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vol.42 número1Bauzá, Hugo Francisco, Afrodita y Eros. Consideraciones sobre mito, culto e imagen, Buenos Aires, El Hilo de Ariadna (Catena Aurea), 2022, 435 págs., ISBN 9789873761676. índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
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Nova tellus

versión impresa ISSN 0185-3058

Nova tellus vol.42 no.1 Ciudad de México ene./jun. 2024  Epub 19-Abr-2024

https://doi.org/10.19130/iifl.nt.2024.42.1/278500x0100sx045 

Reseñas

TA-U-RO-QO-RO: Studies in Mycenaean Texts, Language and Culture in Honor of José Luis Melena Jiménez, Carlos Varias García, Julián Méndez Dosuna, Thomas Palaima (eds.), Washington, Center for Hellenic Studies (Hellenic Studies Series, 94), 2022, 310 págs., ISBN: 9780674272576.

aUniversidad Nacional Autónoma de México, México, absalomgarcia@filos.unam.mx

TA-U-RO-QO-RO: Studies in Mycenaean Texts, Language and Culture in Honor of José Luis Melena Jiménez. Varias García, Carlos; Méndez Dosuna, Julián; Palaima, Thomas. Washington: Center for Hellenic Studies, Hellenic Studies Series, 94, 2022. 310p. ISBN: 9780674272576.


Palabras clave: micenología; lineal B; griego micénico; José Luis Melena; Festschrift

Keywords: Micenology; Linear B; Mycenaean Greek; José Luis Melena; Festschrift

La micenología es una ciencia novísima que ni siquiera ha llegado a su primera centuria de existencia. El nacimiento de la micenología se remonta a la perplejidad sentida por Sir Arthur Evans un día de 1893, ante los misteriosos signos grabados en las “piedras de leche”: ese descubrimiento azaroso, en un mercado de Atenas, fue lo que, a la postre, lo llevaría a Cnosos. A partir de 1900, las excavaciones de Evans en Creta sacaron a la luz, entre otras cosas, cientos de tablillas que póstumamente fueron reunidas en los dos volúmenes de Scripta Minoa (Oxford, 1909 y 1952). Evans murió ignorando qué idioma estaba representado en esos documentos, aunque presentía que era una “lengua europea”.1

En 1951, diez años después de la muerte de Evans y un año antes del anuncio público del desciframiento de las tablillas de lineal B,2 se funda en España, bajo los auspicios de la Universidad de Salamanca y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la revista Minos.3 Ni los descubrimientos arqueológicos, ni la creación de un órgano académico de difusión de los “textos prehelénicos de Creta” y la “hermenéutica minoica” fueron suficientes para fundar formalmente la micenología: se necesitó saber qué decían las tablillas.

El 2022 marcó el septuagésimo aniversario del desciframiento realizado por Michael Ventris, a partir de la premisa de que el lenguaje de las tablillas de lineal B era griego.4 Es justo decir que las herramientas que potenciaron el descubrimiento de Ventris fueron implementadas por Alice E. Kober quien, al igual que Ventris, murió prematuramente.5

José Luis Melena Jiménez forma parte indiscutible de esta historia que aún sigue escribiéndose. Amigos, colegas y discípulos decidieron homenajearlo con este Festschrift que, para no desentonar con la pasión del gran mice­nólogo español, tiene un título micénico: “el criador de toros”. El libro reúne diecinueve artículos de tres generaciones de especialistas, escritos en inglés, español, alemán y francés, quienes ofrecen, en la mayoría de los casos, artículos derivados, o relacionados, con líneas de investigación seguidas, o inau­guradas, por Melena. A manera de apéndice, se incluye, al final del libro, un post scriptum, comentarios de cada uno de los autores acerca de Melena y un pequeño álbum de fotos.6

Melena pertenece a la segunda generación de micenólogos; “in Spain, three great figures, Francisco R. Adrados (1922-2020), Martín S. Ruipérez (1923-2015), and Antonio Tovar (1911-1985) had firmly laid down the foundations for Spain and José L. Melena to play leading roles in Mycenological research now for over seventy years” (p. 425). Alberto Bernabé -quien, dicho sea de paso, impartió, en el 2014, el primer curso de griego micénico en México- afirma: “we come from different ‘schools’, he from Martín Ruipérez’s (Universidad de Salamanca and Universidad Complutense de Madrid) I from Francisco R. Adrados (Universidad Complutense de Madrid). This has not prevented us from having cordial relations” (p. 434).

Ya que es imposible reseñar cada uno de los artículos, comentaremos brevemente algunos de ellos; nuestra selección se basa, principalmente, en las contribuciones que representan -según nuestra humilde opinión- algunas de las tendencias más importantes de la micenología contemporánea, o los trabajos de los micenólogos más reconocidos.7

Philologia cum archeologia procedit: reflexiones en torno a la demografía y composición de la sociedad micénica” (pp. 1-20) de Francisco Aura Jorro -famoso, entre otras cosas, por su labor en el Diccionario micénico8- está dedicado al estudio de la serie A de las tablillas de Cnosos y de Pilos.9 La reflexión del autor se centra en la variedad étnica consignada en los antropónimos contenidos en las tablillas, la cual confirma la relación de los principales reinos micénicos con Egipto, Anatolia y Chipre.

“ Ἐν y ἐνί en Micénico” de Alberto Bernabé (pp. 21-35) hace un estudio muy detallado, esencial para cualquier persona interesada en la gramática histórica del griego, de la preposición ἐν (e) y el adverbio ἐνί (e-ni). El análisis de Bernabé se extiende hasta compuestos nominales, adjetivos verbales, adverbios compuestos y composición verbal.

“Mycanaean wo-ra” de Maurizio Del Freo (pp. 36-58) se aventura a especular sobre el significado de la enigmática palabra wo-ra (MY SP 4451, 4452), perteneciente a la interesantísima serie S, que agrupa información sobre carruajes y equipo militar. La peculiaridad que le sirve a Del Freo para plantear la muy plausible hipótesis de que la palabra hace alusión a un adorno del carruaje es que la palabra micénica aparece junto al logograma *253.10

El artículo de Yves Duhoux, “Le trait d’union linéaire B” (pp. 59-70) arroja luz sobre la todavía misteriosa y fascinante figura del escriba micénico. Numerosas “manos” anónimas se han identificado hasta el momento y la tecnología ha permitido distinguir sus particularísimos usus scribendi e, incluso, ha revelado sus huellas dactilares. Duhoux se concentra en el trazo que separa las palabras en las tablillas -una pequeña línea vertical, al final de las palabras, a veces un punto alargado- y estudia con minuciosidad algunas tablillas de Pilos y de Cnosos. Según la hipótesis de Duhoux, los especímenes estudiados muestran que algunos escribas utilizaban el “separador de palabras” también como un divisor silábico.

La contribución de José L. García Ramón, “Anthroponymica mycenaea 12” (pp. 89-126) es la entrega más reciente de una serie de estudios comenzados en el 2000 y publicados en distintos libros y revistas. El artículo en cuestión está dedicado al nombre “Ne-ri-to” que aparece en la tablilla PY Cn 13; según la interpretación del autor, está formado de la partícula privativa ἀν y el sustantivo ἔρις.

“Figs and Fig-trees at Knossos” de John T. Killen (pp. 126-136) propone una lectura novedosa del ideograma NI en la tablilla KN F(2) 841. La hipótesis del autor es que dicho ideograma, que en otros contextos significa “higo”, debe de leerse, en este contexto, como “higuera”. La misma tablilla le proporciona otra prueba de esta curiosa y rara metonimia: la palabra “aceite” (e-ra-wa) debe de leerse como “olivo” para hacer sentido.

El artículo de Thomas Palaima (“pa-ki-ja-ne, pa-ki-ja-na and pa-ki-ja-ni-ja”, pp. 285-323) está compuesto de dos partes: la primera es un recuento de los momentos más memorables de la amistad entre estos grandes micenólogos, la segunda es propiamente el artículo. Palaima hace un profundo análisis de la interpretación histórica de las palabras micénicas pa-ki-ja-ne, pa-ki-ja-na y pa-ki-ja-ni-ja que muchos especialistas -entre ellos el maestro de Palaima, E. L. Bennett- relacionaban con σφαγ-, raíz relacionada con cortar algo y, en un sentido más específico, con “asesinar”. Palaima, plausiblemente, se aventura a sugerir que no tiene ninguna relación con una palabra griega, sino con un topónimo pre-micénico.

Finalmente, Massimo Perna (“Quelques réflexions fiscales sur la tablette Jn 829 de Pylos”, pp. 334-344) analiza una colección de tablillas exclusiva de Pilos que registra solicitudes y entregas de metales, y propone una interpretación alterna de las cantidades de bronce (ka-ko) entregadas al palacio consignadas en la tablilla 829. Algunos estudiosos propusieron que dichas cantidades obedecían a una relación de dominio sobre ciertos territorios, es decir, más bronce, más subordinación al palacio. Perna, sin embargo, rechaza esta opinión y enfatiza que la tablilla en cuestión debe interpretarse “dans le contexte particulier de la situation d’urgence que le Palais connaît probablement à la veille de sa chute” (p. 336).

La calidad de los artículos no desentona con la importancia y magnitud del trabajo de Melena. El álbum de fotos incluido al final evidencia la calidad humana de los autores y, especialmente, de Melena quien, dicho sea de paso, ha puesto a disposición de cualquier persona interesada algunos de los artículos y libros más trascendentes para la micenología.11

Bibliografía

TA-U-RO-QO-RO: Studies in Mycenaean Texts, Language and Culture in Honor of José Luis Melena Jiménez, Carlos Varias García, Julián Méndez Dosuna, Thomas Palaima (eds.), Washington, Center for Hellenic Studies (Hellenic Studies Series, 94), 2022, 310 págs., ISBN: 9780674272576. [ Links ]

1 Las tablillas encontradas en Creta incluyen también especímenes de lineal A y de los llamados “jeroglíficos cretenses”. Todos estos documentos están aún sin descifrar debido a que se ignora la lengua que representan. Muchos signos de lineal A fueron reutilizados en lineal B y esto nos da la certeza que el idioma de lineal A no es griego. El principal instrumento para el estudio de los documentos en lineal A es el Recueil des Inscriptions en Linéaire A, L. Godart et J.-P. Olivier (eds.), Paris, Librairie Orientaliste Paul Geuthner, 1976-1985, popularmente conocido como GORILA; para el estudio de los jeroglíficos, sigue siendo útil Scripta Minoa I y el más reciente Corpus Hieroglyphicarum Inscriptionum Cretae, L. Godart et J.-P. Olivier (eds.), Paris, De Boccard, 1996, popularmente conocido como CHIC. Aunque no está escrito en lineal A ni puede ser clasificado como un “jeroglífico cretense”, hay que mencionar el “disco de Festos”. Desde su descubrimiento, en 1908, ha sido objeto de innumerables especulaciones; como con los documentos en lineal A, no se ha renunciado a su desciframiento, aunque la cuestión de la lengua representada tiene que ser resuelta para lograr algún avance significativo. Debido a que se encontró junto con una tablilla de lineal A, algunos especialistas creen que está relacionado lingüísticamente con esta escritura, otros piensan que fue importado a Creta. La monografía más reciente es L. Godart, Le disque de Phaistos, Heraklion, Itanos, 1995.

2Las tablillas de lineal B no sólo han sido encontradas en Creta (Cnosos y Chania), sino también en Grecia continental, específicamente, en Pilos, Tebas, Hagios Vasilios, Micenas, Tirinto, Midea, Volos e Iclena. Las tablillas conocidas rondan las cinco mil, siendo los repositorios más importantes los de Cnosos (3500 tablillas) y Pilos (1000 tablillas); no se descarta la posibilidad de que esta cifra varie —aunque no drásticamente— con el paso del tiempo. No existe todavía ninguna publicación que reúna todas las tablillas de lineal B encontradas hasta el momento. La tendencia, entre los especialistas, ha sido publicar las tablillas por región: las tablillas encontradas en Cnosos han sido reunidas en Corpus of Mycenaean Inscriptions from Knossos, J. Chadwick, L. Godart, J. T. Killen, J.-P. Olivier, A. Sacconi, I. A. Sakellarakis (eds.), Cambridge, Cambridge University Press, 1992, popularmente conocido como CoMIK. La publicación de las tablillas de Pilos ha sido un poco caótica: su primer editor fue E. L. Bennett, quien, mientras continuaban las excavaciones, publicó, entre 1951 y 1955, dos ediciones parciales The Pylos Tablets I y II. Una vez concluidas, comenzó a trabajar, junto con J.-P. Olivier en lo que, según sus deseos, sería la edición definitiva: The Pylos Tablets Transcribed, en cuatro volúmenes; los primeros tres volúmenes fueron publicados entre 1973 y 1976. El lamentable deceso de Bennett, en 2011, truncó este proyecto; para el azoro de los especialistas, entre 2020 y 2021, aparecieron tres libros que pretenden concluir el trabajo iniciado por Bennett: The Pylos Tablets Transcribed, J.-P. Olivier, M. Del Freo (eds.), Padua, Libreria Universitaria, 2020; Les Archives du roi Nestor, L. Godart, A. Sacconi, Pisa & Roma, Fabrizio Serra Editore, 2020; The Pylos Tablets, J. L. Melena, R. J. Firth (eds.), Bilbao, Euskal Herriko Unibersitatea Press, 2021. Lo único que empaña la magnífica labor de los reconocidísimos editores de estos libros han sido los desencuentros, las polémicas y las acusaciones suscitados entre ellos. Las tablillas de Tirinto y Tebas han sido reunidas en The Tablets and Nodules in Linear B from Tyrins, Thebes and Mycenae, J. L. Melena, J.-P. Olivier (eds.), Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca-Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco, 1991, popularmente conocido como TITHEMY.

3Varios números de esta revista se encuentran disponibles en https://revistas.usal.es/dos/index.php/0544-3733/article/view/2119/2175.

4Es difícil ubicar el griego micénico entre los dialectos griegos; los expertos distinguen tanto características de los dialectos occidentales (dórico, megarense, foceo, etc.) como de los orientales (ático, jónico, arcadio, etc.). Asimismo, distinguen dos dialectos en el micénico: el “normal” y el “especial” (cf. G. Horrocks, Greek, a History of the Language and its Speakers, USA-UK, Wiley Blackwell, 2014, pp. 13-24).

5Kober, ciertamente, fue el prototipo de la micenóloga, o el micenólogo, ideal: no basta saber filología o epigrafía griegas, hay que tener conocimientos básicos de arqueología, lingüística, antropología, historia y hasta sociología. Palaima resume así el aporte de Kober al desciframiento de la lineal B: “If we turn back the clock seventy years to April of 1952, we will see that Michael Ventris in “Work Note 19” (20 March 1952) and in his personal correspondence with Bennett (18 April 1952; 26 April 1952) was still wedded to the idea that the main language represented in Linear B inscriptions was somehow related to Pelasgian/Etruscan. In the letter of 26 April 1952, Ventris is using Kober’s analyses and Bennett’s indices to speculate whether variations of the shapes of particular signs are significant for their values … He uses Kober’s categories of sign groups and is speculating which groups are verbal forms … is employing Kober’s idea of the grid to good effect (Palaima y Bruner, “Afterword…”, en TA-U-RO-QO-RO 2022, p. 426)”.

7Dejamos a un lado, muy a nuestro pesar, los interesantes artículos de Richard Firth (“Considering the Linear B tablets in British museums”, pp. 71-88), Michael F. Lane (“Accounts, values, futures, options: production, finance, and the end of the Late Bronze Age Economy”, pp. 136-177), Alex Leukart (“Mycenaean ka-ra-te-ra, ka-ra-te-ri-jo, related terms, and the rise of diminutives in early Greek”, pp. 177-198), Eugenio R. Luján, Juan Piquero (“Mycanaean o-pi-ke-re-mi-ni-ja”, pp. 199-214), Julián Méndez Dosuna (“Thematic 3sg. impf. ἦεν ‘he was’ and ᾖε(ν) ‘he went’ ”, pp. 214-230), Marie-Louise Nosch (“Observations on the linear B sign a2- in the various chronological phases of the Knossos and the mainland archives”, pp. 230-285), Oswald Panagl (“Leukippos: Paralipomena zu einem griechischen Personennamen”, pp. 323-333), Rosa A. Santiago (“Afinidades semánticas entre mic. do-so-mo y griego δωτίνη”, pp. 345-361), Michelle Skelton (“Further thoughts on the reflex of syllabic nasals in Mycanaean Greek”, pp. 361-374), Carlos Varias García (“ku-ne y qo-we en la tablilla de Micenas Fu 711”, pp. 375-394) y Jörg Weilhartner (“Missing numerals: a neglected phenomenon in the Linear B documents”, pp. 394-421).

9Para facilitar su estudio, las tablillas fueron agrupadas en veintitrés series nombradas a partir de una secuencia alfabética, las cuales reúnen todas las tablillas existentes, tanto en Creta (KN= Cnosos, KH= Chania) y en el continente (PY= Pilos, Th= Tebas, TI= Tirinto, etc.) que consignan información de personas (la serie A), ofrendas (E, F), vasijas (K), armas (R), etc. Consideremos, a manera de ejemplo, la famosa tablilla PY TN 316 —según la muy debatida interpretación de Chadwick, es el testimonio de sacrificios humanos— es la tablilla 316 de Pilos, perteneciente a la serie T (muebles, vasijas).

10El complejo sistema gráfico del micénico está compuesto de silabogramas y logogramas. Los silabogramas son ochenta y siete: cinco representan vocales, cincuenta y cuatro, consonantes y vocales, catorce, diptongos y combinaciones de consonante, semivocal y vocal, y catorce no han podido ser descifrados. Dejando a un lado los debates vigentes, se puede decir que los logogramas son alrededor de ciento sesenta y cinco; como su nombre lo indica, son dibujos muy estilizados que representan animales, plantas, alimentos, utensilios domésticos, armas, etc. El número asignado al logograma (del cien al doscientos noventa y nueve) va acompañado de una abreviatura latina para evitar cualquier ambigüedad: EQU (equus), CAP (capra), OLE (oleum), etc. Además de esto, el micénico desarrolló una notación numérica que incluye no sólo números, sino también signos que indican medidas de sólidos y líquidos.

Recibido: 15 de Agosto de 2023; Revisado: 24 de Agosto de 2023; Aprobado: 29 de Diciembre de 2023

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Absalom García Chow es doctor en Letras por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y profesor del Colegio de Letras Clásicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la misma institución. Ha realizado estudios de paleografía griega en el Lincoln College de la Universidad de Oxford, literatura bizantina y griego medieval en Dumbarton Oaks de la Universidad de Harvard, y lineal B y griego micénicos en la British School at Athens. Ha publicado artículos sobre el latín de Pico della Mirandola y el de Marsilio Ficino. Actualmente, realiza una antología de textos bizantinos con su correspondiente traducción al español.

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