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Salud Pública de México
versión impresa ISSN 0036-3634
Salud pública Méx vol.56 no.6 Cuernavaca nov./dic. 2014
Artículo original
Calendario de inicio sexual en México. Comparación entre encuestas nacionales y tendencias en el tiempo
Sexual debut in Mexico: a comparison of household national surveys
Cecilia Gayet, M en Dem, D en Est Pobl,(1) Juan Pablo Gutiérrez, M en Econ S, PhD.(2)
(1) Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), sede México. Distrito Federal, México.
(2) Centro de Investigación en Evaluación y Encuestas, Instituto Nacional de Salud Pública. Cuernavaca, Morelos, México.
Resumen
Objetivo. Estimar el calendario de inicio sexual en México y sus tendencias a partir de encuestas poblacionales.
Material y métodos. Se analizaron cinco cohortes de nacimiento con cuatro encuestas nacionales (Encuesta Nacional de Salud 2000, Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2009, Encuesta Nacional de Juventud 2010 y Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012) y se identificaron las proporciones de individuos que iniciaron actividad sexual antes de los 16 y antes de los 20 años.
Resultados. Las distintas encuestas son, en general, consistentes, pero difieren entre ellas en algunas cohortes. En las cohortes más jóvenes, se identificó una proporción algo mayor de individuos que iniciaron antes de los 20 años; no se advierten cambios en el inicio sexual antes de los 16 años.
Conclusiones. La falta de grandes cambios en la edad de inicio de vida sexual con tendencia al adelanto del calendario en México llama a fortalecer la educación sexual integral y la oferta de servicios de salud sexual y reproductiva accesibles a los adolescentes.
Palabras clave: conducta sexual; estudios de cohortes; México.
Abstract
Objective. To estimate calendar of sexual debut in Mexico and its trends using national representative household surveys.
Materials and methods. Analysis of five birth cohorts extracted from four national population based household surveys in Mexico (National Health Survey 2000, National Survey on Demographic Dynamics 2009, National Youth Survey 2010, and National Health & Nutrition Survey 2012), using as outcome the proportion of individuals that reported sexual debut before the age of 16 and before the age of 20.
Results. Overall, the four analyzed surveys produce consistent results, although some differences were found. While a larger proportion among younger cohorts reported sexual debut before the age of 20, that was not the case for sexual debut before 16 years.
Conclusions. While data seems to reflect a relative stable age of sexual debut in Mexico, there is a recent trend to prepone sexual initiation that highlights the need to strengthen comprehensive sexual education and the supply of sexual & reproductive health services that are accessible and friendly to adolescents thus responding to the growing demand from this age group.
Key words: sexual behavior; cohort studies; Mexico.
La edad de inicio sexual marca la transición a nuevas necesidades en salud. Desde que una persona se vuelve sexualmente activa se expone a riesgos de embarazo e infecciones sexualmente transmisibles. Es importante contar con un indicador apropiado para monitorear los cambios en las necesidades de servicios de salud sexual y reproductiva. La estimación del tamaño de la población que requiere estos servicios permite calcular las necesidades en métodos anticonceptivos, medios de diagnóstico de infecciones de transmisión sexual (ITS) y medicamentos para la atención de las ITS.
En México, investigaciones previas han mostrado un incremento paulatino de la edad de inicio sexual en las mujeres y una tendencia errática en los hombres.1-6 Sin embargo, la información reciente indica cambios en las tendencias y revela un aumento en las proporciones sexualmente activas a edades menores.7 Este cambio podría estar relacionado tanto con la tasa de fecundidad adolescente, que no ha descendido al ritmo que lo han hecho las tasas de fecundidad en otras edades,6 como con el aumento de la tasa de abortos.8
El reto para analizar la edad de inicio sexual consiste en estimarla sin sesgos, siendo capaces de considerar a la población joven en el momento en que se presenta el debut sexual. Para estimar la edad media o mediana de inicio sexual, algunas publicaciones consideran únicamente a la población que ha tenido relaciones sexuales; este es un error metodológico grave.6,9 El abordaje propuesto por Gayet y Solís1 incluye dos métodos para calcular el calendario de inicio sexual. El primero está diseñado para la población que, en su mayoría, ha pasado por las edades de exposición al evento de inicio sexual y permite estimar medidas de tendencia central, como los cuartiles, con ayuda de tablas de vida. En el caso de México, esto implica estudiar a la población que supera los 25 años de edad.
El segundo método está indicado para casos en los que se quiere inspeccionar el comportamiento de la población más joven y consiste en estimar la proporción de población sexualmente activa a una edad más baja que la de la población seleccionada. Este último método ha sido utilizado en México en investigaciones previas para incluir en las comparaciones a la población joven cuya mayoría no ha experimentado el evento de transición a la actividad sexual al momento de la aplicación de la encuesta.3,4
En México, la producción de información que incluye las preguntas necesarias para estimar la transición a la vida sexual ha sido abundante en los años recientes. Se cuenta con varias encuestas con representatividad nacional realizadas en los últimos cinco años que permiten analizar la consistencia de los resultados y las tendencias en el tiempo: la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica (Enadid) 2009, la Encuesta Nacional de Juventud (Enjuve) 2010 y la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2012. Además, es posible comparar estas encuestas con otras anteriores que incluyeron las cuestiones mencionadas, por ejemplo, la Encuesta Nacional de Salud (Ensa) 2000. Sin embargo, es necesario considerar las diferentes maneras en que las distintas encuestas realizan las preguntas sobre inicio sexual, lo cual podría condicionar la obtención de resultados similares.
Con esta variedad de información reciente, el objetivo de este artículo es comparar las estimaciones del calendario de inicio sexual de hombres y mujeres en México para distintas cohortes de nacimiento a partir de diferentes fuentes de datos, y analizar las tendencias que se generan a partir de éstas mediante métodos de análisis adecuados.
Material y métodos
Datos
Se incluye el análisis de las siguientes encuestas: Ensa 2000 (bases de adultos, hombres y mujeres), Enadid 2009 (mujeres), Enjuve 2010 (hombres y mujeres) y Ensanut 2012 (bases de adolescentes y adultos, hombres y mujeres). Todas las encuestas son públicas y se obtuvieron de sitios de internet.10-13 En todos los casos se trata de encuestas probabilísticas realizadas en hogares y cuyos diseños muestrales consideran la representatividad de la población del país en lo general así como para los grupos de edad abordados.
El ejercicio de comparar distintas encuestas no carece de complejidad. Al tratarse de muestras diferentes, es esperable que haya variaciones en las estimaciones que se generan a partir de cada una. En tanto que representativas de un mismo universo, se espera que estas variaciones sean menores.
Variables de interés
Las variables centrales de interés son el inicio de la vida sexual antes de los 16 y antes de los 20 años. Se ha seleccionado el inicio antes de los 20 años porque investigaciones previas mostraron que más de la mitad de la población ha pasado por esta transición entre los 18 y los 19 años.1,14 Esta variable es un buen indicador del comportamiento del país en conjunto. A su vez, la edad de corte a los 16 años da cuenta de la proporción que inicia de manera temprana. Aquí es importante aclarar que, si bien la literatura especializada no es clara en señalar qué edad se considera temprana,15 algunos estudios indican que la anterior a los 14 o 15 años,15,16 mientras que otros, la anterior a los 16.15,17-19 En México se mostró que el inicio del primer cuartil de la población se ubica entre los 16 y los 17 años.1 Se ha definido entonces como inicio temprano al que ocurre antes de los 16 años, edad a la que menos de 25% de la población ha tenido la experiencia de inicio. Se considera para esto que el carácter de temprano está dado de manera contextual respecto de la sociedad.15,19
Se identificaron distintos grupos de edad que hubieran nacido en los mismos años (como aproximación a cohortes de nacimiento) y que fueran comparables en las encuestas, a fin de estimar la proporción de población sexualmente activa antes de los 20 años y antes de los 16 años (proporción de población que ha iniciado vida sexual antes de la edad x, para la población de edad x, x+n, donde n es un número positivo distinto de cero) en cada encuesta. Para cada medida, se seleccionaron las cohortes que superaban esas edades. Se identificaron las siguientes cohortes de nacimiento: a) 1963-1970 y 1971-1980, para la comparación de población sexualmente activa antes de los 20 años y antes de los 16 años con Ensa 2000, Enadid 2009 y Ensanut 2012; b) 1981-1990, para la comparación de población sexualmente activa antes de los 20 años y antes de los 16 años con Enadid 2009 (en esta encuesta se consideró la cohorte 1981-1989), Enjuve 2010 y Ensanut 2012; c) 1991-1992, para la comparación de población sexualmente activa antes de los 16 años con Enadid 2009, Enjuve 2010 y Ensanut 2012. Además, se agregó la cohorte nacida entre 1993 y 1995 de la Ensanut 2012, para la estimación de la población sexualmente activa antes de los 16 años, a fin de incorporar el dato en la tendencia en el tiempo. Esta última cohorte no tiene posibilidad de comparación con las otras encuestas. El número de observaciones para cada cohorte y sexo en cada encuesta puede verse en los cuadros 1 y 2.
Generación de las variables de actividad sexual
Para generar las variables sobre el inicio de vida sexual antes de una edad específica se utilizaron las preguntas incluidas en cada encuesta. En los casos de Ensa 2000, Ensanut 2012 y Enjuve 2010, se trata de una pregunta directa que se realiza a toda la población de determinadas edades, mientras que en la Enadid 2009 se hace un proceso a partir de filtros de distintas preguntas.
En la Ensa 2000, se hace a hombres y mujeres de 20 años o más la pregunta "¿A qué edad tuvo usted su primera relación sexual?", cuyas respuestas posibles son proporcionar la edad de inicio o, "No ha tenido relaciones sexuales", "No responde", "No sabe o no recuerda." En la Ensanut 2012, se pregunta a los adolescentes de 12 a 19 años "¿A qué edad tuviste tu primera relación sexual?", cuyas opciones de respuesta son proporcionar la edad de inicio o, "No ha tenido relaciones sexuales", "No recuerda", "NS/NR" (no sabe o no responde). Además, se pregunta a los adultos de 20 a 49 años "¿A qué edad tuvo su primera relación sexual?", con las mismas opciones de respuestas que se les da a los adolescentes. En la Enjuve 2010, se pregunta primero "¿Has tenido relaciones sexuales alguna vez?"; luego, a los que responden "Sí", se les pregunta "¿A qué edad tuviste tu primera relación sexual?". En la Enadid 2009, se pregunta a las mujeres de 15 a 49 años "¿Cuál es la razón principal por la que actualmente no está haciendo algo para no tener hijos?", en cuyas 20 opciones de respuesta aparece "porque nunca ha tenido relaciones sexuales". Quienes responden esto se ubican en otra sección y no se les vuelve a preguntar por la edad de inicio sexual. A quienes no eligieron esa opción, más adelante se pregunta "¿Qué edad tenía usted cuando tuvo su primera relación sexual?", cuyas respuestas posibles son proporcionar la edad de inicio o, "No ha tenido relaciones sexuales", "No responde". La segunda respuesta es de control, pues existe la posibilidad de que la pregunta anterior no haya logrado captar a las mujeres que no hubieran iniciado vida sexual. Para estimar la población que no ha iniciado relaciones sexuales en la Enadid 2009, es necesario agrupar a las mujeres que respondieron que no tuvieron relaciones sexuales a ambas preguntas.
Análisis
Para todas las encuestas se estimaron a) la proporción de población que no había tenido relaciones sexuales al momento de la encuesta; b) las proporciones de los que iniciaron actividad sexual antes de los 20 años, y c) las proporciones de los que iniciaron actividad sexual antes de los 16 años. Se consideró que los casos cuyas respuestas eran "No sabe", "No recuerda", "No responde" y los valores perdidos se distribuían igual que los casos con información completa (los porcentajes se muestran en los cuadros I y II).
En todos los casos se incorporó el diseño de la muestra para la obtención de proporciones: en la Ensa 2000 y la Ensanut 2012, a través de la declaración de muestra compleja, y en las otras encuestas, utilizando los ponderadores individuales. Los intervalos de confianza de las proporciones se muestran en los cuadros I y II y en las figuras 1 y 2. Se realizaron pruebas t de diferencias de medias entre las proporciones de las diferentes encuestas para las mismas cohortes de edad, y entre las diferentes cohortes estimadas en cada encuesta (cuadro III). El uso de la prueba t se justifica considerando que, por el tamaño de muestra y las proporciones analizadas, de acuerdo con el teorema del límite central, es posible aproximar la distribución de las proporciones a la distribución normal. Las estimaciones se realizaron con el paquete estadístico Stata/IC 12, en tanto que las pruebas se realizaron con MS Excel.
Resultados
Comparación de cada cohorte en distintas encuestas
Para la cohorte de mayor edad, nacida entre 1963 y 1970, las tres encuestas comparables (Ensa 2000 y Ensanut 2012, para hombres y mujeres; Enadid 2009, para mujeres) muestran resultados muy similares en cuanto a la proporción que inició relaciones sexuales antes de la edad de 20 y antes de la edad de 16 (cuadros I y II, figuras 1 y 2). Las estimaciones de la Ensanut 2012 no se diferencian de las de la Ensa 2000 en ambos sexos (cuadro III). En el caso de las mujeres, la Enadid 2009 produce estimaciones un poco más bajas que las otras encuestas: difiere estadísticamente de la Ensa 2000 en la proporción que inició antes de los 16 años (p<0.05), pero no en la proporción que inició antes de los 20; a su vez, es diferente de la Ensanut 2012 en la proporción que inició antes de los 20 años (p<0.05), pero no en la que inició antes de los 16 años (cuadro III).
Para la cohorte nacida entre 1971 y 1980, los resultados son disímiles en el caso de los hombres. La Ensanut 2012 estima proporciones mayores que las que estima la Ensa 2000 para la población masculina que inició relaciones sexuales antes de los 20 años, considerando la misma cohorte de nacimiento (72.5% contra 64.9% respectivamente, p<0.05); también produce una estimación mayor en el caso de los hombres que iniciaron antes de los 16 años (p<0.05) (cuadros I y III). En el caso de las mujeres (cuadro II), para esta misma cohorte nacida entre 1971 y 1980, las tres encuestas producen resultados similares repitiendo los hallazgos de la cohorte anterior, con proporciones menores en el caso de la Enadid 2009. Esta última es estadísticamente diferente de las otras dos encuestas en la proporción que inició antes de los 20 años (p<0.05), pero no en la proporción que inició antes de los 16 años (cuadro III).
En el caso de la cohorte nacida entre 1981 y 1990, se encontraron resultados similares en el caso de los hombres, pero estadísticamente diferentes en el caso de las mujeres entre las distintas encuestas analizadas. En el caso de los hombres, tanto la Enjuve 2010 como la Ensanut 2012 dan resultados muy similares en los dos indicadores. En el caso de las mujeres (cuadro II), la diferencia en la proporción que inició vida sexual antes de los 20 años es apreciable entre las tres encuestas (53.5, 60 y 66%, p<0.05 en todas las comparaciones). La Ensanut 2012 presenta las proporciones mayores y la Enadid 2009 las menores. A su vez, la Ensanut 2012 presenta la proporción mayor y es estadísticamente diferente de la Enadid 2009 y de la Enjuve 2010 en la proporción de mujeres que iniciaron antes de los 16 años (p<0.05), en tanto que la Enadid 2009 y la Enjuve 2010 presentan proporciones estadísticamente similares (cuadros II y III).
Para la cohorte nacida entre 1991 y 1992 fue posible sólo estimar la proporción de hombres y mujeres que iniciaron relaciones sexuales antes de los 16 años. En el caso de los hombres, tanto Enjuve 2010 como Ensanut 2012 presentan proporciones similares (cuadro III). En el caso de las mujeres, la Ensanut 2012 muestra una proporción mayor y estadísticamente diferente que la Enadid 2009 (p<0.05) y la Enjuve 2010 (p<0.05). Las estimaciones de la Enadid 2009 y la Enjuve 2010 no se diferencian estadísticamente (cuadro III).
Tendencias en el tiempo
En general, tanto para hombres como para mujeres, la tendencia en el tiempo parece mostrar que las proporciones de la población que ha tenido relaciones sexuales antes de los 20 años se incrementan un poco (figura 1). Esto es equivalente a decir que las cohortes más jóvenes, en promedio, están iniciando su vida sexual a una edad más temprana que las cohortes mayores, pero que los cambios no son de gran magnitud.
Sin embargo, si se analizan las tendencias de cada una de las encuestas en el tiempo, el panorama pierde claridad (figuras 1 y 2). La Ensa 2000 mostraría, en el caso de los hombres, un decremento en la proporción que inició antes de los 16 años (p<0.05) y ausencia de cambios entre los que iniciaron antes de los 20 años, en tanto que, en el caso de las mujeres, se observa un incremento en la proporción que inició antes de los 20 años (p<0.05), sin cambios en la proporción que inició antes de los 16 años (cuadros II y III).
La Enadid 2009, que es la encuesta con mayor número de casos, presenta una tendencia sin cambios en las cohortes de la proporción de mujeres que inició antes de los 16 años y una tendencia poco clara en la proporción que inició antes de los 20 años (cuadro III).
La Ensanut 2012, que es la fuente de datos que permite analizar más cohortes, presenta un incremento en la proporción de hombres y mujeres que tuvieron relaciones sexuales antes de los 20 años (con diferencias significativas entre las distintas cohortes, en el caso de los hombres, y sólo entre las cohortes de 1981-1990 y 1971-1980, en el caso de las mujeres) y una tendencia que no es clara en relación con quienes iniciaron antes de los 16 años (cambios no significativos en el caso de los hombres, y significativos únicamente al comparar las cohortes de 1981-1990 y 1971-1980, en el caso de las mujeres).
La Enjuve 2010 no muestra cambios en la proporción que inició antes de los 16 años entre las dos cohortes estudiadas, ni en el caso de los hombres ni en el de las mujeres (cuadro III).
Discusión
El calendario de inicio sexual en México parece estar sufriendo leves modificaciones en las cohortes recientes tanto para hombres como para mujeres. Para las cohortes más jóvenes, se presentan proporciones ligeramente mayores de inicio antes de los 20 años en comparación con cohortes de mayor edad, pero no se advierten cambios significativos en el caso del inicio temprano (antes de los 16 años). De las encuestas analizadas, este resultado únicamente difiere en la Enadid 2009, que documenta una tendencia de aumento de la edad de inicio sexual de las mujeres, pero que sólo es estadísticamente significativa para algunas cohortes.
La variabilidad observada en las estimaciones entre encuestas es mayor en el caso de los hombres de las cohortes más antiguas. También es la población masculina la que presenta mayores tasas de no respuesta, particularmente en las encuestas nacionales de salud. En las cohortes más recientes, la variabilidad entre encuestas es mayor en el caso de las mujeres. Si bien, en general, las estimaciones son relativamente consistentes en las distintas encuestas, destaca el caso de las mujeres nacidas entre 1981 y 1990, para el cual las tres encuestas producen estimaciones estadísticamente diferentes.
Cabe señalar que una limitación común a todas las encuestas que incluyen preguntas retrospectivas sobre edades es el sesgo de memoria. Este trabajo no puede identificar si las diferencias entre las cohortes se deben a problemas de memoria diferenciales, considerando que este acontecimiento está más alejado en el tiempo para las personas de mayor edad.
En comparación con estudios previos en México, estos resultados son diferentes a la tendencia encontrada por Gayet y Solís.1 Ellos estimaron, considerando cohortes más antiguas que las analizadas en el presente artículo, que la tendencia en los hombres era de un leve aumento de la edad de inicio sexual, pero que no se registraron cambios importantes en el caso de las mujeres, el cual presentó variaciones sin tendencia clara.
Una investigación con información de la Encuesta Nacional de Salud Reproductiva (Ensar) de 20032 mostró una tendencia estable en la edad mediana de la primera relación sexual de mujeres de dos cohortes (25 a 29 y 45 a 49 años, al momento de la encuesta). Otro estudio, en el cual se comparan cuatro cohortes de mujeres nacidas entre 1943 y 1984, encontró un leve adelanto en la edad mediana de inicio sexual; ésta pasó de 19.9 años, en la cohorte más antigua a 19.4, en la cohorte más reciente.5 Nuestros resultados parecen indicar que los cambios en las cohortes más jóvenes siguen la tendencia encontrada en aquel estudio. Estos resultados son consistentes con los reportes de un estancamiento en el descenso de la fecundidad entre mujeres adolescentes, lo cual hablaría de una exposición sostenida a los riesgos de la actividad sexual en estas edades.
En comparación con otros países, el calendario de inicio sexual en México es más tardío. Una investigación que compara seis países de América Latina muestra que las proporciones de mujeres que tuvieron su primera relación sexual antes de los 16 y antes de los 19 años son mayores para países como Colombia o Guatemala.20 En países de América Latina con encuestas nacionales aplicadas a hombres (Bolivia, Haití y República Dominicana), se encontró una tendencia de adelanto en la edad de inicio sexual en las cohortes más jóvenes, cuyas edades fueron más tempranas que las de México.4
En algunos países europeos se considera que hay una sincronización de las experiencias individuales en las cohortes recientes, la cual conlleva a una desaparición del inicio tardío (después de los 20 años), en tanto que la proporción de inicio muy temprano (antes de los 16 años) no presenta cambios sensibles.18 Los presentes resultados parecen indicar que México avanza muy lentamente en este camino.
En conclusión, se puede afirmar que hay datos indicativos de que el calendario de vida sexual de la población mexicana se está adelantando, aunque no a edades muy tempranas. Estos resultados pueden ser útiles, por ejemplo, para estimar a qué edad es conveniente vacunar a los jóvenes contra el virus del papiloma humano21 o para saber cuál es el momento indicado para incluir información sobre métodos de prevención en los contenidos curriculares educativos. Asimismo, resulta útil para estimar el abastecimiento necesario de dichos métodos en los servicios de salud dirigidos a la población adolescente.
Este resultado también sugiere que es necesario reforzar las estrategias de educación sexual integral a las que se ha comprometido el país, particularmente en la Declaración Ministerial de Prevenir con Educación de 2008, así como proveer acceso efectivo a los servicios de salud sexual y reproductiva a la población joven. El rejuvenecimiento del calendario de inicio sexual se traduce en una mayor demanda de servicios y de educación, a fin de lograr que, desde el inicio de la vida sexual, los jóvenes se encuentren preparados para prevenir embarazos e infecciones. Estos servicios y educación demandados, de no estar disponibles, pueden incidir negativamente en su bienestar.
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Fecha de recibido: 15 de noviembre de 2013
Fecha de aceptado: 16 de julio de 2014.
Autor de correspondencia:
Dra. Cecilia Gayet.
FLACSO México. Carretera al Ajusco 377,
col. Héroes de Padiema. 14200 Tlalpan, Distrito Federal, México.
Correo electrónico: cgayet@flacso.edu.mx
Declaración de conflicto de intereses. Los autores declararon no tener conflicto de intereses.