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Tzintzun. Revista de estudios históricos

versión On-line ISSN 2007-963Xversión impresa ISSN 1870-719X

Tzintzun. Rev. estud. históricos  no.73 Michoacán ene./jun. 2021  Epub 21-Mayo-2021

 

Reseñas

ESCOLANO BENITO, Agustín, Emociones & Educación. La construcción histórica de la educación emocional

Teresa González Pérez1 

1Universidad de La Laguna

ESCOLANO BENITO, Agustín. Emociones & Educación. La construcción histórica de la educación emocional. 2018. Visión Libros, Madrid: 243p.


La historia de los sentimientos y de las emociones se ha incorporado a la nueva historiografía de la educación. Esta inclusión es bastante reciente, resultado del denominado “giro afectivo” presente en otras disciplinas que se ocupan del pasado, conocidas como “culturas afectivas”. Tanto la psicología como la neurociencia han impulsado este enfoque novedoso abriendo otras perspectivas a la educación. La presencia de las emociones proyectadas desde diferentes formas en el proceso educativo, tales como premios, castigos, alabanzas, enfados, tristezas, alegrías, etc., constituyen estímulos emocionales que han marcado con significados distintos la vida escolar de diversas generaciones de personas. La importancia y reconocimiento de las emociones en el sistema educativo ha implicado también la renovación en las líneas de investigación en la historia de la educación. Los sentimientos no son ajenos a las personas, se aprenden y reaprenden pero es importante saberlos gestionar, toda vez que las emociones son inherentes al ser humano y han estado presentes desde los albores de la humanidad.

La cultura escolar conforma un conjunto de conocimientos y de sentimientos. La historia ha silenciado las emociones no reconociendo su importancia desde la esfera educativa. La educación no puede ignorar la dimensión emocional aunque no ha incluido en su agenda los sentimientos. El comportamiento emocional a modo de expresión ha estado presente en la cultura en todos los tiempos. Sin embargo, han permanecido al margen, solo han sido contemplados para inculcar valores morales y/o para adoctrinamiento ideológico.

En los estudios del pasado se reflejan variedad de emociones y cómo las propias emociones se transforman con la evolución de las mentalidades. Así comportamientos emocionales que en otros momentos de la historia sorprendían, pasan ahora inadvertidos; los convencionalismos culturales y la propia concepción de las emociones también se han modificado. Señalar al respecto el pecado mortal, la melancolía, la fatiga que se asociaba causada por el demonio. Los comportamientos del siglo XX poco tienen que ver con los actuales. Los usos prácticos de las emociones en determinadas situaciones sociales igualmente han variado, dado que los discursos se relacionan con los entornos sociales y culturales a la vez que se hallan estrechamente unidos al género. Por ejemplo, el miedo en la infancia ha sido alimentado por las propias madres porque le era útil como medio de control. La pedagogía del miedo que se empleaba en las familias y a la que la jerarquía eclesiástica recurrió para adoctrinar a los feligreses, desde hace unas décadas se ha debilitado, pero a pesar de la pérdida de fuerza de estas emociones, siguen estando activas. Los estigmas emocionales no han perdido vigencia y algunos han evolucionado hacia otras formas de expresión. Las emociones se aprenden y cada época se define por comportamientos emocionales significados. Los modos de expresión emocional han cambiado igual que las situaciones que las provocan.

Las fuentes escritas para la historia de las emociones se sostienen en la variedad de libros, numerosos y heterogéneos; a la vez que es necesario el rastreo de las publicaciones que emplean distintos términos que gestan las emociones y su relectura. Las prácticas emocionales son difíciles de rastrear, ¿cómo seguir la huella?, no siempre hay testigos documentales o escritos que registren las emociones.

En el tercer milenio se ha producido un auge en las investigaciones sobre las emociones con diversas líneas de trabajo. Las emociones constituyen un campo de estudio multidisciplinar. Un hecho que se refleja en el reconocimiento tanto por parte de las ciencias de la salud, las ciencias humanas, las ciencias sociales y políticas como por parte de las ciencias de la educación y áreas afines. Además, es un tema de gran relevancia y de actualidad presente en la historiografía de la educación contemporánea. Desde los albores del siglo XXI las investigaciones sobre las emociones se han ampliado, indicativo del interés despertado por esta temática, detectándose un resurgir de la historia de las emociones.

Diversos trabajos se han detenido en la genealogía, en desentrañar los antecedentes y precedentes históricos de las emociones, constatando que desde la antigüedad han estado presentes en el mundo científico-académico. Sin embargo, a pesar de que una serie de filósofos y pensadores notables en distintos momentos de la historia de la humanidad, han recalado en su estudio, no se había elaborado una síntesis de la construcción historia de la educación emocional hasta que Agustín Escolano se introdujo en el tema. La historia de las emociones puede localizar otras fuentes que aún no han sido lo suficientemente exploradas, tales como tratados de educación, guías de maestros, cuadernos escolares, libros infantiles, cuentos, epistolarios, diarios, memorias, etc., importantes para la reconstrucción emocional siguiendo un enfoque “construccionista”.

El libro Emociones & Educación. La construcción histórica de la educación emocional que reseñamos, es otra de las nutridas publicaciones de Agustín Escolano Benito1 que, desde la perspectiva histórico educativa, nos adentra en el interesante espacio de las emociones, aportando a la vez distintas estampas iconográficas pretéritas que recrean la diversidad de situaciones emocionales en el mundo educativo. Como especialista relevante en Historia de la Educación y de la Cultura Escolar ha avanzado en distintas líneas de la etnografía y patrimonio escolar, por lo que esta reciente publicación constituye un testimonio nutriendo el elenco de publicaciones y estudios, como por ejemplo, Emotions at School de los autores Pekrun, Muis, Frenzel y Goetz.2

El libro que reseñamos se estructura en cuatro capítulos, además de la Introducción y la Coda, precedidos por la sabia presentación de Heloisa Helena Pimenta Rocha de la Universidad Estadual de Campinas (Brasil). El contenido de cada capítulo viene acompañado de diversas ilustraciones como modelos iconográficos representativos del contenido abordado. La riqueza y variedad de las ilustraciones conforman casi un centenar de imágenes en las que abundan escenas agradables que invitan al recuerdo escolar, pero también, hay otras desagradables como el castigo de los niños. La iconografía de la escuela y su cultura material resulta relevante como instrumento emocional, por despertar sentimientos y evocar recuerdos. Cada sección es a la vez el hilo conductor que se inicia en la introducción, al relato que concluye con la reflexión final en cada uno de ellos.

En la Introducción titulada “La dimensión emocional de la formación” (pp. 17-23) preludia como afecta al mundo emocional la formación en la escuela. Los recuerdos escolares suscitan emociones positivas o negativas según las experiencias vividas. Incide en que la historia de la escuela no puede ignorar el impacto de las emociones dada la repercusión de las vivencias subjetivas.

En el primer capítulo “La educación y las emociones” (pp. 25-61), rescata las emociones a través de los autores más relevantes del pasado, explicando la base teórica de la neurociencia sustentada en las argumentaciones de Antonio Damasio. Nuestro autor indaga en el contexto escolar abordando la pedagogía de las emociones y la socialización emocional. Repasa la historia de la educación emocional y los aportes de las diferentes disciplinas que confluyen en su estudio. Se remite a los tratadistas y pedagogos del siglo XIX, que en sintonía con los filósofos europeos, referían a los sentimientos. Tal era el caso de Pablo Montesino, Mariano Carderera y Pedro Alcántara.

En el capítulo segundo “La representación de las emociones” (pp. 63- 121), analiza la dimensión emocional de espacios, objetos y prácticas escolares en sus contextos, al tiempo que observa las representaciones de las emociones en la cultura material y los registros que subyacen en la memoria de las situaciones emocionales. Igualmente, estudia el mundo emocional impuesto y que actúa como medio de control sobre la infancia y la huella que impregna dicha experiencia en sus destinatarios. Las emociones con sus variantes espaciales y locales con énfasis en aspectos diferenciados, distan de norte a sur de acuerdo con terminologías y características socioculturales.

En el tercer capítulo “Memoria de las emociones” (pp. 123-151) reconstruye los recuerdos y la memoria emocional. La memoria se activa a través del contacto con los objetos materiales de la escuela, según escribe Agustín Escolano, se recuperan las emociones positivas y negativas de todo lo que representa la escuela y la infancia, es decir, la memoria autobiográfica. Refiere a la importancia de las emociones desde la óptica pedagógica para la historia de la educación, porque quedan registradas y archivadas en la mente.

En el cuarto capítulo rotulado “Climas y dispositivos emocionales de la escuela” (pp. 153-233), señala cómo los métodos educativos han contribuido a la edificación de las emociones en la práctica educativa en el proceso de enseñanza aprendizaje, desde la infancia contando historias, narrando cuentos, recitando poemas, teatralizando o dramatizando, lo cual ha dejado huella. Los libros, manuales, cartillas escolares, grabados, láminas, fotografías, etc., registran en sus imágenes e ilustraciones las emociones. Las imágenes son evidencias retrospectivas de las emociones de notable valor historiográfico. Los estereotipos de género han estado presentes en la educación sentimental. A través de la historia, niños y niñas expresan las emociones de forma aprendida, influidos por un conjunto de creencias que ha desarrollado la sociedad sobre cómo se espera que actúen ante determinadas situaciones tal como revelan las fuentes iconográficas que acompañan esta publicación. La institución educativa proyectó las emociones desde que la educación se hizo universal y obligatoria y en ella ha tenido un espacio la imagen, la historia visual como testigo. La escuela es un escenario emocional.

En la Coda final “Experiencia & Emociones” (pp. 235-243), se remite al emergente tema de las emociones y sentimientos en el ámbito de la historiografía educativa que enlaza con las innovaciones interdisciplinares.

El revival de las emociones en el discurso historiográfico, además de conducirnos por una visión más sistémica a la comprensión de los hombres y de las sociedades y, por consiguiente, también de la educación, aboca al tiempo a una nueva construcción de la subjetividad, esto es, a una antropología de nuevo cuño, asociada a su vez a una ética más sincera que trata de encontrar, tras la teatralidad con que se manifiestan a menudo las emociones, una explicación compleja e integrada de los procesos de la formación humana (p. 237).

A lo largo del ensayo, Agustín Escolano aporta numerosas imágenes que abarcan desde fotografías, carteles, dibujos a páginas de cuadernos escolares y portadas de libros acompañadas del correspondiente texto explicativo a pie de imagen. La riqueza de las ilustraciones reproducidas, en color o en blanco y negro, facilitan la comprensión histórica y nos trasladan a otros momentos de la historia escolar y educativa. Estas reproducciones nos retrotraen a variadas escenas escolares y sentimientos infantiles. El comienzo de la introducción y cada capítulo, así como la coda final, lo precede una imagen que rellena la totalidad de la hoja de la izquierda, toda la página entera, reproduciendo el escenario educativo con tinte emocional. En total seis páginas, con una ilustración singular cada una, que se suman a otras 91 imágenes distribuidas sabiamente en el interior del libro, algunas de ellas insertadas ocupando casi una página completa (pp. 104, 160, 189, 193, 195, 206, 209). La iconografía ofrece soporte a la narrativa textual al tiempo que evoca tiempos pretéritos.

El libro, de principio a fin, es una contribución importante para el estudio retrospectivo de las emociones. Agustín Escolano arquitecto de la palabra escrita, del texto narrado que enriquece el discurso con la abundancia de ilustraciones, que por otra parte forman parte de la copiosa memoria etnográfica y patrimonial que ha sido destacada en otras publicaciones. El autor reconoce la relevancia de la iconografía en la escuela y su cultura material como instrumento pedagógico-emocional.

En definitiva Agustín Escolano nos ofrece un nuevo trabajo, en la línea de sus últimas aportaciones al campo científico de las emociones relacionadas con la cultura escolar material e inmaterial de la escuela. El libro Emociones & Educación también proyecta su experiencia etnográfica en el Centro Internacional de la Cultura Escolar (CEINCE), aportando una revisión de las emociones a través de la historia de la escuela y la cultura escolar. Desde esta óptica rescata la historia de las emociones en la escuela y visibiliza una faceta ignorada por la historiografía educativa, pero de indudable valía. De manera que contribuye a las nuevas tendencias de la investigación histórico-educativa significándose entre los pioneros en este campo de conocimiento.

1Ha sido catedrático de Historia de la Educación en las Universidades de Salamanca y de Valladolid (España). Director y fundador del Centro Internacional de la Cultura Escolar (CEINCE), Berlanga de Duero (Soria- España). https://www.ceince.eu

2PEKRUN, Reinhard, MUIS, Krista R., FRENZEL, Anne C. y GOETZ, Thomas, Emotions at school, New York & London, Routledge, Taylor & Francis Group, 2018, 178 pp.

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