Introducción
Los escarabajos Melolonthidae comprenden uno de los grupos más diversificados en cuanto a forma, coloración y hábitos (Morón, 2004), cumplen distintas funciones respecto a la gran variabilidad de ecosistemas con los que se asocian; como consumidores primarios, degradadores y consumidores secundarios en número reducido (Rodríguez del Bosque & Morón, 2010). El complejo “gallina ciega” está conformado por larvas de coleópteros melolóntidos, que en las últimas décadas se les ha tomado importancia por su asociación a cultivos agrícolas como plagas rizófagas, también han sido descritas como “ingenieros del suelo” por promover la formación de este, y por la incorporación de materia orgánica, aspectos que son pocos conocidos, por lo que no necesariamente deberían ser llamadas plagas (Pardo et al., 2003). Sin embargo, algunas especies en estado larvario de la familia Melolonthidae que pertenecen a los géneros Phyllophaga, Listrochelus, Chlaenobia, Paranomala y Cyclocephala se les ha reportado como plagas de suelo, de mayor impacto económico en Latinoamérica y han sido mencionadas como las causantes del daño en el sistema radicular en más de 40 cultivos alimenticios, los cuales puede causar desde un amarillamiento de las plantas, hasta la pérdida total de la cosecha (Morón, 2004). En el caso de las especies que pertenecen a los géneros Cotinis, Paranomala y Ligyrus, sus larvas prefieren los suelos agrícolas con alto contenido de materia orgánica; sin embargo, otras larvas como las de Strategus sp., son saprófagas y prefieren alimentarse de hojarasca en descomposición, madera podrida, estiércol humificado y tallos enfermos (Ritcher, 1966).
El género Parachrysina Bates, 1888 (Coleoptera: Melolonthidae: Rutelinae) es un género exclusivo de México. Los adultos tienen hábitos diurnos, que durante septiembre y octubre se alimentan con las flores y follaje de diversas euforbiáceas, fabáceas, asclepiadáceas y verbenáceas (Morón et al., 1997). Incluye las especies: P. truquii (Thompson, 1857), la cual es una especie exclusiva de la Cuenca del Balsas, habita en bosque tropical caducifolio y en comunidades establecidas entre los 1,000 y 1,500 m de altitud; P. parapatricaDeloya y Morón, 1988 propia de las regiones de Acatlán y Tehuacán, Puebla; P. borealisJameson, 1991 que se ha registrado en Santa Ana, Nuevo León, procedente de un pastizal que a la fecha fue reemplazado por un matorral xerófito donde no se ha recolectado un ejemplar más; P. amadomartinezi Deloya y Morón, 1988 registrada en la región de Chamela, Jalisco; P. mazatli Deloya y Morón, 1988 distribuida en la zona árida de Barranca de Venados, Mezquititlán, Hidalgo y P. batesi Deloya y Morón, 1988 que se ha registrado de los alrededores de Morelia, Michoacán (Morón et al., 1997).
Parachrysina parapatrica ha sido considerada saprófaga, y aunque sus hábitos larvarios no se han precisado, es posible que tenga una importancia primordial para mantener las condiciones óptimas del suelo en las comunidades vegetales nativas del valle de Tehuacán, Puebla, México, y presenten una relación con larvas rizófagas y saprófagas acorde a la cantidad de materia orgánica disponible (Morón, 2001). No se conoce la descripción morfológica de ninguna de las larvas del género Parachrysina. El objetivo del presente estudio es describir la larva de tercer estadio de P. parapatrica de Puebla, México.
Materiales y métodos
El estudio se realizó en el Valle de Tehuacán, localidad de Santa Ana, municipio de Teloxtoc, Puebla, México (18° 22’ 16.42’’ N; 97° 35’ 24.7’’ O, 1865m s.n.m.) en parcelas de amaranto (Amaranthus hypochondriacus L.) donde se tomaron muestras de suelo de 30 × 30 × 30 cm de acuerdo con la metodología de Lavelle et al. (1981). Las larvas se separaron observando al microscopio la forma del raster y palidia. El 30% de la muestra se fijó en solución Pampel y cuatro días después se pasó a alcohol al 70% para su conservación. El 70% restante se mantuvieron vivas en una cámara de cría a temperatura de 26 ± 2 °C y humedad relativa de 70 ± 10%, para obtener la relación larva-adulto y de este modo verificar su identidad de acuerdo con la metodología propuesta por Aragón y Morón (2004). Los caracteres y la terminología utilizada en la descripción fueron tomada de Böving (1936). Las descripciones, observaciones e ilustraciones se hicieron con un estereomicroscopio Carl Zeiss® Stemi 305, y una cámara clara de dibujo. Los ejemplares estudiados están depositados en la Colección Entomológica de la Facultad de Agricultura del Valle del Fuerte Universidad Autónoma de Sinaloa (CEVF-UAS).
Resultados
Paracrysina parapatrica (Deloya y Morón)
Larva de tercer estadio
Descripción. Cabeza. Cranium (Fig. 1), anchura máxima de la cápsula cefálica 3.40-3.76 mm. Superficie ligeramente rugosa, parda amarillenta. Frente con 30 sedas en la porción frontal exterior y 13 sedas en la porción frontal posterior en cada lado; 12-15 sedas frontales anteriores; el resto de la superficie craneal con 29-36 sedas dorso-epicraneales, con 25-28 seda epicraneal y 15-17 sedas paraocelares a cada lado. Clípeo trapezoidal con 4 sedas centrales y 7-8 sedas laterales a cada lado, presenta gránulos pigmentados. Labro simétrico, con los márgenes laterales redondeados, 12−14 sedas posteriores, 14 sedas centrales y 5-6 sedas laterales a cada lado. Manchas oculares ausentes. Epifaringe (Fig. 2) con 1.00-1.20 mm de anchura y 0.87-1.00 mm de longitud, sin zygum y con epizygum pequeño y redondeado, pardo obscuro; haptomerum prominente con 5-7 heli; sin plegmatium definido. Cada acanthoparia con 9-11 sedas gruesas recurvadas. Dexiophoba irregular y fragmentada y laeophoba pequeña irregular. Dexiotorma alargada, con una pequeña curva hacia la dexiophoba; laeotorma prominente en su extremo del margen de la epifaringe. Chaetoparia izquierda con 13−15 sedas gruesas y 21−25 sedas delgadas. Chaetoparia derecha 16−19 sedas gruesas y 26−28 sedas delgadas. Mandíbulas asimétricas (Figs. 3-4) con área estriduladora ventral, áreas incisivas de ambas mandíbulas con una lámina cortante distal separada de un dientecillo incisivo proximal por una escotadura incisiva; área molar de la mandíbula izquierda con dos lóbulos distales (M1) bien desarrollados; margen interno con un diente pequeño; brustia con escasas sedas gruesas y cortas; área molar de la mandíbula derecha con el lóbulo rectangular bien definido; calx ausente. Maxilas (Figs. 5-6) con un uncus terminal en la galea y un unci en la lacinia, con 2-3 heli a cada lado. Área estriduladora maxilar con 5−6 dientecillos. Escleroma hipofaríngeo (Fig. 7) redondeado con una placa esclerosada en la parte basal. Último artejo antenal con una o dos áreas sensoriales ovaladas dorsales (Fig. 8), con un área sensorial circular en el ápice y un área sensorial ventral (Fig. 9).
Tórax. Con abundantes sedas cortas y largas. Los estigmas respiratorios (Fig. 10) de 0.45-0.50 mm de largo por 0.19-0.25 mm de ancho; placa respiratoria amarilla, uniformemente recurvados en forma de “C”, la distancia entre los lóbulos de la placa respiratoria es mayor que el diámetro dorsoventral de la bulla; la bulla es redondeada, y prominente. Uñas pro, meso y metatarsales largas, con el ápice afilado, con una seda prebasal interna y una lateral externa (Fig. 11).
Abdomen. Estigmas de los segmentos I a VI casi semejantes en diámetro, 0.29-0.31 mm de largo por 0.18-0.20 mm de ancho; estigmas de los segmentos VII y VIII casi semejantes en diámetro, 0.58-0.69 mm de largo por 0.34-0.41 mm de ancho, placa respiratoria amarilla, regularmente recurvada en forma de “C”. Dorsa de los segmentos abdominales I-VII con numerosas sedas espiniformes y cubierto por numerosas sedas largas; segmentos abdominales VIII-IX sin sedas espiniformes, con abundantes sedas largas. Venter de los segmentos abdominales I-IX con numerosas sedas largas. Raster sin palidia definida (Fig. 12). Teges con 28−35 sedas hamate. Campus con 32−39 sedas largas y finas. Borde apical del último segmento abdominal con sedas largas de manera uniforme, Barbula indefinida. Labio anal dorsal setoso con sedas largas y finas. Labio anal ventral con numerosas sedas cortas y largas. Abertura anal transversal, ligeramente recurvada. Longitud total aproximada del cuerpo 2.98 cm en promedio (Fig. 13).
Especímenes estudiados: 32 larvas de tercer estadio recolectadas en amaranto, Valle de Tehuacán, localidad de Santa Ana, municipio de Teloxtoc, Puebla, México. 24-I-2007, Col. Miguel Aragón Sánchez.
Biología: En la zona de estudio las larvas de P. parapatrica se encontraron entre 15 y 20 cm de profundidad en el suelo, pero no se encontraron evidencias de alimentación en las raíces de amaranto por tener hábitos saprófagos ya que se alimentan con materia orgánica en descomposición, los adultos son atraídos con frecuencia por las luces eléctricas.