando lo propuesto por Villaseñor y Ortiz (2014). El estado de conservación de las especies se consultó en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, 2022), los Apéndices de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, 2022) y la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 (SEMARNAT, 2019). Las categorías de plantas nativas, endémicas y exóticas se obtuvieron de Villaseñor y Espinosa García (1998), Villaseñor (2016), Vega Aviña et al. (2021), Ortiz Gorostieta (2022) y POWO (2022). En el caso del endemismo, se consideraron tres niveles: nacional (México), regional (uno o varios estados aledaños a Sinaloa), y estatal (exclusivas de Sinaloa).
Las comunidades vegetales se definieron con base en la propuesta de Miranda y Hernández-X. (1963), o en su defecto considerando aspectos de las descripciones y clasificaciones de Lot et al. (2015) y Faber-Langendoen et al. (2016). Por último, las comunidades resultantes se delimitaron mediante recorridos en el área de estudio y con el apoyo de Google Earth Pro (2022). El polígono de la microcuenca se estableció y modificó de González (2016) y Peraza Durán (2021).
Resultados
Composición florística
Se registró, en la microcuenca del Estero del Yugo, la presencia de 75 familias, 275 géneros y 393 especies y categorías infraespecíficas (11 variedades, tres subespecies y un híbrido) de angiospermas, de las cuales 353 especies (89.8%) son nativas y 40 (10.2%) exóticas (Apéndice). La flora se compone de una especie de angiospermas basales, 64 de monocotiledóneas y 328 de eudicotiledóneas (Cuadro 1, Figs. 3, 4). La familia con mayor representatividad fue Fabaceae (57 spp., 14.5%), que junto con otras siete familias constituye 53% de la flora total del área de estudio (Cuadro 2). Los géneros con mayor número de especies fueron Cyperus L. (12 spp.) e Ipomoea L. (10 spp.) (Cuadro 2).
Familias | Géneros | Especies y taxones infraespecíficos | |
---|---|---|---|
Angiospermas basales | 1 | 1 | 1 |
Monocotiledóneas | 11 | 41 | 64 |
Eudicotiledóneas | 63 | 233 | 328 |
Total | 75 | 275 | 393 |
Familia | Géneros (Especies) | Género (Familia) | Especies |
---|---|---|---|
Fabaceae | 39(57) | Cyperus L. (Cyperaceae) | 12 |
Poaceae | 25(36) | Ipomoea L. (Convolvulaceae) | 10 |
Asteraceae | 17(21) | Euphorbia L. (Euphorbiaceae) | 8 |
Malvaceae | 16(22) | Croton L. (Euphorbiaceae) | 7 |
Euphorbiaceae | 13(29) | Opuntia Mill. (Cactaceae) | 7 |
Rubiaceae | 9(11) | Ficus L. (Moraceae) | 6 |
Convolvulaceae | 7(18) | Panicum L. (Poaceae) | 4 |
Cactaceae | 6(14) | Senna Mill. (Fabaceae) | 4 |
132(208) | 58 |
Respecto a la forma de vida, 198 especies (50.4%) son hierbas, seguidas de 79 (20.1%) árboles, 55 (14%) arbustos, 52 (13.2%) trepadoras incluyendo bejucos y lianas, 6 (1.5%) parásitas y 3 (0.8) epífitas (Apéndice). Se registraron 150 especies (38.2% del total), con al menos una categoría de riesgo de acuerdo con las normas internacionales y nacionales. Según la Lista Roja (IUCN, 2022), 133 especies son de Preocupación Menor (LC) (Apéndice) y 12 tienen alguna categoría de riesgo; tres están Casi Amenazadas (NT), siete son Vulnerables (VU) y dos están En peligro de extinción (EN) (Cuadro 3). Además, hay 15 especies amenazadas por la comercialización internacional (CITES, 2022) y pertenecen a las familias Cactaceae (14) y Meliaceae (1) (Cuadro 3). Por otro lado, siete especies están incluidas en la NOM-059-SEMARNAT-2010 (SEMARNAT, 2019); cinco en categoría Amenazada (A) y dos Sujetas a Protección especial (Pr) (Cuadro 3). Del total de especies de la microcuenca Estero del Yugo citadas en los listados antes mencionados, Cnidoscolus sinaloensis Breckon ex Fern. Casas y Swietenia humilis Zucc., son las que tienen la categoría de mayor riesgo, pues fueron incluidas En peligro de extinción (EN) en la Lista Roja de la IUCN (2022) (Cuadro 3).
Familia | Especie | CITES | IUCN | NOM |
---|---|---|---|---|
Bignoniaceae | Handroanthus chrysanthus (Jacq.) S.O. Grose | VU-D | A | |
Bignoniaceae | Handroanthus impetiginosus (Mart. ex DC.) Mattos | NT-D | A | |
Burseraceae | Bursera arborea (Rose) L. Riley ● | NT-D | A | |
Cactaceae | Acanthocereus rosei (J.G. Ortega) Lodé ▲ | Ap.II | VU-D | |
Cactaceae | Acanthocereus tetragonus (L.) Hummelinck | Ap.II | LC | |
Cactaceae | Opuntia cochenillifera (L.) Mill. | Ap.II | ||
Cactaceae | Opuntia decumbens Salm-Dyck | Ap.II | LC | |
Cactaceae | Opuntia feroacantha Britton & Rose ▲ | Ap.II | ||
Cactaceae | Opuntia robinsoni J. G. Ortega ▲ | Ap.II | ||
Cactaceae | Opuntia spraguei J. G. Ortega ♦ | Ap.II | ||
Cactaceae | Opuntia undulata Griffiths● | Ap.II | ||
Cactaceae | Opuntia wilcoxii Britton & Rose● | Ap.II | LC | |
Cactaceae | Pachycereus pecten-aboriginum (Engelm. ex S. Watson) Britton & Rose ● | Ap.II | LC | |
Cactaceae | Pilosocereus purpusii (Britton & Rose) Byles & G.D. Rowley● | Ap.II | LC-D | |
Cactaceae | Selenicereus vagans (Brandegee) Britton & Rose● | Ap.II | LC | |
Cactaceae | Stenocereus alamosensis (J.M. Coult.) A.C. Gibson & K.E. Horak▲ | Ap.II | VU-D | |
Cactaceae | Stenocereus kerberi (K. Schum.) A.C. Gibson & K.E. Horak▲ | Ap.II | LC-D | |
Combretaceae | Conocarpus erectus L. | LC-D | A | |
Combretaceae | Laguncularia racemosa (L.) C.F. Gaertn. | LC-D | A | |
Euphorbiaceae | Cnidoscolus sinaloensis Breckon ex Fern. Casas▲ | EN-D | ||
Euphorbiaceae | Manihot chlorosticta Standl. & Goldman● | NT | ||
Malvaceae | Gossypium aridum (Rose & Standl.) Skovst. ● | VU-D | Pr | |
Malvaceae | Gossypium hirsutum L. | VU-D | Pr | |
Meliaceae | Swietenia humilis Zucc. | Ap. II | EN-D | |
Picrodendraceae | Piranhea mexicana (Standl.) Radcl.-Sm. ▲ | VU-D | ||
Rutaceae | Esenbeckia hartmanii B.L. Rob. & Fernald▲ | VU-D |
La mayoría de los taxones (287, 73%) tienen amplia distribución geográfica en el territorio nacional y en uno o más países; 42 (10.7%) son endémicos de México; 21 (5.3%), endémicos regionales; 3 (0.8%), endémicos de Sinaloa y 40 (10.2%), exóticos (Apéndice). Las familias con el mayor número de taxones endémicos en los tres niveles (nacional, regional y estatal) son Fabaceae (7, 1 y 0, respectivamente), Cactaceae (5, 5 y 1) y Euphorbiaceae (4, 3 y 1). Los endemismos para el estado de Sinaloa que fueron registrados en el área de estudio corresponden a Opuntia spraguei J.G. Ortega (Cactaceae), Croton ortegae Standl. (Euphorbiaceae) y Physalis vestita Waterf. (Solanaceae). Se detectaron cuatro especies (Codiaeum variegatum (L.) Rumph. ex A. Juss., Indigofera hirsuta L., Ixora coccinea L. y Vitex trifolia L.) que no están documentadas para la flora de Sinaloa (Vega Aviña y CONABIO, 2021; Vega Aviña et al., 2021); además, no existe suficiente evidencia de que se distribuyan en territorio sinaloense, según los herbarios consultados (DGRU-UNAM, 2023; RHNM, 2023), por lo que se consideraron nuevos registros para el estado (Cuadro 4). También se determinó que hay al menos 14 especies con registro previo en el estado, pero con nula o escasa información publicada acerca de las localidades donde habitan (Cuadro 4).
Familia | Especie | Distribución en México | Distribución en Sinaloa |
---|---|---|---|
Cactaceae | Opuntia cochenillifera (L.) Mill. | CAM, CDMX, CHP, COL, GRO, JAL, MICH, MOR, NAY, OAX, PUE, QRT, SLP, SON, VER, YUC | MZT |
Cyperaceae | Isolepis cernua (Vahl) Roem. & Schult. | BC, BCS, SIN, SON | CON |
Euphorbiaceae | *Codiaeum variegatum (L.) Rumph. ex A. Juss. | CHP, COL, GRO, MOR, PUE, QROO, TAB, VER, YUC | Sin registros disponibles (+) |
Euphorbiaceae | Croton fragilis Kunth | CHP, CHH, COL, GRO, JAL, MICH, MOR, NAY, NLE, OAX, PUE, QROO, SIN, SON, TAB, VER, YUC | AHO, ANG, CON, NAV, MOC, SIG |
Euphorbiaceae | Euphorbia cymosa Poir. | COL, DGO, GRO, JAL, MICH, NAY, OAX, PUE, QRT, QROO, SIN, SLP, SON, TAM, YUC, ZAC | CHX, CON, CUL, ESC, MOC, SIG |
Euphorbiaceae | Jatropha gossypiifolia L. | CAM, COL, GRO, JAL, MICH, NLE, OAX, SIN, TAM, VER, | COS, ELO, MZT, SIG |
Fabaceae | *Cassia fistula L. | CAM, CHP, COL, GRO, JAL, MICH, NAY, OAX, PUE, QROO, SIN, SLP, SON, TAB, VER, YUC | CON, SIG |
Fabaceae | *Delonix regia (Bojer) Raf. | BCS, CAM, COL, CHP, HGO, GRO, JAL, MICH, MOR, NAY, OAX, PUE, QROO, SLP, SIN, SON, TAB, TAM, VER, YUC | CON, ELF, MZT |
Fabaceae | *Indigofera hirsuta L. | CHP, COL, GRO, JAL, NAY, MICH, OAX, QROO, SON, TAB, YUC, VER | CON (+) |
Fabaceae | Poiretia punctata (Willd.) Desv. | CHP, JAL, GRO, MICH, NAY, OAX, VER | CON |
Fabaceae | Senna alata (L.) Roxb. | BCS, CAM, CHP, COL, GRO, HGO, JAL, MICH, MOR, NAY, NLE, OAX, PUE, SIN, SLP, QROO, TAB, VER, YUC | CHX, CON, ROS, SIG |
Lamiaceae | *Vitex trifolia L. | BCS, CAM, GRO, MICH, SON, QROO, YUC | Sin registros disponibles (+) |
Meliaceae | *Azadirachta indica A. Juss. | BCS, CAM, COL, GRO, JAL, MICH, OAX, PUE, SIN, SON | SIG |
Moraceae | *Ficus microcarpa L.f. | BC, BCS, CHP, COL, DGO, EDM, GRO, GTO, JAL, MICH, NAY, OAX, PUE, QRT, QROO, SIN, SLP, SON, VER | CUL |
Passifloraceae | ▲Passiflora arida (Mast. & Rose) Killip. | BC, BCS, JAL, SIN, SON | AHO, NAV, CUL, MZT |
Plantaginaceae | Leucospora multifida (Michx.) Nutt. | SIN | CUL, ELO, MOC, SAL, SIG |
Rubiaceae | *Ixora coccinea L. | BCS, CAM, CHP, COL, GRO, MICH, MOR, NAY, PUE, QROO, SIN, TAB, TAM, VER, YUC | CON, CUL, MZT (+) |
Sapindaceae | Paullinia cururu L. | CAM, CHP, COL, GRO, JAL, MICH, NAY, OAX, QROO, SIN, YUC | CON, ESC |
El análisis de los registros del herbario HCIAD recolectados de 1996 a 2022, muestra que se logró documentar la flora de la microcuenca Estero del Yugo de manera intermitente durante 15 años (Fig. 5). El año 2021 fue el de mayor actividad botánica con 600 (34%) registros acumulados, correspondientes a 298 (75.4%) especies y categorías infraespecíficas, de las cuales 116 (29.4%) se recolectaron por primera vez. El historial de registros suma 1756, de los cuales 756 (43%) corresponden a ejemplares recolectados y depositados en el herbario (registros recolectados) y 1000 (57%) a observaciones en campo (registros observados). De acuerdo con la base de datos del herbario HCIAD, hay ocho botánicos de diferentes instituciones académicas que han contribuido al conocimiento de la flora del área de estudio (Cuadro 5, Apéndice).
Clave | Nombre | Institución | Número de registros recolectados/observados |
---|---|---|---|
ABM | Adrián Beltrán Magallanes | Universidad Autónoma de Sinaloa, Campus Culiacán | 56/0 |
ALR | Ana Lilia Reina Guerrero | Greater Good Charities, Tucson, Arizona | 87/3 |
CPD | Claudia Peraza Durán | CIAD, A.C., Unidad Mazatlán, estudiante de posgrado | 20/12 |
GMO | M. Guillermo Millán Otero | CIAD, A.C., Unidad Mazatlán, estudiante de posgrado | 6/0 |
MFC | Miguel Félix Cruz | Instituto Tecnológico de Los Mochis, estudiante | 8/0 |
MRG | Marcela Ruiz Guerrero | CIAD, A.C., Unidad Mazatlán | 551/985 |
SGE | Socorro González Elizondo | CIIDIR-IPN, Unidad Durango | 9/0 |
TRV | Thomas R. Van Devender | Greater Good Charities, Tucson, Arizona | 19/0 |
Total: | 756/1000 |
En cuanto al análisis temporal por especie, se detectó que ninguna de ellas fue documentada consecutivamente en esos 15 años; sin embargo, las recolectadas y observadas más frecuentemente son Conocarpus erectus L. durante 11 años y Laguncularia racemosa, registrada por 10 años (Cuadro 6). Las que tienen el mayor número de registros acumulados son Bromelia pinguin L. (35), Piranhea mexicana (32) y Stenocereus kerberi (K. Schum.) A.C. Gibson & K.E. Horak (29) (Cuadro 6). Por otro lado, las menos representadas son Ayenia wrightii B.L. Rob., Capsella bursa-pastoris (L.) Medik., Isolepis cernua (Vahl) Roem. & Schult., Ludwigia peploides (Kunth) P.H. Reaven, Salicornia bigelovii Torr. y Rumex crispus L., que fueron herborizadas en 1996, 1997 y 2004, y no se han vuelto a recolectar ni a observar en años subsecuentes (Apéndice).
Especie | Años con registros | Registros acumulados |
---|---|---|
Conocarpus erectus L. | 11 | 23 |
Laguncularia racemosa (L.) C.F. Gaertn. | 10 | 17 |
Bromelia pinguin L. | 9 | 35 |
Piranhea mexicana (Standl.) Radcl.-Sm. | 9 | 32 |
Microlobius foetidus (Jacq.) M. Sousa & G. Andrade | 9 | 16 |
Tillandsia intermedia Mez | 8 | 22 |
Batis maritima L. | 8 | 18 |
Tillandsia exserta Fernald | 8 | 16 |
Chromolaena sagittata (A. Gray) R.M. King & H. Rob. | 8 | 12 |
Stenocereus kerberi (K. Schum.) A.C. Gibson & K.E. Horak | 7 | 29 |
Comunidades vegetales
En la microcuenca Estero de Yugo se identificaron nueve comunidades vegetales (Figs. 6, 7, 8). De ellas, seis de acuerdo con Miranda y Hernández-X. (1963): dos de estructura arbórea y arbustiva (selva baja caducifolia y manglar), y cuatro con predominancia de herbáceas (vegetación de dunas costeras, vegetación halófila, popal y tular); y tres de acuerdo con la clasificación propuesta en este estudio: vegetación urbana, matorral tropical costero y nenúfar.
Selva baja caducifolia
Es el tipo de vegetación de mayor extensión en la microcuenca con 140.6 ha, se le encuentra en los terrenos aledaños a los cuerpos lagunares, en parches fragmentados y en las partes altas de la microcuenca que cubren los cerros (Figs. 6, 7A). El estrato arbóreo está formado por especies carentes de espinas, que por lo general pierden su follaje total o parcialmente durante la época seca. Está dominado por Piranhea mexicana, la cual está asociada a Bursera arborea (Rose) L. Riley, Cenostigma eriostachys (Benth.) Gagnon & G.P. Lewis, Cochlospermum vitifolium (Willd.) Spreng. y Lysiloma divaricatum (Jacq.) J.F. Macbr. Los árboles miden alrededor de 7 m de altura con algunos individuos excepcionales de hasta 10 m, entre ellos Libidibia sclerocarpa (Standl.) Britton & Rose. En uno de los cerros de la microcuenca, se encuentra un parche reducido de elementos subcaducifolios y perennifolios como Ficus L. y Thouinidium decandrum (Bonpl.) Radlk. En áreas con cierto grado de perturbación, especialmente en el borde de la selva contiguo a zonas urbanizadas, habitan Guazuma ulmifolia Lam., Vachellia Wight & Arn. y Azadirachta indica A. Juss., por mencionar algunas. En el estrato arbustivo predominan Croton L., Randia L. y Opuntia Mill., mientras que en el estrato herbáceo es común observar plantas trepadoras como Adenocalymma inundatum Mart. ex DC. e Ipomoea pedicellaris Benth., la epífita Tillandsia intermedia Mez., otras plantas terrestres como Elytraria imbricata (Vahl) Pers., y densos grupos de Bromelia pinguin.
Manglar
Forma una franja relativamente angosta (20 m) que bordea todo el contorno de los cuerpos lagunares del Estero del Yugo (Fig. 7B), cubre una superficie de casi 14 ha. Está constituido por árboles o arbustos de dos especies de mangle, Conocarpus erectus y Laguncularia racemosa, cuya altura oscila entre 3 y 6 m. Ocasionalmente se observan otras especies arbóreas, entre ellas Hippomane mancinella L., Prosopis juliflora (Sw.) DC., Crateva tapia L. y Pithecellobium dulce (Roxb.) Benth. Por lo general, el estrato herbáceo está ausente debido a los frecuentes períodos de inundación, pero sobre algunas ramas de árboles puede presentarse Tillandsia intermedia.
Vegetación de dunas costeras
Esta comunidad subsiste en lotes costeros que suman ca. 28.5 ha, con dunas incipientes y significativamente perturbadas de 0.5 a 1 m de altura (Fig. 7C). La comunidad está constituida primordialmente por especies herbáceas, las más comunes son Ipomoea pes-caprae (L.) R. Br., I. imperati (Vahl) Griseb., Phyla nodiflora (L.) Greene y Uniola pittieri Hack., pero puede haber individuos arborescentes de Cocos nucifera L. de más de 7 m de altura. En el ecotono entre las dunas costeras y la selva baja caducifolia existe una zona donde predominan árboles de Cenostigma eriostachys y Pithecellobium dulce, arbustos como Gossypium hirsutum L., plantas trepadoras como Momordica charantia L. y varias herbáceas de las familias Poaceae y Fabaceae.
Vegetación halófila
Esta comunidad vegetal ocupa menos de 1 ha y se distribuye en pequeñas áreas irregulares en la zona pleamar y en terrenos de marismas de los cuerpos lagunares junto a la franja de manglar o entremezclándose con ella (Fig. 7D). Está representada principalmente por herbáceas de hojas crasas tolerantes a suelos salinos inundables como Batis maritima L., y en menor proporción Sesuvium portulacastrum (L.) L. y Heliotropium L. En el área de estudio ocasionalmente también se encuentran especies arbustivas como Tamarix chinensis Lour. y Stenocereus kerberi.
Popal
Es considerado un humedal dulceacuícola. Está compuesto por herbáceas acuáticas y semiacuáticas de hojas anchas, que pueden rebasar los 2 m de altura. Esta comunidad vegetal está próxima a desaparecer en la microcuenca Estero del Yugo, ya que forma un parche de apenas 0.04 ha de extensión y colinda con conjuntos habitacionales y terrenos previstos para la construcción (Fig. 7E). Localmente está representado por Thalia geniculata L. y Echinodorus subalatus (Mart.) Griseb., en asociación con Ludwigia octovalvis (Jacq.) P.H. Raven y Egletes viscosa (L.) Less. Alrededor del popal crecen árboles de Guazuma ulmifolia y Pithecellobium Mart., arbustos como Randia spp. y la especie trepadora Cissus verticillata (L.) Nicolson & C.E. Jarvis, por mencionar algunos ejemplos.
Tular
Este humedal dulceacuícola forma parches pequeños, aproximadamente de 0.75 ha, distribuidos irregularmente en espacios donde se estanca el agua de lluvia o en el cauce de arroyos, escorrentías y canales (Fig. 7F). Se distingue de otros humedales por la dominancia de herbáceas acuáticas y semiacuáticas de hojas angostas como Typha domingensis Pers., Cyperus ligularis L. y otras de la familia Poaceae. Sobre ellas crecen las trepadoras Antigonon leptopus Hook. & Arn. y Funastrum clausum (Jacq.) Schltr. En torno a los tulares, es común observar especies arbóreas o arbustivas, entre ellas Casuarina equisetifolia L. y Ricinus communis L.
Vegetación urbana
Agrupa al conjunto de plantas que crecen en la vía pública de la microcuenca (Fig. 8A), principalmente árboles nativos de las selvas tropicales secas como Enterolobium cyclocarpum (Jacq.) Griseb, Cordia elaeagnoides, Swietenia humilis, Ehretia tinifolia L., especies introducidas entre las que destacan Casuarina equisetifolia y Cassia fistula; además de las palmeras Cocos nucifera, Washingtonia filifera (Gloner ex Kerch., Burv., Pynaert, Rodigas & Hull) de Bary, y Phoenix dactylifera L. Sobresale la presencia de Handroanthus impetiginosus que localmente es utilizada en las avenidas con fines de ornato y a su vez forma parte primordial del conjunto de especies nativas de la selva baja caducifolia de la microcuenca. Es común observar especies arbustivas como Codiaeum variegatum, Nerium oleander L., Bougainvillea Comm. ex Juss. y la herbácea Ruellia simplex C. Wright.
Matorral tropical costero
Se encuentra principalmente cubriendo los acantilados rocosos que delimitan al continente y el océano (Fig. 8B). Cubre aproximadamente 7.4 ha, aunque sus límites no están del todo definidos pues se entremezcla en algunas zonas con la selva baja caducifolia. En este tipo de vegetación las plantas miden entre 0.5 y 5 m de altura, tienen ramas enmarañadas y están inclinadas para contrarrestar la acción del viento, pero conforme se internan hacia la parte continental son menos densas, de porte arbustivo y con ramas más definidas. La mayoría de los elementos de este matorral son caducifolios, algunos espinosos, otros suculentos que aparecen dispersos en el paisaje y son miembros de la familia Cactaceae.
En el estrato más alto se observa Coulteria platyloba (S. Watson) N. Zamora, Plumeria rubra L. y Pachycereus pecten-aboriginum (Engelm. ex S. Watson) Britton & Rose, y en estratos inferiores a Ficus petiolaris Kunth, Bursera excelsa (Kunth) Engl., Coccoloba goldmanii Standl. y varias Capparaceae. Las especies trepadoras Callaeum macropterum (Moc. & Sessé ex DC.) D.M. Johnson, Stegnosperma halimifolium Benth. y Ruehssia edulis (S. Watson) L.O. Alvarado, contribuyen con el aspecto intrincado del matorral. Por su parte, las herbáceas Cyperus spp., Distichlis spicata (L.) Greene, Trixis pterocaulis B.L. Rob. & Greenm., Passiflora arida (Mast. & Rose) Killip. y Physalis vestita habitan zonas más expuestas a la salpicadura del oleaje y brisa marina.
Nenúfar
Es un humedal dulceacuícola confinado a pequeños charcos someros y efímeros (Fig. 8C), los cuales se reavivan en la temporada de lluvias y duran pocas semanas, permaneciendo secos la mayor parte del año. Actualmente se encuentran esparcidos por la microcuenca Estero del Yugo cubriendo alrededor de 0.36 ha. Se caracterizan por la dominancia de Nymphaea elegans Hook., hierba acuática de hojas flotantes conocida coloquialmente como nenúfar, uno de tantos nombres que recibe esta especie en todo el mundo. En el área de estudio se asocia con otras plantas acuáticas y semiacuáticas, entre ellas Heteranthera limosa (Sw.) Willd., Bacopa repens (Sw.) Wettst., Cyperus spp., Sesbania herbacea (Mill.) McVaugh y Ludwigia spp. En los primeros meses de estiaje son reemplazadas por las herbáceas terrestres Passiflora foetida L., Gamochaeta sp. y algunos miembros de la familia Heliotropiaceae. Por lo general, los estratos arbóreo y arbustivo están ausentes, pero eventualmente este humedal se puede encontrar en el sotobosque de la selva baja caducifolia donde está rodeado de Cochlospermum vitifolium, Croton spp., entre otros.
Discusión
A pesar del devastador incremento del desarrollo inmobiliario en la microcuenca Estero del Yugo, particularmente en los últimos diez años, el estudio histórico de los registros contenidos en el herbario HCIAD, aquí presentado, inesperadamente reveló la significativa riqueza florística que existe en tan pocas hectáreas con parches de vegetación nativa. Si se compara la riqueza de la flora vascular reportada para el estado de Sinaloa, que alcanza 206 familias, 1169 géneros y 3882 especies (Vega Aviña et al., 2021; Cuadro 7), en el área de estudio está representado 36.4% (75) de las familias, 23.5% (275) de los géneros y 10% (393) de las especies de todo el estado. Al comparar los resultados con la riqueza de otras áreas naturales protegidas del municipio Mazatlán (Cuadro 7), se observa que todas tienen en común la presencia de selvas secas. Por la cercanía entre áreas, y la topografía y diversidad de hábitats, la microcuenca Estero del Yugo es más afín a la riqueza florística del Sitio Ramsar 1349 (Ramsar, 2006).
Área de estudio y referencia | Familias | Géneros | Especies | Tipo de vegetación | Superficie (ha) |
---|---|---|---|---|---|
En este estudio | 75 | 274 | 393 | SBC, MTC, VA, VH, VDC, VURB | 358.09 |
Estado de Sinaloa (Vega Aviña et al., 2021) | 206 | 1169 | 3882 | SBC, SBE, SMSC, BM, BE, BP, VA | 5,809,200 |
Área de Protección de Flora y Fauna Meseta de Cacaxtla (van der Heiden et al., 2019) | 75 | 298 | 460 | SBC, SMSC, MTC, VA, VH, VDC | 50,862 |
Área de Protección de Flora y Fauna Isla Venados (Flores Campaña et al. 1996; Plascencia-González et al., 2018) | 48 | 111 | 126 | SBE, MX, PZ, VH, VDC | 54 |
Área de Protección de Flora y Fauna Isla Lobos (Vega Aviña et al., 2001) | 27 | 52 | 57 | MX, PZ | 10.5 |
Área de Protección de Flora y Fauna Isla Pájaros (Vega Aviña et al., 2001) | 27 | 50 | 56 | SBE, PZ, VH, VA | 48 |
Santuario Tortuguero El Verde-Camacho y Sitio Ramsar 1349 (Ramsar, 2006) | ND | ND | 375 | SBE, PZ, VA, VDC, VH | 96.64 y 6454 |
Área Destinada Voluntariamente a la Conservación Paco’s Reserva de Flora y Fauna (D. Barrales, com. pers.) | 80 | 296 | 412 | SBC, VA | 10 |
Por otro lado, el Área Destinada Voluntariamente a la Conservación (ADVC) Paco´s Reserva de Flora y Fauna (D. Barrales, com. pers.), representa el área natural protegida costera más pequeña y mejor inventariada dentro de Mazatlán. Aunque se localiza aproximadamente a 4 km del mar, posee un polígono importante de selva baja caducifolia conservada, lo que permite compararla especialmente con la parte alta de la microcuenca Estero del Yugo. El inventario florístico de ambos territorios ha tomado más de una década realizarlo; sin embargo, la Reserva de Paco’s, con unas 412 especies (D. Barrales, com. pers.), es un referente de la riqueza que pudo tener la microcuenca Estero del Yugo antes de la expansión de conjuntos habitacionales y turísticos, y también es un aliciente para localizar más especies en los sitios que aún no se han explorado en esta área.
En cuanto a las familias botánicas, los resultados encontrados en el presente estudio coinciden con los que reportan Vega Aviña et al. (2021), para el estado de Sinaloa, y con los de van der Heiden et al. (2019) y Márquez-Salazar et al. (2019; 2022), para el Área de Protección de Flora y Fauna Meseta de Cacaxtla, Sinaloa, ya que son las mismas cinco familias las que están mejor representadas (Fabaceae, Poaceae, Malvaceae, Asteraceae y Euphorbiaceae), aunque varían en el orden de importancia. Para la microcuenca Estero del Yugo y el Área de Protección de Flora y Fauna Meseta de Cacaxtla, en primer lugar se encuentra Fabaceae con 57 y 75 spp., respectivamente, a nivel estatal el primer lugar lo ocupa Asteraceae con 548 spp., Fabaceae está en segundo puesto con 428 spp. (Vega Aviña et al., 2021). Estos resultados concuerdan con lo señalado por Lott y Atkinson (2010)) ya que Fabaceae es la familia más diversa en las selvas secas de México.
Las tres especies endémicas registradas para el estado de Sinaloa que ocurren en la microcuenca Estero del Yugo han sido poco documentadas en la literatura, pero Physalis vestita y Croton ortegae se distribuyen en las costas de Mazatlán y San Ignacio (Flores Campaña et al., 1996; Pío-León et al., 2023). También es importante señalar que Croton ortegae ha sido recientemente redescubierta por Pío-León et al. (2023), quienes basándose en observaciones del 2021 registradas en el acervo del herbario HCIAD incluyeron en su trabajo al Estero del Yugo como una de las nuevas localidades. Además de confirmar la afinidad costera de Physalis vestita y de Croton ortegae, en el presente estudio se determinó que la primera habita en sustrato rocoso en los acantilados cubiertos por matorral tropical costero y la segunda en la selva baja caducifolia, con evidencia de su presencia desde 2013. Otra especie de interés es Opuntia spraguei (Cactaceae), considerada endémica de Sinaloa (Villaseñor, 2016; Vega Aviña et al., 2021). Sin embargo, se ha detectado que en Sinaloa la identidad taxonómica y distribución de varias especies de Opuntia requieren una amplia revisión debido a la complejidad que existe para distinguirlas (M. González-Elizondo, com. pers.), por lo que la validez y distribución de O. spraguei pudiera precisarse más adelante. De cualquier manera, los registros del herbario HCIAD y los de Félix Cruz (2019) aportan información de localidades de varios individuos de Opuntia en el área de estudio.
Los cuatro nuevos registros para Sinaloa documentados en este trabajo corresponden a plantas exóticas de uso ornamental y medicinal en Mazatlán (obs. pers.), aunque Indigofera hirsuta también es un componente de la vegetación de las playas y dunas de México (Espejel et al., 2017). Indigofera hirsuta, Ixora coccinea y Vitex trifolia fueron recolectadas en espacios perturbados en el borde de la selva baja caducifolia de la microcuenca; tal vez sean organismos escapados de jardines privados o públicos aledaños, mientras que Codiaeum variegatum hasta el momento no se ha observado creciendo entre la vegetación silvestre, pues habita únicamente en los camellones y glorietas. Existe evidencia de la presencia de estas especies en territorio sinaloense en los herbarios nacionales y extranjeros (Vega Aviña y CONABIO, 2021; DGRU-UNAM, 2023; RHNM, 2023), aunque es escasa para Indigofera hirsuta e Ixora coccinea y prácticamente nula para Vitex trifolia y Codiaeum variegatum; además, no se encontró que estuvieran reportadas para la flora del estado (Vega Aviña et. al., 2021).
En cuanto al grupo de especies con distribución escasa en el estado, la microcuenca Estero del Yugo representa para ellas la segunda o una de las pocas localidades nuevas. Dos árboles exóticos, Delonix regia (Bojer) Raf. y Azadirachta indica no fueron registrados por Ortiz Gorostieta (2022) para Sinaloa, pero van der Heiden et al. (2019) los inventariaron previamente en el Área de Protección de Flora y Fauna Meseta de Cacaxtla. Azadirachta indica también fue introducida en el norte y centro del estado, en zonas urbanas y rurales (Angulo-Escalante et al., 2004), y recientemente descubierta en el Santuario tortuguero El Verde Camacho, dentro del Sitio Ramsar 1349 (Ramsar, 2006), en zona de manglar (Márquez Salazar et al., 2021). Por lo tanto, los registros de Delonix regia y Azadirachta indica en el Estero del Yugo denotan su distribución más sureña en Sinaloa. Los datos de colecta de Isolepis cernua, Paullinia cururu L. y Leucospora multifida (Michx.) Nutt. (Vega Aviña y CONABIO, 2021) muestran que estas especies habitan en bosques mesófilos, selvas secas o ambientes riparios, por lo que el Estero del Yugo representa su primera localidad costera.
Piranhea mexicana, especie dominante en la microcuenca Estero del Yugo, se distribuye desde las costas del sur de Sinaloa, Nayarit y Jalisco, hasta Colima, incluyendo las Islas Marías (Pennington y Sarukhán, 2005). Su límite norte en Sinaloa no está definido, pues Márquez-Salazar et al. (2019; 2022) y van der Heiden et al. (2019) no la reportan para el Área de Protección de Flora y Fauna Meseta de Cacaxtla, y Flores Campaña et al. (1996) y Vega Aviña et al. (2001) tampoco la incluyen para las islas ubicadas frente a Mazatlán. En cuanto a su distribución en la ciudad, Flores Islas (1999) la consideró como un árbol mazatleco pues habitaba en varios terrenos planos, cerros y lomeríos, que actualmente están urbanizados, así como en grandes áreas en los alrededores de la ciudad donde también ha desaparecido por la tala inmoderada (Flores Islas, 1999; obs. pers.), al ser una especie maderable apreciada (Balvanera y Maass, 2010). Al respecto, durante el presente estudio se observó que Piranhea mexicana y otros árboles maderables como Lysiloma divaricatum son extraídos de la microcuenca de manera selectiva, pero sin ningún control ni vigilancia, añadiendo con ello una presión más al ecosistema.
En el análisis histórico de los registros del herbario HCIAD para el área de estudio, se notó que las especies con mayor cantidad de registros acumulados, como Piranhea mexicana y Bromelia pinguin, son dos de las más llamativas; sin embargo, han permanecido por décadas en el estero; B. pinguin también destaca por su abundancia en el estudio de Lópéz Román (2019). Asimismo, se identificaron especies que fueron recolectadas hace 10, 20-25 años, y que no se han vuelto a registrar con el paso de los años; básicamente son plantas que habitan en ambientes inundables o pantanosos. Su ausencia local podría ser un indicio del impacto del desarrollo inmobiliario en los procesos hidrológicos de la microcuenca Estero del Yugo, tal como lo señalan Peraza Durán (2021) y Peraza Durán y Ruiz Guerrero (2021).
La diversidad de comunidades vegetales presentes en el área de estudio concuerda con la heterogeneidad característica de los paisajes costeros de México (Moreno-Casasola et al., 1998), lo que da como resultado que en pocas hectáreas se tenga un mosaico de diferentes biomas como playas, acantilados, marismas, manglares, selvas secas y humedales de agua dulce. Lamentablemente la vegetación nativa de esta microcuenca y sus alrededores está siendo transformada velozmente por las constructoras inmobiliarias; toda esta diversidad de ambientes está a punto de colapsar localmente, a pesar de que el mismo Instituto Municipal de Planeación urbana (IMPLAN, 2014) tenía como meta promover el decreto de creación de áreas naturales protegidas para Mazatlán donde se incluía al Estero del Yugo.
En otras costas de México como Huatulco, Ixtapa Zihuatanejo, Manzanillo y San Blas-Matanchén, sí se aprovecha la belleza escénica que brinda la combinación playa-selva seca para el desarrollo turístico (Balvanera y Maass, 2010). Al parecer, en Mazatlán no se le ha dado la debida importancia; al contrario, los proyectos son ejecutados sin contemplar áreas verdes suficientemente arboladas y sin respetar, ni incluir vegetación nativa. El impacto de tal deforestación no solo se reflejará en la pérdida de la biodiversidad local, sino también en problemas serios de deslaves, inundaciones y azolvamiento que provocan las lluvias erosivas del Pacífico mexicano (Balvanera y Maass, 2010).
Conclusiones
A pesar de las presiones antropogénicas a las que está expuesta y a que más de la mitad del territorio de la microcuenca Estero del Yugo se encuentra urbanizada, en ella está representada 10% de la flora vascular del estado de Sinaloa. Además, es una de las reservas de vegetación nativa costera más diversas de Mazatlán. Al mismo tiempo, constituye uno de los pocos relictos de selva baja caducifolia del Pacífico mexicano dominado por Piranhea mexicana, incluyendo una combinación importante de pequeños parches de matorral costero, manglar, vegetación de dunas costeras, vegetación halófila y humedales dulceacuícolas como popal, tular y nenúfar, en peligro de desaparecer de la vegetación nativa en la ciudad de Mazatlán. Alberga especies endémicas y en diferentes categorías de riesgo, además de cuatro nuevos registros para Sinaloa y taxones escasamente documentados en el estado. El análisis de los registros históricos del herbario HCIAD arrojó información valiosa para deducir la relevante riqueza florística de la microcuenca y proporcionó elementos para considerarla como una reserva natural municipal.