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Revista de la Facultad de Medicina (México)

versión On-line ISSN 2448-4865versión impresa ISSN 0026-1742

Rev. Fac. Med. (Méx.) vol.55 no.6 Ciudad de México nov./dic. 2012

 

Arte y medicina

 

El otro lado del genio

 

Rafael Álvarez Cordero

 

Decir Mozart es decir precocidad musical, es decir armonía, es decir creatividad, es I decir algo fuera de lo común, ya que se ha demostrado que aun los bebés antes de nacer prefieren escuchar la música de Mozart que de cualquier otro compositor. Pero en el interesantísimo trabajo que publica en este número el doctor Mario Arellano Penagos, de la Academia Mexicana de Pediatría, se presenta el otro Mozart, el niño prodigio que vivió aquejado de enfermedades de todo tipo y fue víctima de un extraño síndrome que describió el neurólogo francés Guilles de la Tourette en 1885, por lo que lleva su nombre y que es, como dice el doctor Arellano, "afectación nerviosa, caracterizada por incoordinación motriz, presencia de tics, ecolalia, coprolalia, conducta obscena y otras manifestaciones de desorden neurológico".

La inmensa creatividad y capacidad de trabajo chocó siempre con los síntomas del síndrome de Tourette, y el doctor Arellano habla de que en las numerosas biografías y testimonios de familiares y amigos "se reconoce fácilmente una vida social disoluta y caótica, con enfrentamientos intensos con personajes de la iglesia y con otros músicos y, por supuesto, alteraciones neurológicas del síndrome de Tourette".

El Mozart mordaz, incluso odioso, que ofendía de palabra y obra a los demás, fue espléndidamente representado por Tom Hulce en la película Amadeus, y es probable que quien no supiera de su enfermedad considere exagerada su actuación, pero así era Wolfgang Amadeus Mozart; la película, filmada en 1984, ganó ocho Óscares.

Los miles de cuadros, estatuas, pinturas y descripciones de Mozart, sólo son reflejo de su gran genio, que esconde la amarga realidad de una enfermedad entonces desconocida.

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