El estudio de la economía de países de América Latina ha sido fundamentalmente realizado por autores latinoamericanos, en muchos casos, insertos en el marco teórico neoclásico en el cual se limitan a describir el comportamiento de las variables macroeconómicas y a considerar que problemas como el desempleo, el empleo informal, la pobreza, la inequidad o, inclusive, el daño ambiental son fallas de mercado o externalidades negativas con las cuales se debe convivir, y sólo hay que procurar alguna política de asistencia hacia estos problemas. Existen también estudios que, desde la crítica de la economía política, enfatizan sus planteamientos desde una posición antiimperialista en la cual la tendencia decreciente de la tasa de ganancia es el eje rector de la argumentación.
Paths of Development in the Southern Cone representa un gran esfuerzo del autor, Paul Cooney, por superar los planteamientos anteriores; analiza, desde el materialismo histórico, el desenvolvimiento de las economías de Argentina y Brasil presentando como eje rector el desarrollo de la industria manufacturera desde la primera fase de industrialización con el modelo de industrialización por sustitución de importaciones (ISI) durante los mandatos de Juan Domingo Perón y Getulio Vargas en Argentina y Brasil respectivamente. Estudia a lo largo de diez capítulos (incluyendo introducción y conclusiones) las diferentes etapas y caminos que ha seguido el desarrollo económico de estos países.
Cooney se basa en un marco teórico heterodoxo centrado principalmente en tres elementos: una actualización de la teoría de la dependencia, el planteamiento de Harvey (2004) sobre la acumulación por desposesión y el planteamiento de O’Connor (1988) respecto de la segunda contradicción del capitalismo y el medio ambiente. En cuanto al primer elemento, el autor presenta una actualización de la teoría de la dependencia, en la cual plantea que actualmente vivimos en la hegemonía de las corporaciones transnacionales (TNCS); no pone en el centro de la hegemonía los intereses del grupo de países más industrializados del mundo (el G7), sino a las corporaciones transnacionales, igual que Saguier y Ghiotto (2018). El libro propone una reflexión sobre el enorme peso de las TNCs, incluso formula una categoría sociopolítica de análisis: la clase capitalista transnacional (TCC), sobre la cual Argentina y Brasil deben avanzar en su independencia para lograr caminos hacia el desarrollo.
Con relación al concepto de acumulación por desposesión, Cooney presenta la evolución de esta noción desde Karl Marx, Hanna Arendt y Rosa Luxemburgo hasta David Harvey. Utiliza este concepto para plantear que en los actuales procesos de acumulación centrados en la explotación de bienes primarios ha estado presente el despojo de tierras mediante la violencia en Brasil y Argentina.
En tercer lugar, O’Connor argumenta que existe una contradicción entre dos bandos, por un lado, las fuerzas productivas y las relaciones de producción y, por otro, las condiciones de reproducción en las cuales se incluyen la tierra, el aire, el agua y el medio ambiente en general. Esta teoría le sirve de apoyo a Cooney para analizar las consecuencias negativas que ha traído el incremento en actividades primarias como el cultivo de soya, la producción de caucho y de carne (principalmente de bovino), la extracción de petróleo y la gran minería en ambos países. A este proceso de incremento de actividades primarias, Cooney lo llama reprimarización de la economía, lo cual constituye un retroceso en el desarrollo de las economías en cuestión y ha generado un profundo daño ambiental. Estas actividades han sido promovidas por dos procesos de orden mundial: la desindustrialización y el incremento de la demanda de bienes primarios por parte de China para mantener su enorme ritmo de crecimiento económico.
Con el desarrollo de estos tres pilares en el capítulo 2, Cooney genera un marco teórico de análisis para, posteriormente, en los capítulos 3 a 9 ofrecer un estudio histórico detallado de la trayectoria del desarrollo de la industria en Argentina y Brasil; en el capítulo 10 presenta sus conclusiones.
El capítulo 3 tiene el objetivo de presentar la estructura productiva de Argentina y Brasil; primero, el proceso de transformación de economías primario-exportadoras hacia economías industrializadas, describe con rigor analítico el desenvolvimiento de la ISI. Concluye que Brasil logró una mayor industrialización que Argentina, en ambos casos la presencia de Estados fuertes con Vargas y Perón fue clave.
Posteriormente (capítulo 4), Cooney realiza un estudio detallado de la irrupción del neoliberalismo a nivel mundial en la que observa el papel de los gobiernos militares en las primeras expresiones del neoliberalismo en Argentina y Chile durante la década de 1970. Luego engarza la instauración del neoliberalismo en Estados Unidos mediante el shock Volcker1 (incremento de la tasa de interés) en 1980 con la conformación de la crisis de la deuda de América Latina de 1982. Para Cooney este fue el elemento clave mediante el cual se generalizó el neoliberalismo a escala internacional; presenta cuatro aspectos que constituyen los pilares del neoliberalismo: la liberalización del comercio internacional, la desregulación financiera, la privatización de empresas públicas y la flexibilización laboral.
El estudio de estos fenómenos es central en su análisis del neoliberalismo en Argentina y Brasil. Paul Cooney sostiene que en este proceso el ascenso de las TNCs cobra una importancia central en las economías de ambos países y en la forzosa adopción de las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y del Fondo Monetario Internacional (FMI); la fragilidad económica posibilitó la subsunción a los intereses de las TNCs. Concluye este capítulo con la sumatoria de impactos negativos que ha dejado el neoliberalismo: incremento de la pobreza, del empleo informal, de la inequidad y la desindustrialización, un elemento central en su análisis.
El capítulo 5 presenta un balance de un cuarto de siglo de neoliberalismo en Argentina en el cual destaca el papel de las dictaduras, la hiperinflación, el impacto negativo en los trabajadores, el proceso de desindustrialización y, finalmente, el recurrente problema de la deuda externa, la devaluación, los rescates del FMI y el fortalecimiento del neoliberalismo. El capítulo 6, a su vez, contiene un estudio pormenorizado del neoliberalismo en Brasil, que lo caracteriza como tardío porque mientras las primeras experiencias neoliberales comenzaron en la década de 1970 en Chile y Argentina y en 1982 en México, en Brasil inició hasta 1990 con el arribo a la presidencia de Fernando Collor de Mello. Esta etapa incluyó el incremento de la tasa de interés -que implicó que Brasil tuviera la mayor del mundo-, una significativa desregulación financiera y reducción de impuestos, lo que atrajo inversión extranjera. Estas políticas (Plan Real) beneficiaron a las TNCs y a las corporaciones financieras internacionales, pero afectaron a las clases más pobres.
En los capítulos 7 y 8 Cooney elabora el núcleo duro de su crítica al neoliberalismo. Primero (capítulo 7) plantea el proceso de desindustrialización y de reprimarización en ambos países. El concepto reprimarización lo explica a partir del creciente peso de las actividades primarias en el producto interno bruto (PIB); estas actividades se refieren a la extracción de petróleo, la gran minería, el cultivo y procesamiento de la soya y la producción de carne. Este capítulo analiza los periodos de los gobiernos posneoliberales del Partido del Trabajo (PT) con Lula da Silva y Dilma Rousseff en Brasil y los Kirchner (Néstor y María Cristina) en Argentina. Cooney desarrolla una aguda crítica al planteamiento neodesarrollista en el cual pareciera que los gobiernos llamados progresistas generaron nuevos caminos hacia el desarrollo, pero el autor plantea que más bien produjeron desindustrialización y reprimarización aprovechando los altos precios de las materias primas y el incremento en la demanda por parte de China.
El capítulo concluye con un análisis muy profundo del proceso de reprimarización a la luz del concepto de Harvey de acumulación por desposesión. Con el planteamiento acerca del papel de la violencia en la acumulación en nuestros tiempos, Cooney nos advierte del enorme peso de las corporaciones transnacionales y de su alianza con el Estado, en especial en los mandatos de Jair Bolsonaro en Brasil y de Mauricio Macri en Argentina. El fuerte impulso a actividades como la gran minería, la extracción de petróleo, el cultivo y procesamiento de la soya y en general los agronegocios, han sido promovidos por el regreso de la derecha en Argentina y Brasil que ha generado un importante daño ambiental y una especie de regreso al neoliberalismo.
En el capítulo 8, Cooney desarrolla con mayor profundidad su crítica a las estrategias llamadas neodesarrollistas en Argentina y Brasil, en particular estudia los impactos que han tenido estas políticas en el aspecto social y el medio ambiente. A partir del estudio de acciones como los intentos de establecer una concesión minera o expandirse hacia terrenos expropiados, o instalar una central hidroeléctrica no deseada, el autor advierte que a menudo estas acciones ocurren sin consultar a las poblaciones locales y, en numerosos casos, implican graves conflictos sociales, además del daño al medio ambiente por la deforestación, la contaminación del aire, agua y suelo, y los daños por el uso de pesticidas y herbicidas como el glifosato. Para el autor resulta evidente que los gobiernos progresistas de ambos países rompieron con la ortodoxia neoliberal, aunque con diversos grados, pero al mismo tiempo, hubo una continuación, si no es que incluso una profundización, de los procesos de desindustrialización y reprimarización; por ejemplo, en el caso de la desindustrialización, durante el segundo mandato de Néstor Kirchner, la industria como porcentaje del PIB declinó 11%, mientras que en el caso de Lula las tasas de interés continuaron siendo las más altas del mundo y también se mantuvo una moneda claramente sobrevaluada. La crítica a los gobiernos progresistas de Argentina y Brasil incluyen el cuestionamiento al apoyo a proyectos de infraestructura vinculados a la reprimarización, como represas hidroeléctricas, sistemas de transporte y energía. Para Cooney es necesario reconocer los logros de los gobiernos progresistas en Argentina y Brasil, pero también sus serias limitaciones. Posteriormente, en el capítulo 9 plantea el retorno de las políticas neoliberales durante el mandato de Bolsonaro en Brasil, las caracteriza como neoextractivistas y critica el escaso margen de maniobra que tiene Alberto Fernández para distanciarse del neoliberalismo en el actual gobierno de Argentina.
El capítulo 10 es un sumario de conclusiones de la obra, un breve análisis del Coronavirus (COVID-19) y su propuesta de caminos hacia el desarrollo de los países en cuestión. Su propuesta se inscribe en un marco radical, que es parte de la línea editorial de la colección “Economía del apocalipsis” de la editorial Palgrave, en la cual plantea un cambio estructural para lograr pasos hacia el desarrollo de Argentina y Brasil, propone anteponer los derechos humanos por sobre los derechos de las TNCs, una alianza con las clases trabajadoras y una ruptura con las TNCs, con el neoliberalismo y con las políticas neoextractivistas que han generado un profundo daño ambiental y social.
El autor reconoce que es una tarea de largo plazo para la cual no hay visos de avance en Argentina y Brasil, aunque el retorno de gobiernos progresistas con Lula nuevamente en Brasil y Fernández en Argentina podrían representar una nueva oportunidad para construir caminos hacia el desarrollo en ambos países que logren una mayor inclusión social.
Cabe destacar que los problemas señalados y las conclusiones que expresa Cooney a lo largo del libro parten de una metodología marxista en la cual analiza con mucho detalle los motores exógenos de ambas economías, pero se puede complementar su análisis estudiando con más detalle los motores endógenos en Argentina y Brasil. Es decir, estudiar el desenvolvimiento de las clases empresariales nacionales y su relación con el Estado, el desarrollo de las fuerzas productivas, las condiciones que guardan la ciencia y la tecnología en ambos países y la posibilidad de generar un núcleo endógeno de acumulación a partir de alianzas entre el Estado, las empresas nacionales y los trabajadores en ramas seleccionadas de acuerdo con las posibilidades reales de cada país.
Los fenómenos de desindustrialización y reprimarización que subraya Cooney son muy bien analizados y son producto de las carencias en los motores endógenos de Argentina y Brasil. Lo que el autor plantea como globalización neoliberal es un fenómeno de alcances mundiales, como ocurre inclusive en Estados Unidos; la disminución de la participación de su manufactura en el PIB es evidente desde hace décadas (Lawrence y Edwards, 2013). Asimismo, el crecimiento de sus exportaciones de petróleo y gas han llevado a Estados Unidos a figurar entre los primeros tres lugares a nivel mundial y desde 2021 es el principal exportador mundial de petróleo y gas (Trade Map, 2022). Como se observa, los fenómenos de desindustrialización, reprimarización y dominio de las TNCs son mundiales. Como bien señala Cooney, mediante la conformación de un nuevo contrato social se puede avanzar en estas problemáticas y construir caminos de desarrollo más incluyentes.