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Revista de la Facultad de Medicina (México)

versión On-line ISSN 2448-4865versión impresa ISSN 0026-1742

Rev. Fac. Med. (Méx.) vol.54 no.1 Ciudad de México ene./feb. 2011

 

Editorial

 

Propósitos de año nuevo

 

New year purposes

 

Estamos a principio de un nuevo año y en todo el mundo, aún en los países de costumbres o religiones distintas (el año nuevo chino comienza entre el 21 de diciembre y el 21 de enero, el año nuevo judío inicia en septiembre), el 31 de diciembre y el 1 de enero son motivo de celebración, y todos, grandes y chicos, hombres y mujeres, hacen "propósitos" para cumplir en los meses siguientes.

El año nuevo no ha sido siempre en enero. Tradicionalmente, el calendario romano comenzaba el primer día del año de marzo, pero como en el mes de enero —el undécimo mes— los cónsules de la Antigua Roma asumían el gobierno, Julio César, en el año 47 a. C., modificó el sistema y creó el calendario juliano que fue modificado paulatinamente en tiempos del cónsul Marco Antonio en el 44 a. C., luego por el emperador Augusto César en el 8 a. C., y finalmente por el papa Gregorio XIII en 1582, que es el que se utiliza hasta hoy.

¿Qué significa el año nuevo?, que se abre un nuevo capítulo en nuestra vida, y aunque el primero de enero es igual a cualquier otro día del calendario y tiene 24 horas, un año nuevo, como una página en blanco, puede ser motivo de reflexión acerca de lo pasado, y oportunidad para formular propósitos respecto al porvenir.

¿Cuáles de esos propósitos se cumplirán en este año?, eso depende de dos factores: la factibilidad y la decisión.

La factibilidad es consecuencia de las leyes de probabilidad: si mi propósito es sacarme la lotería, la probabilidad es de 1:20 millones; si es de encontrar a un amigo que no veo desde hace años, puede ser de 1:100, en tanto las posibilidades de que triunfe en mis estudios o en mi trabajo profesional son 1:2, porque solamente se necesitan dos cosas: 1) un proyecto coherente y 2) realizarlo.

Y la decisión es muy sencilla, se requiere un acto de voluntad, nada más, y no es admisible el pretexto "yo no tengo fuerza de voluntad", todos tenemos fuerza y energía para hacer lo que en verdad nos interesa.

Todos, absolutamente todos los que hemos iniciado alguna vez los estudios en nuestra Facultad de Medicina, llegamos con la mente llena de sueños: lograr la mejor preparación, ser los mejores médicos, especialistas destacados, sanitaristas, investigadores, tal vez creadores de nuevas técnicas o nuevos tratamientos, y al paso del tiempo, esos sueños, que pueden parecer castillos en el aire, se van convirtiendo en realidad, estimulada por los mundos nuevos que descubrimos en las aulas de la Facultad en cada año de estudios, gracias a esa singular interacción entre nosotros y nuestros maestros, que se llama enseñanza-aprendizaje.

Y todos, absolutamente todos los que ya hemos terminado los estudios y ostentamos el título de médicos, soñamos con realizar lo que imaginábamos desde la Facultad, y dedicar nuestra vida al bienestar de los demás.

¿Qué estímulos tenemos en los años de estudio?, primero y antes que nada, nuestros maestros, que no sólo nos enseñan la materia que dominan, sino que con su ejemplo y sus orientaciones nos enseñan a vivir la medicina, a ser médicos 24 horas de cada día, a pensar como médicos, a soñar como médicos, a actuar como médicos incluso en las situaciones más insólitas; nunca dejaremos de ser médicos, seremos médicos hasta el último día de nuestras vidas, y seguramente la personalidad de algún maestro nos marcará de forma especial y nos alentará a imitarlo.

¿Y qué obstáculos tenemos en los años de estudio?, la distracción, la falta de orden en los estudios, el hastío y el cansancio; hay que recordar que ser médico supone una estructura física y mental fuerte, tener la capacidad de estudiar por horas enteras y de hacer guardias en los hospitales durante varios días casi sin dormir.

Y al hacer nuestros propósitos de este año nuevo —que para nuestra Facultad es también un siglo nuevo— es estimulante pensar que todos los médicos, maestros e investigadores que han forjado la medicina mexicana desde el siglo XIX hasta hoy, comenzaron aquí, en las aulas de nuestra Facultad, con los mismos sueños que nosotros y con la misma decisión de ser mejores cada día; estoy seguro que entre los miles de estudiantes que ahora cursan la Licenciatura de Médico Cirujano, hay muchos que en su momento cambiarán la historia de la salud en México; aquí y ahora está en ciernes un médico, un investigador, un inventor, un pionero que será reconocido nacional e internacionalmente, junto con cientos de compañeros que dedicarán su vida al bienestar de los demás; ojalá todos sus propósitos se hagan realidad.

 

Por mi Raza Hablará el Espíritu
Rafael Álvarez Cordero

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