Addendum

 

"Declaración de Edward Snowden a los grupos de derechos humanos en el aeropuerto Sheremetyevo de Moscú" [Viernes, 12 DE Julio, 15:00 UTC] 

Hola. Mi nombre es Ed Snowden. Hace poco más de un mes, yo tenía familia, un hogar en el paraíso, y vivía muy cómodo. También era capaz, sin orden judicial de por medio, de buscar, apropiarme y leer sus mensajes. Los comunicados de quien fuera, en cualquier momento. Ése es el poder de cambiar el destino de las personas.

También es una seria violación a la ley. Las Enmiendas 4a y 5a de la Constitución de mi país, el Artículo 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y otros varios estatutos y tratados prohíben tales mecanismos de vigilancia masiva y generalizada. Mientras que la Constitución de los Estados Unidos define estos mecanismos como ilegales, el gobierno argumenta que los fallos de las cortes secretas, que el resto del mundo no puede ver, de alguna manera convierten en legítimo este asunto ilegal. Estos fallos simplemente corrompen la noción más básica de justicia —que debe ser vista para poder cumplirse—. Lo inmoral no puede hacerse moral a través del uso de leyes secretas.

Yo creo en el principio postulado en Núremberg en 1945: "Los individuos tienen deberes internacionales que trascienden las obligaciones nacionales de obediencia. Por lo tanto, los ciudadanos, en tanto individuos, tienen el deber de violar las leyes domésticas para prevenir que ocurran crímenes contra la paz y la humanidad".

De acuerdo con esto, hice lo que creí correcto y empecé una campaña para corregir este mal. No busqué enriquecerme. No busqué vender secretos de Estados Unidos. No me asocié con ningún gobierno extranjero para garantizar mi seguridad. En vez de eso, le hice llegar al público lo que sabía, para que lo que nos afecta a todos pueda ser discutido por todos a la luz del día, y pedí justicia al mundo.

La decisión moral para hablar públicamente acerca del espionaje que nos afecta a todos ha sido costosa, pero fue la decisión correcta y no me arrepiento.

Desde entonces, el gobierno y los servicios de inteligencia de los Estados Unidos de América han intentado hacer de mí un ejemplo, una advertencia para todos aquellos que pudieran levantar la voz como yo lo he hecho. He sido desposeído de mi nacionalidad y perseguido por mis expresiones políticas. El Gobierno de Estados Unidos me ha puesto en listas que me prohíben volar. Le ordenó a Hong Kong que me regresara, fuera del marco de sus leyes, en flagrante violación al principio de no-repatriación —de la Ley de las Naciones—. Ha amenazado con sanciones a países que pudieran defender mis derechos humanos y el sistema de asilo de la ONU. Incluso ha tomado el paso sin precedentes de ordenar a aliados militares de dejar en tierra el avión de un presidente latinoamericano pretextando la búsqueda de un refugiado político. Este peligroso escalamiento representa una amenaza no sólo a la dignidad de Latinoamérica, sino a los derechos básicos compartidos por todas las personas, todas las naciones, de vivir libres de persecución y de buscar y disfrutar del derecho de asilo.

Aun así, incluso frente a esta agresión históricamente desproporcionada, algunos países alrededor del mundo han ofrecido su apoyo y asilo. Estas naciones, incluyendo a Rusia, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, merecen mi gratitud y respeto por ser los primeros en enfrentarse a las violaciones de derechos humanos llevadas a cabo por los que tienen el poder, en vez de los que no lo tienen. Al negarse a ceder en sus principios frente a la intimidación, se han ganado el respeto del mundo. Es mi intención viajar a cada uno de estos países para ofrecer personalmente mi gratitud a su gente y sus líderes.

Hoy anuncio mi aceptación formal de todas las ofertas de apoyo o asilo que me han dado y a aquellas que me ofrezcan en el futuro. Por ejemplo, con la concesión de asilo por el Presidente Maduro de Venezuela, mi estatus de asilado es ahora oficial, y ningún Estado posee base alguna por la cual pudiera limitar o interferir con mi derecho de disfrutar de ese asilo. No obstante, como hemos visto, algunos gobiernos en Europa Occidental y América del Norte han demostrado su voluntad de actuar fuera de la ley, una conducta aún persistente. Esta amenaza ilegal me hace imposible viajar a América Latina y disfrutar del asilo que ahí se me concede acorde con nuestros derechos compartidos.

Esta disposición de los estados poderosos para actuar extra-legalmente representa una amenaza para todos nosotros, por lo que no podemos permitir que tengan éxito. En consecuencia, solicito su ayuda para pedir garantías de paso seguro a las naciones señaladas para asegurar mi viaje a América Latina, así como para pedir asilo en Rusia hasta que el tiempo en el que estos estados accedan a plegarse a la ley y mi viaje legal sea permitido. Hoy presentaré mi solicitud a Rusia, con la esperanza de que sea aceptada favorablemente.

Si tienen preguntas, contestaré lo que pueda.

Gracias.

(Consultado el 9 de enero de 2014 en [http://wikileaks.org/Statement-by-Edward-Snowden-to.html])