Apéndice B

Con el objetivo de que el lector tenga un mejor entendimiento sobre la forma en que opera el modelo computacional utilizado en este artículo se describe a continuación el protocolo ODD (Overview, Design and Detail) correspondiente.

 

Panorámica

(i) Propósito. El objetivo de este modelo es describir el proceso de formación de preferencias partidistas a lo largo de una campaña electoral concebida como un sistema adaptable complejo. Con este enfoque la intención de voto se ve influida por procesos de interacción social, los cuales se representan a través de influencias de carácter local (redes de discusión política) y global (encuestas nacionales). Con este ABM se pretende mostrar la relevancia que tienen la interacción social y los factores institucionales en la volatilidad de las preferencias individuales y en la distribución espacial del voto. Los factores institucionales considerados en el modelo son los siguientes: debates, campañas negativas y sesgos mediáticos.

(ii) Entidades, variables de estado y escala temporal. En relación con las entidades el ABM considera que los sitios de la retícula de un autómata celular describen a individuos, que pueden ser de dos tipos: votantes débiles (i.e. susceptibles de cambiar preferencias) o votantes duros (i.e. adheridos permanentemente a una preferencia política). Estos individuos se insertan en un entorno geográfico-social, por lo que forman parte de una vecindad (comunidad) ubicada en una zona geográfica del país y de una red social de discusión política al interior de su vecindad.

Las variables de estado de cada individuo son las siguientes: preferencia partidista (Calderón, Madrazo, AMLO, otros e indecisos), que puede cambiar en cualquier día de la campaña una vez que el agente ha sido activado; atributos sociodemográficos (ingreso, religión, edad, sexo y escolaridad); exposición a la TV, y confianza en las elecciones. Estas tres últimas variables permanecen fijas a lo largo de la campaña.

Cada periodo (o tic) de la corrida representa un día de la campaña, por lo que ésta dura hasta el día 240 en que los individuos votan y se hace el conteo electoral. Las preferencias agregadas de los votantes se describen a través de una encuesta de carácter nacional que se levanta cada 30 días y un día después de los debates (periodos 180 y 220). El sesgo-TV deja de operar en el periodo 200 y el voto estratégico se produce diez periodos antes del día de la elección.

(iii) Procesos, activación y cronología. En cada periodo de la campaña un porcentaje de individuos es elegido al azar (i.e. activación asincrónica aleatoria), por lo que en caso de ser votantes débiles tienen la posibilidad de cambiar sus preferencias partidistas. Los procesos que determinan el cambio de preferencia partidista tienen que ver con las siguientes reglas de transición: interacción social, debate, escándalo político y voto estratégico. Asimismo, existe un proceso adicional que determina si el individuo opta por participar el día de las elecciones. Cada uno de estos procesos se describe en el texto. La interacción social opera todos los días de la campaña pero la influencia de las encuestas se inicia a partir del periodo en que se levanta la primera encuesta (día 30). El escándalo político (campaña negativa) surge exclusivamente en 2 por ciento de los días de la campaña, mientras que la incidencia de los debates y el voto estratégico sobre las preferencias se dan exclusivamente los días arriba referidos.

 

Diseño de conceptos

(i) Emergencia y adaptación. En cada periodo de la campaña y en el día de las elecciones se produce una distribución espacial de los votos que se puede describir a través de diferentes funciones. Por ejemplo: las participaciones que los partidos obtienen en los votos escrutados en los distintos distritos electorales o la frecuencia del diferencial de votos recibidos entre el primer y el segundo lugar de cada distrito. Estos patrones son producto de la interacción social que los individuos tienen en sus redes de discusión política, del proceso coevolutivo preferencias → encuestas → preferencias, y de los factores institucionales antes referidos.

(ii) Objetivos, aprendizaje y predicción. Los individuos no deciden por quién votar en función de algún criterio racionalista, por lo que su preferencia partidista obedece a factores ideológicos (votante duro) o bien a esquemas de imitación o contagio social (votante débil). Sin embargo, el agente sí hace uso de un análisis estratégico en dos circunstancias: cuando su candidato favorito se ha descarrilado según las encuestas y por ello se inclina por su mejor opción de entre los candidatos que tienen la posibilidad de ganar, y cuando toma la decisión de votar sopesando el costo de acudir a las urnas con el beneficio esperado de ganar, el cual se define a partir de la heurística descrita en el texto.

(ii) Percepción. Los individuos son conscientes de las preferencias partidistas de cada uno de los integrantes de su red de discusión política y de las preferencias agregadas reflejadas en las encuestas levantadas en el ámbito nacional y difundidas ampliamente por los medios de comunicación. Con esta información se percatan de las posibles discrepancias entre sus preferencias personales y las del resto de la población. Asimismo, su exposición a la televisión los vuelve susceptibles a las influencias de los medios de comunicación y de las campañas publicitarias de amplia cobertura.

(iii) Interacción. Los individuos forman parte de un área geográfica del país y de una red de discusión política, por lo que el contagio social sólo es posible entre individuos que tienen un alto grado de similitud sociodemográfica y se comunican al momento de ser activados. En consecuencia, las preferencias de los individuos están sujetas a las presiones sociales de su entorno cuando éste tiene opiniones diferentes a las de su interlocutor y estas últimas son avaladas por las encuestas nacionales o el sentir mayoritario de la red de discusión.

(iv) Estocasticidad. Existen varios elementos de carácter aleatorio en el modelo cuya realización se produce en distintos periodos de la corrida: el sembrado inicial con que se establece una caracterización descriptiva de las participaciones partidistas observadas en las distintas zonas geográficas del país; el procedimiento utilizado para el levantamiento de la encuesta en el ámbito nacional; la activación asincrónica de los individuos seleccionados en cada periodo para el contagio social; el periodo en que surgen los escándalos políticos por parte de los candidatos que se encuentran en el segundo lugar de las encuestas; la selección de individuos que pueden cambiar sus preferencias por efecto de las campañas negativas, los debates y la exposición a la televisión.

 

Detalles

(i) Inicialización. En la interfaz del programa el observador puede optar por un sembrado aleatorio de las preferencias partidistas en los sitios de la retícula que refleje los promedios nacionales de participación obtenidos con los datos de la primera oleada de la encuesta panel. También es posible que la representatividad de las preferencias partidistas se exprese a nivel de las 16 zonas geográficas en las que se divide la retícula.

(ii) Insumos. El modelo utiliza datos de la encuesta panel de Reforma-MIT para calibrar el sembrado inicial, datos de encuestas para determinar el porcentaje de votantes duros por partido y datos de promedios de encuestas periódicas sobre preferencias agregadas para calibrar indirectamente parámetros del modelo no estimados con encuestas. Por último, el modelo se valida de forma empírica al comparar los datos artificiales con los datos reales a nivel distrito electoral según el cómputo oficial del Instituto Federal Electoral. Este proceso de validación se lleva a cabo a partir de una prueba no paramétrica (Kolmogorov-Smirnov) en la que se analiza si los datos de ambas fuentes provienen de la misma distribución teórica.

(iii) Submodelos. Los detalles particulares de los procesos con los que se pueden modificar las preferencias y con los que se decide votar o abstenerse se describen en el cuerpo central de este artículo, mientras que la justificación teórica/empírica de los mismos se presenta en Castañeda e Ibarra (2011).