Con la globalización, cualquier amenaza biológica o sanitaria junto a la falta de formación y profesionalización incrementa los riesgos de emergencia en salud. En los tiempos actuales es necesario adquirir, actualizar y aplicar conocimientos de seguridad para garantizar la supervivencia ante una declaratoria de emergencia internacional.
Los protocolos de seguridad sanitaria apuestan por la autoprotección y defensa de las personas que habitan en comunidades y países enteros, pero también de los que están a cargo de establecer los lineamientos y de activar la fase de alerta y preparación ante el posible arribo de virus. La combinación y coordinación de estos aspectos aunado a una estrategia de comunicación lograrán alcanzar el control de la enfermedad y ofrecer a la población la seguridad que se requiere.
El Dr. Li Wenliang, oftalmólogo que residía y tenía su práctica clínica en la ciudad de Wuhan, China, era profesor en la escuela de medicina y, en diciembre de 2019, en un chat privado grupal, les comentó a sus estudiantes que varios pacientes con una enfermedad con síntomas muy parecidos a los del SARS estaban internados en su hospital en cuarentena. Cuando se hizo viral su mensaje, porque se enviaron “tomas de pantalla”, la policía de Wuhan castigó al médico de 34 años. El motivo: “esparcir rumores en línea”. Lo bueno es que eso no ocurre fuera de China.
En enero de 2020 este médico desarrolló los síntomas de la enfermedad, que ahora se sabe es causada por un coronavirus (2019n-CoV); llegó al hospital, su estado se deterioró rápidamente y recientemente falleció.
Por la experiencia que ya hubo en China con el SARS, sus sistemas de vigilancia son más activos y, en el caso de las neumonías atípicas que se presentaron en Wuhan, el reporte a la OMS fue bastante rápido1.
El brote, que se reportó en diciembre de 2019, se identificó en el mercado de Huanan de productos del mar en Wuhan, provincia de Hubei. El informe inicial de transmisión por el consumo de los productos del mar se amplió al confirmar que había transmisión persona a persona. En un reporte de caso en Washington, se identificó el virus en expectoración y en heces fecales, y se reportó el empleo de remdesivir como tratamiento, por la progresión de los síntomas. El paciente mejoró y estaba en observación2.
Otro reporte más indica el contagio de varios compañeros de trabajo de un paciente en su período asintomático. Se siguieron los contactos, que fueron positivos y que desarrollaron un cuadro muy leve de la enfermedad y se hospitalizaron con fines de vigilancia3.
Por otro lado, investigadores del Instituto de Virología de Wuhan reportan que se están probando varios antivirales y un antiparasitario con posibilidades terapéuticas4.
A diario, nos llegan por todos los medios reportes del número de casos y de muertos, y una sensación de indefensión se siente en el ambiente.
¿Qué sabemos sobre la influenza en esta temporada?
En 2009 se presentó un brote de esta enfermedad que se originó en el país; los reportes del número de muertes a consecuencia de esta infección viral en ese momento varían. Algunos reportan más de 18,000 a nivel mundial y, localmente, 1,032 de 72,233 casos. En ese momento se establecieron una serie de recomendaciones entre las que estaban la vacunación y diversas medidas que indicaban limitar el contacto persona-persona. Se colocaron dispensadores con geles antibacterianos y se insistió en el lavado frecuente de manos. ¿Qué ha ocurrido más de 10 años después? Vacunarse es algo que aún no se considera prioritario en la población, argumentos en contra de hacerlo sobran. Dejar el saludo con un contacto físico cercano ¡es casi imposible! Los dispensadores de gel, que aparecieron por todos lados, ya no se recargaban, se secaron y ya desaparecieron.
En esta temporada, recordar “no saludar de beso y no abrazo” va seguido de la pregunta ¿Estás enferma? “Nooooo, no estoy enferma, quiero evitarlo; no porque no esté vacunada, simplemente porque la llegada del coronavirus implica medidas semejantes a las de la influenza y quiero prevenirme”5.
Los reportes de casos de influenza tienen un incremento paulatino desde el inicio del año6,7. La influenza está con nosotros desde hace más de 10 años, los protocolos que debieron continuar, ya se olvidaron. ¿Qué esperamos que ocurra con el coronavirus?
Teresa I. Fortoul van der Goes
Por mi raza hablará el espíritu